A un «poder inteligente» hay que responder con inteligencia

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Si analizamos las recientes diferencias entre China y sus vecinos geográficos, como en los casos de las crecientes tensiones con Japón, Vietnam y Corea del Sur, es posible detectar en cada caso la oreja peluda oculta de EEUU, ejerciendo su influencia contra el ascenso de China.

La diplomacia inteligente de EEUU está totalmente desplegada alrededor de China.


Es imposible que el despegue chino no choque con la meta estratégica principal de EEUU: mantener su liderazgo en el Pacífico Occidental. Es más que improbable que Washington ponga freno a su objetivo de neutralizar a China, a pesar de la reforma y apertura que ésta ha estado aplicando.

La diplomacia inteligente de EEUU es cada vez más difícil de compensar.

 

Debido al muy arraigado concepto de que el equilibrio entre grandes potencias beneficia a las naciones pequeñas, resulta difícil implantar un sentimiento antiestadounidense entre los países vecinos de China. Pero, a la vez, EEUU no consigue persuadirlos de desafiar abiertamente a China.

 

El hecho es que China tendrá que convivir con los conflictos directos e indirectos que alimente EEUU en las décadas venideras. El desarrollo pacífico de China dependerá en gran medida de la maña con que China sepa manejar esos conflictos.

 

En el pasado, las guerras fueron a menudo el resultado de la incapacidad de las potencias emergentes para manejar los conflictos con los poderes ya existentes. Hoy se han descartado gradualmente las soluciones militares para resolver estos problemas entre potencias, tanto para las nuevas como para las ya establecidas. La realidad actual impone otros caminos para tratar las diferencias entre estos países. La solución final no es borrar los conflictos, algo que resulta imposible, sino aprender a resistirse a ellos y neutralizarlos.

 

China necesita comprender que todavía está en el lado más débil, en términos de poderío e influencia. Sin embargo, los países desarrollados también evidencian inquietud ante los pronósticos del “Siglo de China.”

El ascenso de China no se debe juzgar por una sola victoria o derrota. Como en el pasado, el camino a seguir estará preñado de altibajos.

 

Los tiempos actuales son de los más complicados y confusos que ha vivido el Pacífico Occidental en su historia reciente. Pero para China, lo más importante sigue siendo mantener su actual pujanza económica.(Pueblo en Línea)

 

03/12/2010