China tiene derecho a nobles ambiciones

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Pueblo en Línea,30/09/2011

--La exitosa puesta en órbita del módulo espacial Tiangong-1 (Palacio Celestial) ha atraido la atención del mundo, incluso había espectadores extranjeros contemplando junto con los chinos la transmisión televisiva directa del lanzamiento de la nave. El acontecimiento ha despertado gran repercusión en la opinión pública internacional, con comentarios objetivos, votos por el progreso chino en la ciencia y tecnología y deseos de ampliar la cooperación con China, pero también hay algunos que han expresado su preocupación por el desafío que China plantea a su superioridad.


La preocupación proviene principalmente de Estados Unidos. En una audiencia del Comité de Supervisión de la NASA, el ex director del departamento, Michael Griffin, dijo que China “es una competidora con fuerza casi igual que la nuestra. Si no se nos considera el líder del mundo, me preocupa el porvenir de EEUU”.


Es imposible que el mayor país en vías de desarrollo cuente con una fuerza igual que la del mayor país desarrollado. Al considerar el asunto desde el ángulo tecnológico, la exploración espacial china no es nada amenazante para la posición de EEUU en el terreno.





Los estadounidenses, aprensivos, están acostumbrados a animarse exagerando la fuerza de su rival. Sin embargo, esto no viene al caso para China, aunque es un país tan extenso y con una tradición cultural y sistema político diametralmente diferentes de los estadounidenses y en vertiginoso desarrollo. Estos factores más el exitoso lanzamiento del Tiangong-1 son gran noticia, que incluso configura la evolución mundial. De esta manera, el espejismo de “la incertidumbre por China” ha sido inventado con segundas intenciones.





La invención de una amenaza imaginaria es peligrosa para EEUU. Considerar el desarrollo normal de China como un desafío a EEUU y tergiversar el intento de desarrollo chino solo produce un efecto negativo. Como afirman algunos expertos estadounidenses, si EEUU tiene a China por el enemigo, es muy posible que ésta se vea obligada a serlo.





China siempre abriga la noble ambición de hacer mayores contribuciones a la Humanidad, ni siquiera cuando se encontraba asediada por la pobreza y el atraso. Como país grande, es lógico que China busque un desarrollo multifacético. Tiene su propio plan de exploración espacial y el lanzamiento del Tiangong-1 es un acondecimiento normal. Para resolver el importante problema de cambiar el modelo de desarrollo económico, China presta especial atención a las innovaciones científicas y tecnológicas y destinará más inversiones a este terreno. Inevitablemente China alcanzará más adelantos en el sector de alta tecnología.





El nivel de fuerza constituye un criterio para evaluar a China, pero lo más importante es en qué se usa esa fuerza. Realmente es insensato evaluar el poderío de China en el espacio tras el lanzamiento del módulo espacial. China se opone decididamente al armamentismo y la carrera armamentista en el espacio exterior, lo que está calzado por su estrategia de no procurar la hegemonia y persistir en la estrategia de desarrollo pacífico. Aún cuando disponga de su propia estación espacial, China jamás cambiará su posición de principios de uso pacífico del espacio exterior. Occidente está profundamente imbuído de la teoría de que “al hacerse poderoso, un país procurará la hegemonia”. Esta lógica resulta errónea para el desarrollo pacífico chino.






En una nota publicada hace 40 años sobre la diplomacia del tenis de mesa entre China y EEUU, la revista Newsweek citó a un experto de la Asociación Americana de Educadores Universitarios, para decir que “cuando estemos conscientes de que al igual que otras naciones China también tiene sus dificultades y ambición, las relaciones entre EEUU y China podrían volver a la realidad”. Esta afirmación sigue teniendo un profundo realismo.