China y EEUU deben superar obstáculos y manejar diferencias

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 A pesar de las diferencias y las fricciones ocasionales, China y Estados Unidos deben manejar de manera efectiva los desacuerdos y minimizar su impacto en los lazos bilaterales que son de importancia crítica para ambos países y para el mundo en general.


 A pesar de las diferencias y las fricciones ocasionales, China y Estados Unidos deben manejar de manera efectiva los desacuerdos y minimizar su impacto en los lazos bilaterales que son de importancia crítica para ambos países y para el mundo en general.

La actual visita a Beijing de la asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, demuestra la atención enorme que Washington le da a la visita de Estado del presidente chino Xi Jinping a Estados Unidos en septiembre y a los lazos bilaterales.

La visita de Rice, quien tiene la responsabilidad de preparar la próxima cumbre entre Xi y su homólogo estadounidense Barack Obama, subrayará el compromiso de Estados Unidos para construir «una relación más productiva» entre las dos naciones.

De manera similar, China también valora su relación con Estados Unidos y desea trabajar juntos para mantener un crecimiento sustentable y firme de los lazos entre las primera y segunda mayores economías del mundo.

Como lo pone Xi, una relación estable y creciente entre China y Estados Unidos no sólo beneficiará a ambos pueblos, sino que también seguirá un largo camino para promover la paz y el desarrollo en la región de Asia Pacífico y más allá.

No obstante,como cuando los amigos discuten pero jamás terminan su relación, la discordia entre China y Estados Unidos es natural. Lo correcto que tienen que hacer es siempre mantener la comunicación, construir la confianza mutua y el respeto y para ellos y adaptarse a los intereses centrales y preocupaciones del otro.

El diálogo ha sido un proceso bilateral de aprendizaje y adaptación, que permite que ambas partes enfocarse de una manera más colaborativa y efectiva, señaló el viceprimer ministro chino Wang Yang.

Entre muchas formas distintas de resolver las diferencias y las fricciones, el dialogo es ciertamente el medio más efectivo para hacerlo. La negociación actual del acuerdo de inversión bilateral (AIB) Estados Unidos-China es un buen ejemplo.

El terreno para las negociaciones, que inició en 2008, se estableció en 1982, pero había estado por mucho tiempo estancado hasta 2013, cuando la quinta ronda del Diálogo Estratégico y Económico China-Estados Unidos adoptó una cláusula de tratamiento nacional preestablecido y un enfoque de lista negativa.

Es el diálogo constante el que ayuda a establecer un piedra angular para el AIB. Además, se espera que toda la negociación esté completada dentro del mandato de Obama.

Así, el diálogo ayuda a alcanzar un mayor consenso, mejores soluciones y éxitos mutuos, además de mejorar el entendimiento de las preocupaciones y expectativas de cada parte.

Con un telón de fondo de una recuperación económica global débil y situaciones de seguridad inciertas en algunas regiones, China y Estados Unidos, como dos países influyentes en todo el mundo, deben buscar puntos comunes al resolver las diferencias para construir un nuevo tipo de relación entre potencias principales.