Cooperación sino-latinoamericana, de complementariedad estética a conexión dinámica

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BEIJING, 19 may (Xinhua) -- El primer ministro de China, Li Keqiang, arribó este lunes (hora local) a Brasilia para iniciar su gira por cuatro países de América Latina, que además de Brasil incluirá visitas a Colombia, Perú y Chile.


BEIJING, 19 may (Xinhua) — El primer ministro de China, Li Keqiang, arribó este lunes (hora local) a Brasilia para iniciar su gira por cuatro países de América Latina, que además de Brasil incluirá visitas a Colombia, Perú y Chile.

Durante la gira de Li se prevé que China firmará con estos cuatro países una serie de acuerdos destinada a la profundización de la cooperación, especialmente un documento entre China, Brasil y Perú sobre la factibilidad del megaproyecto ferroviario transoceánico que uniría al Pacífico con el Atlántico en esta región.

El referido megaproyecto y otras fuertes inversiones chinas en América Latina han puesto de manifiesto la transformación de la cooperación entre ambas partes, pasando de la etapa de una complementariedad estética concentrada en los recursos naturales hacia una nueva etapa de la conexión dinámica.

COMPLEMENTARIEDAD ESTETICA

China y América Latina son socios naturales. América Latina cuenta con una gran diversidad e importantes reservas de recursos naturales y ha sido históricamente una región exportadora de materias primas, mientras que China, llamada la «fábrica del mundo», tiene una robusta demanda de commodities.

Gracias a las necesidades complementarias, el volumen del comercio bilateral entre estos dos mercados, especialmente entre China y Sudamérica, ha experimentado un constante crecimiento durante las últimas décadas.

En el año 2000, el comercio bilateral chino-latinoamericano superó por primera vez el umbral de los 10.000 millones de dólares estadounidenses, y desde entonces la cifra creció en casi 20 veces hasta situarse en los 263.600 millones de dólares en 2014.

Según previsiones de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), un punto porcentual del crecimiento de la economía china aumentará en 0,5 puntos porcentuales el Producto Interno Bruto (PIB) de la región latinoamericana en su conjunto.

El investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, enfatizó que las fuertes demandas chinas de materias primas llegaron a elevar los precios de las commodities y de esta manera beneficiaron a América Latina.

«El crecimiento económico latinoamericano en los últimos diez años se ha asentado en buena medida en las exportaciones a China», dijo Malamud.

De acuerdo con estadísticas publicadas por la CEPAL, los productos primarios representaron en 2013 un 73 por ciento de las exportaciones de la región a China, mientras que las manufacturas de baja, mediana y alta tecnologías ocuparon un 91 por ciento de las importaciones desde China.

El modelo del intercambio interindustrial de «materias primas por manufacturas» ha suscitado la supuesta crítica del «neocolonialismo», tachando a China de ejercer el colonialismo económico y saquear los recursos naturales de América Latina.

A juicio de Enrique García, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), tal crítica no tiene sentido. Por el contrario, «hay que buscar la responsabilidad de nosotros», subrayó.

«Tenemos que cambiar el patrón de producción e impulsar la transformación productiva donde se desarrollen otros sectores que requieren más tecnología e innovación, con un capital humano más sofisticado y una mejor infraestructura», recalcó García.

VIENTOS DE CAMBIO

Sin embargo, tras una década dorada de crecimiento económico sostenido, América Latina y el Caribe ha perdido el viento de cola debido a una volatilidad negativa de los precios de las materias primas y una disminución de la demanda externa.

Desde 2012, la región registró una caída en términos del intercambio de 2,8 por ciento, siendo mucho más marcada en los países exportadores de minerales.

El año siguiente, el precio del cobre, importante producto de exportación para Perú y Chile, cayó un 7,6 por ciento interanual, mientras que el precio del oro disminuyó un 13,1 por ciento.

Como consecuencia, entre otros factores, el crecimiento económico de América Latina y el Caribe llegó en 2014 a apenas un 1,1 por ciento, la tasa de expansión más baja registrada desde 2009, mientras que la mayor economía regional, Brasil, tuvo un escaso dinamismo con solo un 0,2 por ciento.

Según la última proyección de la CEPAL, América Latina y el Caribe crecería este año alrededor del 1 por ciento, presionada por una contracción de 0,9 por ciento en Brasil y una nula expansión en Sudamérica.

Para Malamud, lo más preocupante es «una cierta reprimarización de los países latinoamericanos en sus exportaciones».

La reprimarización se refiere a las políticas industriales que adoptaron algunos países exportadores de materias primas para facilitar las inversiones en el sector extractor y abandonar la senda iniciada de la industrialización.

Durante la última década, la participación de los productos primarios en las exportaciones de la región se incrementó en unos 20 puntos porcentuales. En 2011, las exportaciones de productos primarios ocuparon el 60,7 por ciento de las exportaciones totales, un aumento considerable respecto al 41,1 por ciento de 2001.

«Esto distorsiona de alguna manera y es un elemento que debe ser corregido y mejorado, y lo que tiene que hacer América Latina es combinar una apuesta por los recursos naturales y una apuesta por la diversificación productiva con alto valor añadido», enfatizó Malamud.

CONEXION DINAMICA

A medida que el panorama económico global vive un momento de transformación, China y América Latina encaran simultáneamente la reestructuración para estimular el desarrollo interno de cada uno.

El director del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, Wu Baiyi, destacó que en la nueva etapa de cooperación, los intereses de ambas partes se convergen en nuevos sectores más allá del comercio.

«China y América Latina gozan de una complementariedad natural que no resulta sostenible para ambas, y ahora la cooperación de capacidad productiva se ha convertido en la nueva convergencia de intereses», indicó Wu.

El académico explicó que América Latina aspira a diversificar las exportaciones y llevar a cabo una transformación productiva, proceso en el que China podrá participar con mayor entusiasmo para canalizar la sobrecapacidad productiva doméstica.

En julio de 2014, el presidente chino, Xi Jinping, propuso durante su visita a América Latina una estrategia de tres motores, que son el comercio, la inversión y la cooperación financiera, y se comprometió a elevar las inversiones a por los menos 250.000 millones de dólares dentro de una década.

En los último años, las inversiones chinas en la región han experimentado un incremento constante. Hasta finales de 2014, la inversión directa de China totalizó 98.900 millones de dólares.

Malamud destacó la importancia de la capacidad financiera china para América Latina, indicando que «la infraestructura ofrece grandes oportunidades no solo para la inversión china, sino también para sus grandes empresas constructoras».

Hasta finales de 2014, el país asiático había firmado acuerdos valorados en más de 110.000 millones de dólares en los sectores de gas natural, tuberías, generación eléctrica, carreteras, puertos, viviendas, telecomunicaciones, ferrocarriles, entre otros. Y de ese grupo se han finalizado hasta el momento obras valoradas en 67.600 millones de dólares.

En comparación con los sectores de la energía, la minería y la infraestructura, las inversiones chinas se dirigen de forma muy limitada a la manufactura latinoamericana, que tendrá mucho potencial por explorar.

Brasil recibe casi la mitad de las inversiones chinas en la manufactura de la región, donde destacan los fabricantes de maquinaria pesada SANY y XCMG y las empresas de automóviles CHERY, JAC, GEELY, etc.

García consideró crucial la cooperación con China para que América Latina pueda «dar un salto de un modelo tradicional de ventajas comparativas con la amplia dependencia de commodities a un modelo de ventajas comparativas dinámicas y competitivas».