Derrotero de China señala ruta de paz

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Ésa fue la última ocasión en que China exhibió su capacidad para explorar el océano. La flota volvió a casa sin haber tenido el menor choque con los países encontrados a lo largo de su ruta.

Hoy, con su creciente poderío en los terrenos político, económico y militar, así como la voluntad de solucionar las tensiones en el mar de la China Meridional, China hace frente al desafío de persuadir a sus atribulados vecinos de que volverá a comportarse de la misma manera en que lo hizo cuatro siglos atrás.

 

La declaración de China de que este espacio marítimo es consustancial a sus más caros intereses, sin duda constituye un reto para los países que esperan que se mantenga el actual status quo en los límites marítimos de China. De ahí la necesidad de que Beijing aclare qué tipo de estrategia se propone aplicar más allá de sus costas. A la urgencia de definir posturas contribuyó en especial el intento de EEUU de inmiscuirse en los asuntos relacionados con el mar de la China Meridional, según recientes declaraciones de la Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.

 

La idea de “engavetar los desacuerdos y el desarrollo conjunto”, propuesta por China, ha sentado las bases para el diálogo pacífico en las aguas disputadas. Sin embargo, la idea no llegó de modo diáfano a los interlocutores. Muchos consideran que China está tratando de ganar tiempo, a la espera de solucionar el conflicto cuando haya acumulado una mayor cuota de poderío.

 

EEUU ha sabido pescar en estas aguas, aprovechando la ansiedad reinante para trastornar la relación entre China y sus vecinos asiáticos surorientales.

 

El público chino suele considerar el concepto de “desarrollo común” como una violación de la soberanía y los intereses de China. Y es esta apreciación la que a veces limita la capacidad de maniobra del Gobierno a la hora de negociar con el exterior.

 

Como principal tarea de cara al futuro, China debe explicar con suma claridad sus intenciones, a la vez que aplaca aprensiones entre sus vecinos. Como mayor país de la región, China soporta sobre los hombros asimismo la responsabilidad de reducir divergencias y construir un consenso.

 

Se sabe que no es tarea fácil sobreponerse a los desacuerdos, pero China debe encontrar su manera de impulsar el progreso común, dando así pie a terrenos de entendimiento recíproco que permitan reducir conflictos.

 

Hará falta tiempo para solucionar este diferendo, cuyas raíces se hunden profundas en la historia, pero con esfuerzos comunes y comprensión mutua, deberá emerger el consenso. El mar de la China Meridional no está condenado a sucumbir a la tentación del enfrentamiento para resolver diferendos, de ahí que sea preciso desechar de plano esta posibilidad.

 

La mayoría de los países regionales han acordado no internacionalizar el litigio del mar de la China Meridional. Y debe ser prioridad diplomática de China aferrarse a esta posición y mantener a raya a EEUU en el área. (Pueblo en línea)

 

28/07/2010