EEUU debe sustituir el miedo por el espíritu de competencia

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Al arriarse la bandera china el viernes, tras la salida de EEUU del presidente Hu Jintao, $45 mil millones en acuerdos de intercambio, más varios anuncios publicitarios de la imagen de China, quedaron en territorio estadunidense como testigos de lo acontecido. Las imágenes promocionales fueron diseñadas para facilitar una misión a todas luces difícil, en un intento por apaciguar las aprensiones que aún mantienen los estadounidenses respecto a China.


Una estrategia diplomática que amplifica y explota el miedo público a lo desconocido funcionó durante años para EEUU. En los 80, la economía japonesa, que compitió y frustró a los fabricantes de EEUU, se convirtió en némesis de la nación norteamericana.

A pesar de ello, EEUU logró éxitos en la transformación de su economía. EEUU y Japón establecieron un patrón económico que sirve a las necesidades e intereses de ambos, sin que se haya producido una competencia a muerte, ni un juego de suma nula.

 

Las analogías históricas reproducen un panorama similar hoy. Esta vez la diferencia estriba en que la demonización se proyecta a todo trapo. Aunque la rivalidad sino-estadounidense ha fluido indetenible, China no tiene la capacidad para desafiar la supremacía de EEUU en muchos campos, tales como la tecnología espacial, lo militar y la informática.

 

La pulseada nipo-estadounidense de antaño tiene muchas implicaciones para actual la rivalidad con China. El mercado siempre se apega una trayectoria óptima en procura de la eficiencia a largo plazo. Pero a corto plazo puede parecer que se reducen las ventajas de algún país. Cabe esperar que a China y EEUU les suceda igual.

 

Desafortunadamente, muchos medios de prensa de EEUU se dedican a diseminar la sinofobia, enfatizando el potencial de China en el campo de la alta tecnología y de las energía alternativas, que eventualmente dejarían al campo a los EEUU. Este miedo se refuerza a instancias de los políticos, que creen que el “miedo es más fuerte que el amor”, convencidos de que la xenofobia creará las bases para la cohesión y la fortaleza del país.

 

Tales presupuestos niegan la doctrina de la eficiencia de los mercados, que Occidente ha respaldado por siglos. Los hipócritas de EEUU han estado aplicando un doble rasero, mediante el cual acusan a China de manipular la tasa de cambio del yuan, mientras hacen al país norteamericano gravitar hacia el proteccionismo y propagan los temores a la supuesta amenaza tecnológica de China.

 

Por mucho tiempo EEUU ha sido epítome del espíritu emprendedor, de la innovación y del afán por la aventura audaz. Aún hoy sobresale y domina muchos campos.

 

Pero de lo que carece EEUU es de buena voluntad para hacer frente a los desafíos y oportunidades que plantean los países emergentes, incluida China. No debería olvidar, empero, que la prosperidad proviene de la competencia, no del miedo.(Pueblo en Línea)

 

24/01/2011