El aviso a Alemania

In Análisis, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Después de que la reunión “ a título privado” de la canciller alemana Ángela Merkel con el Dalai Lama el pasado mes de septiembre causara ciertas tensiones en las relaciones bilaterales con China, la situación parece volver a la normalidad, una vez que el gobierno germano, en declaración de su ministro de exteriores, Frank-Walter Steinmeer, reiteró la adhesión a la política de una China, reconociendo que Taiwán y Tibet son parte del territorio chino, y condenando tanto el referéndum de Taiwán a propósito del ingreso en Naciones Unidas como cualquier intento de buscar la independencia de Tibet. 

A resultas de aquel encuentro y de la escasa atención prestada por las autoridades alemanas a las previas expresiones de disgusto chino, Beijing canceló diferentes actividades bilaterales: encuentro formal de los ministros de exteriores en la Asamblea General de la ONU, consultas sobre asuntos jurídicos, diálogo sobre derechos humanos, etc. Además, aludiendo a “causas técnicas”, aplazó la visita del ministro de finanzas, Meter Steinbrueck, a China, prevista para diciembre último.  

El mea culpa de Berlín puede permitir pasar página en las relaciones con Beijing que en un comentario recientemente publicado en el diario Renmin Ribao, aludía a necesidades políticas internas para justificar el “error” alemán. Las elecciones parlamentarias en cuatro estados y el clima previo a las elecciones generales de 2009, justificarían una política de cierto distanciamiento con el SPD (Partido Socialdemócrata), que forma parte de la coalición de gobierno. De hecho, en el ámbito de las relaciones exteriores, Merkel dice defender la necesidad de desarrollar una diplomacia basada en “valores” (democracia, derechos humanos) y no solo en la satisfacción de intereses materiales, lo que justificaría un giro en la atención a otras opciones preferentes en el continente asíático, incluida India.  

Lo cierto es que Alemania no se puede permitir el lujo de perder terreno en China en relación a otros competidores europeos e internacionales y la buena sintonía política es una clave esencial en las relaciones con el gobierno chino. A la reciente y exitosa visita del galo Sarkozy se ha sumado la del primer ministro británico, Gordon Brown, con un compromiso específico de elevar el contenido de la asociación estratégica global entre ambos, intensificando particularmente el diálogo financiero, las relaciones económicas y el entendimiento político.  

China puede ver recompensadas así unas quejas que con un tono menor también se dirigieron a EEUU o Australia, donde también le fueron dispensadas importantes atenciones al Dalai Lama. Y el aviso a navegantes no por menos novedoso es menos claro: con razón o sin ella, hay temas en los que China no se permite jugar.