Gira del premier chino por AL busca modernizar cooperación bilateral con perspectiva mundial

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BEIJING, 18 may (Xinhua) -- El primer ministro chino, Li Keqiang, llegará este lunes a Brasil, dando inicio a su gira por América Latina, que lo llevará también a Colombia, Perú y Chile, y tendrá como clave la cooperación en capacidad productiva y el aprendizaje recíproco entre civilizaciones.


BEIJING, 18 may (Xinhua) — El primer ministro chino, Li Keqiang, llegará este lunes a Brasil, dando inicio a su gira por América Latina, que lo llevará también a Colombia, Perú y Chile, y tendrá como clave la cooperación en capacidad productiva y el aprendizaje recíproco entre civilizaciones.

Durante su periplo, del 18 al 26 de mayo, Li analizará con los líderes de los cuatro países latinoamericanos la profundización de la cooperación en áreas como la industria, la infraestructura, la tecnología, la cultura y la educación, entre otras, en el marco de la asociación de cooperación integral entre China y la citada región.

El director del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, Wu Baiyi, dijo en una entrevista exclusiva con Xinhua que China y América Latina se enfrentan simultáneamente a la ralentización de sus respectivas economías, bajo la presión de la reestructuración, y deben impulsar la cooperación.

«Ambas partes han de aunar esfuerzos para una mayor inserción en las cadenas globales de valor y de esta manera conseguir un mejor desarrollo y mayor influencia en la gobernanza global», manifestó Wu.

MEZCLA DE COOPERACION INDIVIDUAL Y COLECTIVA

En julio de 2014, durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, por América Latina, se fundó oficialmente el Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), con el propósito de generar una red amplia y bien diseñada en favor del desarrollo integral.

Al establecer esta nueva plataforma, las relaciones entre China y América Latina han entrado en una nueva etapa, caracterizada por un mecanismo de cooperación a tres niveles según la perspectiva china: con países de manera individual, con organizaciones subregionales y con la CELAC, que agrupa a todos los países de esta región.

Tan solo seis meses después de su establecimiento, la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC se celebró en Beijing, y en ella se aprobó un plan de cooperación para los próximos cinco años en el que se especifican áreas clave y medidas.

Entre los compromisos, destaca el elevar el volumen anual del comercio bilateral hasta 500.000 millones de dólares, y las inversiones chinas en la región a por lo menos 250.000 millones de dólares en la próxima década.

En cuanto a la actual visita de Li por América Latina, Wu indicó que el viaje será muy importante para «lograr una cosecha temprana» en la colaboración integral entre ambas partes, «porque estos cuatro países latinoamericanos cuentan con todas las condiciones para fomentar la cooperación de forma tanto individual como colectiva».

El ministro adjunto de Comercio chino Tong Daochi explicó que Brasil, Colombia, Perú y Chile son países importantes en América Latina y los principales socios económicos y comerciales de China en la región.

Según las estadísticas oficiales, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante seis años consecutivos y, al mismo tiempo, es el mayor socio comercial de Chile y Perú, y el segundo de Colombia.

A su vez, el director de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), Osvaldo Rosales, señaló que la visita de Li «consolidará una fase de las relaciones entre China y América Latina y abrirá una nueva etapa».

CONTRIBUCIONES AL CRECIMIENTO ECONOMICO MUNDIAL

China y la CELAC representan conjuntamente a un tercio de la población mundial, una quinta parte de la superficie terrestre del planeta y una octava de la economía mundial, y son fuerzas importantes para impulsar la situación económica actual, que es en general débil.

Durante la última década, incluso cuando estalló la crisis financiera global en 2008, tanto China como América Latina estaban protagonizando una época de bonanza económica, mostrando una fuerte resistencia a las turbulencias financieras mundiales y un elevado potencial de crecimiento.

Sin embargo, el viento a favor ha dejado de soplar. Las economías china y latinoamericanas han entrado en una etapa de desaceleración y afrontan retos similares de transformación y reestructuración.

A juicio de Enrique García, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), es un «buen momento» para la modernización de la cooperación entre ambas partes.

«Ahora que los altos precios no se van a mantener, que la tasa de crecimiento chino va a ser menor y que América Latina no está en crisis, es un buen momento para dar los pasos correctos y hacer una transformación productiva que sea incluyente y sostenible», recalcó García.

Bajo estas circunstancias, la visita de Li tiene como objetivo fomentar la cooperación en capacidad productiva y explorar el potencial en los sectores financiero, de manufactura, tecnológico, aeroespacial y de infraestructura, más allá de la cooperación tradicional en recursos minerales, energía y agricultura.

Durante su estancia en Brasil, Li firmará una serie de documentos bilaterales, como un estudio conjunto para evaluar la factibilidad de la construcción de un ferrocarril transoceánico que una el Pacífico con el Atlántico, creando así un corredor de exportación en la región.

Xu Shicheng, investigador del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, consideró la cooperación en capacidad productiva como un punto común para la transformación de ambas partes.

«La cooperación en capacidad productiva entre China y América Latina puede ayudar a la última a convertir la ventaja de sus recursos en la ventaja de sus industrias, y así llevar la cooperación entre ambas partes hasta un nivel más alto y fructífero», agregó Xu.

TRANSFORMACION DEL ORDEN GLOBAL

A medida que aumenta la fuerza económica de los países en desarrollo, el panorama político mundial experimenta cambios profundos y complejos, y estas naciones muestran más voluntad y fuerza para expresarse y decir «no» a un orden político y económico global injusto e irracional.

No obstante, el orden internacional centralizado por los países desarrollados no ha llevado a cabo una modificación correspondiente, y los países en desarrollo permanecen en estado de desventaja en la elaboración de normas internacionales, por ejemplo en el caso de la reforma de cuotas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En este sentido, ningún país en desarrollo es capaz de transformar el orden global por sí mismo, y todos deben unirse en el marco de la cooperación Sur-Sur para tener una sola voz y proteger los intereses comunes.

«La estructura de poder mundial ha cambiado y América Latina tiene que insertarse de manera más efectiva en los intereses del Sur; y para eso tiene que haber más unidad de criterio y presentarse en el mundo no de forma muy fragmentada, sino tratar de tener un común denominador en temas centrales», indicó García.

En la arena internacional, China y los países latinoamericanos y caribeños cuentan con idénticas demandas y similares opiniones sobre la democratización de las relaciones internacionales, el principio de «responsabilidades comunes pero diferenciadas» sobre el cambio climático y la reforma del sistema financiero internacional, entre otras.

Bruno Ayllón, investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, dijo que la cooperación entre China y América Latina presenta una «perspectiva política», que buscará apostar «por un mundo mucho más multipolar, donde los nuevos polos de poder consigan equilibrar la hegemonía que tenían los países occidentales».

Sin embargo, China y América Latina no quieren derrocar el actual orden global sino que buscan transformarlo de forma pacífica hacia un futuro más justo, democrático y equilibrado.

La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcenas, calificó a América Latina y el Caribe como una región de paz, bastante estable y que «puede ser parte de la solución a muchos de los problemas globales, más que el problema».