La nueva cúpula de la Unión Europea podría mejorar las relaciones con China

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El nombramiento del primer ministro Belga, Herman Van Rompuy, como presidente permanente de la Unión Europea (UE) ayudará a los países miembros a formar un criterio unificado con respecto a China y a reducir problemas potenciales en las relaciones bilaterales, según señalaron el pasado viernes algunos diplomáticos y expertos.


El pasado viernes los líderes de la UE nombraron para el nuevo puesto a la cabeza de la UE a Van Rompuy. Igualmente, designaron como nueva Alta Representante de Exteriores de la UE a la británica Catherine Ashton.

Ambos puestos, el de presidente y alto representante de política exterior, fueron creados en base al Tratado de Lisboa, que pone los cimientos de la reforma de la UE y entrará en vigor a partir del próximo 1 de diciembre.

François Godement, director y profesor del Centro Asia, afiliado a la prestigiosa facultad de Sciences Po en París, indicó que la presidencia permanente de la UE ayudará a Europa a estabilizar los criterios de sus fluctuantes relaciones con China. Godement hizo estas declaraciones durante el foro sobre las relaciones China-UE que concluyó en Beijing el pasado viernes.

Los vínculos bilaterales entre China y algunos países de la UE sufrieron dificultades el pasado año, debido al apoyo de algunos líderes europeos al Dalai Lama y por el boicot que algunos de ellos propusieron contra los Juegos Olímpicos de Beijing.

La entrada en vigor del Tratado de Lisboa actuará como aliciente para que las relaciones China-UE sean más directas y efectivas, en especial en los momentos en que los vínculos entre las dos partes afronten problemas, indicó Yang Jiemian, presidente del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai.

Una mayor coordinación de las posiciones europeas sobre China reducirán el riesgo de deterioro en las relaciones, causado por las decisiones poco amistosas con China de algunos países, dijo Yang.

El editor del Financial Times, James Kynge, se muestra de acuerdo a este respecto. “Creo que una de las grandes frustraciones de China en sus relaciones con la UE es que nunca está claro quién manda en Europa”, indicó durante el citado foro. “Ahora que la UE cuenta con una presidencia clara, quizá sea más fácil comprometerse para China… Al menos hay una persona que, en teoría, habla en nombre de toda la UE”.

El consejero de la embajada belga en Beijing, Bart Pennewaert, indicó, sin embargo, que es difícil saber si las políticas hacia China serán la tarea más acuciante para Van Rompuy. Parece ser que la economía es lo más importante.

Aun así, basándose el el encuentro entre Van Rompuy y el vicepresidente chino Xi Jinping, que visitó Bélgica el mes pasado, el nuevo presidente de la UE, de 62 años, apoya claramente la ‘política de una sola China’ y no es partidario de ninguna actividad separatista contra China, indican los expertos.

El nombramiento de Van Rompuy llegó poco después de la visita de Barack Obama a China. La importancia que Obama concede a las relaciones entre Estados Unidos y China –y viceversa- hace a algunos europeos preguntarse si la UE no está perdiendo peso en los asuntos globales.

No obstante, el ex primer ministro francés Jean-Pierre Raffarin, expresó en Beijing que “las relaciones UE-China no son menos importanes que las relaciones entre China y los Estados Unidos… La Cumbre UE-China dará muestras de la importancia de estos vínculos”.

La XII Cumbre UE-China se celebrará en Nanjing el próximo 30 de noviembre. El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, que ostenta la presidencia semestral del bloque, se reunirá con el Premier chino Wen Jiabao.

Raffarin señala que “China y la UE han alcanzado un acuerdo sobre la construcción de un mundo multipolar. Ambos países están de acuerdo en que no debe haber un G1, un G2 o un G3, sino multilateralismo”.

Gustaaf Geeraerts, director del Instituto de Estudios sobre la China Contemporánea de Bruselas, expresó en el foro que el buen momento que viven las sinergias entre Beijing y Washington han hecho crecer las especulaciones sobre la aparición de un nuevo eje transpacífico.

Las relaciones UE-China pueden no ser estratégicas, pero tienen un gran potencial, indicó. Y para reforzar los vínculos, China y la UE deben acordar en qué áreas quieren basar su colaboración.