La persistencia del principio de «responsabilidad compartida pero diferenciada» constituye la premisa para el éxito de la Conferencia de Copenhague

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La conferencia de Copenhague, que se celebra en los días 7 y 18 de diciembre, reúne a representantes de 192 países y tiene como objetivo trazar un plan para la lucha contra el cambio climático desde el año 2012 y hasta el 2020.


En los últimos días, países desarrollados y países en desarrollo han propuesto sus proposiciones sobre la base de la posición coordinada para firmar nuevo protocolo internacional o modificar el vigente Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático. Sin embargo, un proyecto planteado por unos países desarrollados ha armado un gran alboroto dentro y fuera de la Conferencia. Este proyecto pide a países en desarrollo y países desarrollados a compartir igualmente la meta de reducción de emisión.

El delegado chino asistente a la Conferencia de Copenhague ha señalado que si lanzamos una vista a este proyecto planteado por unos pocos países, está claro de un vistazo que EEUU y otras naciones ricas están tratando de difuminar las diferencias fundamentales entre las responsabilidades de las naciones desarrolladas y aquellas en vías de desarrollo. Se encontrará una enorme disparidad si hacen una comparación entre sus promesas y las acciones que han emprendido hasta ahora.

Sobre las reducciones de emisiones, la promesa estadounidense de 4 por ciento para 2020 en comparación con los niveles de 1990 y la meta de 20 por ciento de la Unión Europea también son criticadas por las naciones en desarrollo, que las consideran insuficientes.

Las naciones ricas han prometido reducir para el año 2000 sus emisiones a los niveles de 1990, pero ninguna de ellas ha cumplido ese compromise.

Los países en desarrollo, incluidos el grupo de los 77 y China han señalado que el proyecto de esos pocos países desarrollados va en contra del principio de transparencia y publicidad, y destruye el principio de «responsabilidad compartida pero diferenciada», ensombreciendo de esta manera sobre el futuro de la Conferencia.

La parte de China ha planteado su propuesta de que primero: los países desarrollados deben comprometerse con sus objetivos de cortes sustanciales de emisiones para el segundo periodo que abarca de 2012 a 2020.

Segundo: la conferencia debería establecer un mecanismo efectivo que asegure que las naciones desarrolladas cumplen sus compromisos en proveer a las naciones en desarrollo de financiación, tecnología y capacidad de construcción.

Tercero: los países en desarrollo deben poner en marcha medidas de adaptación y mitigación, una vez que reciban las ayudas financieras, tecnológicas y de construcción por parte de las naciones desarrolladas.

Así, la conferencia puede poner en marcha medidas justas y razonables para la futura cooperación internacional, creando un mecanismo que garantice que la humanidad hará frente al cambio climático.

China advirtió que los países ricos no deban «eludir o trasladar a otros» sus responsabilidades en la cuestión del cambio climático, y les instó a ofrecer fondos a los países en vías de desarrollo para hacer frente a este asunto de alcance global.

Por su parte, Yvo de Boer, secretario ejecutivo del Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático, también ha señalado que el Protocolo de Kyoto debe sobrevivir y sobrevivirá a la conferencia climática de las Naciones Unidas en Copenhague.

De Boer dijo que ante todo el protocolo sobreviviriá porque tomará tiempo para que el nuevo instrumento legal sea ratificado si la conferencia propone uno nuevo.

En segundo lugar, el Protocolo de Kyoto ofrece mecanismos basados en el mercado que ya están funcionando. Actualmente no hay ninguna provisión bajo el convenio para los mecanismos. Dijo que si alguien desea impulsar un nuevo tratado, existiría de nuevo una brecha que la gente no desea ver.

Por último, De Boer agregó que el Protocolo de Kyoto es el único instrumento obligatorio legal respecto al cambio climático y no hay una buena razón para abandonarlo.

De Boer dijo que se ha hecho un buen progreso en la conferencia climática de Copenhague, en especial en el área de tecnología.

Su evaluación de la conferencia es hasta ahora que la gente ha hecho una labor seria y que espera que continúe haciendo avances.