Se ha activado un mecanismo de emergencia para el rescate de los trabajadores, que son empleados por una empresa china que actualmente acomete un proyecto de carretera en Sudán.
Un equipo chino llegó el martes a la capital sudanesa, Jartum, para asistir a la Embajada de China en sus esfuerzos por lograr la liberación de los trabajadores y celebrar consultas con las autoridades sudanesas. China también ha presentado una nota de protesta a Sudán por el incidente.

Se espera que todos estos esfuerzos redunden en el retorno seguro de los trabajadores.

En otro orden de cosas, 25 trabajadores chinos que eran mantenidos cautivos por lugareños egipcios el martes, fueron liberados el miércoles. Los secuestros ponen de relieve la importancia de salvaguardar la seguridad de los ciudadanos chinos que trabajan o viajan al extranjero.

En los últimos años, ha ido en aumento el número de ataques contra turistas o trabajadores chinos en el extranjero. En octubre, 12 marineros chinos fueron brutalmente asesinados por un grupo de hombres armados en el río Mekong, y a principios del año pasado fue preciso evacuar a más de 30.000 ciudadanos chinos ante las crecientes turbulencias en Libia.

Las empresas e individuos chinos sufrieron enormes pérdidas de propiedad e inversiones en Libia el año pasado.

A medida que nuestra economía se integra más estrechamente con el resto del mundo, un número creciente de empresas y personas chinas ponen en marcha operaciones, o fomentan lazos de negocios en el extranjero.

Las estadísticas indican que a finales de 2009 China había establecido un total de 13.000 empresas extranjeras en 177 países y regiones, donde sus activos sobrepasan ya el billón de dólares.

Para el Gobierno, resulta una ardua tarea proporcionar una protección oportuna a los intereses del país en el extranjero. Un país con poder económico debe tener la capacidad de proteger a sus ciudadanos e intereses, sin importar dónde se encuentren.

Esto es especialmente relevante teniendo en cuenta las tensiones que aumentan en varios países, y que amenazan con desembocar en conflictos armados o en turbulencias regionales. En el extranjero, los individuos y empresas chinas deben permanecer siempre vigilantes y estar al tanto ante los posibles riesgos y tomar las precauciones razonables para salvaguardar sus vidas y propiedades.