La venta de armas de EEUU a Taiwan no es en absoluto un simple problema electoral

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El pasado 29 de enero, Estados Unidos anunció su nuevo plan de venta masiva de armas a las autoridades de Taiwan, provocando gran indignación del Gobierno y pueblo de China. Diversos departamentos de China, entre ellos, la Cancillería, el Ministerio de Defensa Nacional, la Asamblea Popular Nacional, la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la Oficina de Asuntos de Taiwan subordinada al Consejo de Estado, emitieron declaraciones por separado, oponiéndose enérgicamente a la nueva rueda de venta de armas de Estados Unidos a Taiwan.


Protestas de tan gran densidad tuvieron lugar por primera vez en las últimas décadas; y lo severos que son los términos usados en las declaraciones también fueron sin precedentes. La declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores señala directamente que esta acción de Estados Unidos amenazará la cooperación chino-estadounidense en algunos problemas internacionales de punto caliente. Además, el departamento pertinente de China tomó inmediatamente contramedidas: Suspender temporalmente los proyectos militares de intercambio de diversos tipos y visitas mutuas y, además, plantear por primera vez sanciones contra las compañías participantes en la venta de armas a Taiwan.


A criterio de este autor, la solemne y justa reacción y las advertencias sin precedentes de la parte china muestran que ella ya está profundamente consciente de lo grave que es este incidente provocado por la parte estadounidense; en esencia, ya ha dejado de ser una acción diplomática táctica e impulsiva, ni se debe a factores internos de Estados Unidos como los pedidos que necesitan las industrias de municiones ni a las necesidades de la política de partidos de EEUU, por ejemplo, de las elecciones intermedias de este año para el Congreso, sino que se trata de una manifestación del cambio estratégico de la política hacia China.



Este autor se dio cuenta de que la política exterior desde la subida de Obama al Poder en 2009 tiene una tendencia digna de alerta y, esto es, su énfasis militar, político y diplomático ha comenzado a inclinarse hacia las periferias de China: Incluyendo el anuncio de retirar las tropas de Irak y pasar a aumentar efectivos militares en Afganistán; incrementar el apoyo y cooperación militares con la India; aumentar el reconocimiento militar sobre China e intentar reforzar su influencia en el problema del Mar Meridional de China; poner en práctica la estrategia de retorno al Sudeste Asiático, y así por el estilo.



Y en el dominio económico, contrarrestando el espíritu de libre comercio siempre pregonado por EEUU, se ha entregado afanosamente al proteccionismo comercial contra China, colocando barreras comerciales no arancelarias contra diversos tipos de productos industriales de China y, además, intentando conducir a otros países a imponer las mismas “sanciones” sobre China, todo esto con el objetivo de que otros países, como India, Brasil o México, reemplacen a China en la elaboración de estos productos industriales para combatir y presionar contra la expansión industrial de China.



Las palabras de algunos personajes políticos han sido inusuales. Por ejemplo, Dean Cheng, analista del problema de China del banco de cerebros conservadores de Washington “Fundación de Herencias”, dijo el 18 de enero al ser entrevistado por Reuter´s: “Las relaciones con China han entrado en un año realmente peligroso y turbulento.” La secretaria de Estado Hillary Clinton manifestó el 11 de este mes a los medios de comunicación que las relaciones estadounidense-chinas entrarán probablemente en 2010 en “un período desagradable”.



Teniendo en cuenta las características generales de las relaciones entre China y EEUU: Este es la única superpotencia en el mundo de hoy y se encuentra en una posición ventajosa en tanto que China, un gran país en vías de desarrollo, se halla en una posición relativamente desfavorable, si Estados Unidos no viola los intereses cruciales de China, las relaciones chino-estadounidenses permanecerán naturalmente sin novedades, no entrarán “en un año realmente peligroso y turbulente” ni en “un período desagradable”.



No obstante, bancos de cerebros y altos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos han hecho estimaciones totalmente contrarias, lo que hace suponer a la gente con razón que dentro del Gobierno estadounidense ya está claramente definida la línea diplomática hacia China en 2010, política que será muy diferente de la política seguida a partir de la crisis financiera. Desde la crisis financiera de 2008, Estados Unidos, principalmente a título de “partes interesadas”, quiso que China le echara una mano para superar la crisis financiera. En 2010 y en adelante, es muy probable que EEUU lance nuevos desafíos contra los intereses esenciales de China y, de este modo, reprima y ejerza presión sobre China considerada como el nuevo motor de la economía mundial, para hacer que el capital mundial, en lugar de fluir a China, afluya a Estados Undios.



Hablando desde este ángulo, las unánimes predicciones de los bancos de cerebros no son, en realidad, predicciones, sino unas revelaciones previas de los resultados de su reflexión sobre la política definida. Y la venta de armas a Taiwan no es sino la ejecución de un eslabón de esta política definida. Razón por la cual si la reacción y las contramedidas de la parte china no están fuera de lo que esperaba EEUU en sus reflexiones, ello permitirá que la estrategia estadounidense de “pensamiento de Guerra Fría” hacia China vaya más lejos; China tiene que hacer comprender a EEUU que soportar los precios de socavación de la estabilidad de las relaciones China-EEUU es probablemente más difícil para Estados Unidos que para China, porque lo que defiende China son los intereses nacionales de su país y perfectamente justificable en tanto que lo que EEUU tiene que mantener son sus intereses de hegemonía globaol y tiene un frente demasiado largo y, además, impopular por supuesto.



China siempre ha dado importancia a las relaciones chino-estadounidenses pero, la historia muestra que ¡China no venderá por esto sus intereses nacionales ni tendrá miedo a ningún desafío impuesto sobre ella! (Pueblo en Línea)


02/02/2010