Lo que está detrás del «reconocimiento»

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Las “informaciones sobre China” en los medios de comunicación de la corriente principal de Occidente ya no son novedades, pero el “número especial sobre China” de más de 80 páginas publicado por el semanario francés “Le Point” en su última edición de 2009 ha atraído mucha atención. Hace poco más de un año, esta revista predecía que “los asientos reservados para los huéspedes ilustres quedarán probablemente sin nadie”; hoy día, Jenelle, vice redactor en jefe a cargo del “número especial sobre China”, dijo que “aunque existen aún tales o cuales problemas en China, esto no puede impedirnos ver con una visión admiradora sus cambios”.


La crisis financiera internacional ha cambiado al mundo, y también los puntos de vista de muchos occidentales sobre China. Jennelle dijo: “Frente a la impetuosa crisis económica, Occidente ha sido duramente golpeado y, en cambio, China sigue manteniendo una alta tasa de crecimiento, de modo que se presenta un claro contraste entre ambos casos, lo que es prácticamente increíble para nosotros, y fue precisamente el motivo de este número especial… Este año han sucedido muchos acontecimientos importantes y China se convierte paso a paso en una potencial mundial.”

El crecimiento económico chino contra la corriente, las medidas tomadas por China como un gran país responsable y las destacadas cualidades latentes de China como una potencia mundial: la superposición de estos factores ha hecho que muchas personas descubran y conozcan de nuevo a China. Huelga decir, este cambio de la comprensión conlleva cierto “carácter utilitarista”, pero, más importante aún, muestra lo que complejo que es conocer de manera más completa, profunda y serena a China. El “rostro” de China ha dejado de ser cierta concepción abstracta y ha llegado a ser el símbolo de la “colectividad obrera china” y la “estrella china”.

 

Frente a la lluvia de elogios y esperanzas, China también enfrenta un importante reajuste psicológico y reconocimiento de sí misma. Odiábamos que otros nos llamaran “enfermizos de Asia Oriental” y juramos hacer “despertar” a este “león durmiente” a ojos de Napoleón. Hoy día, China ya está “despierta” y, en medio de la alegría, estamos reflexionando: ¿Ha llegado realmente China a ser tan poderosa como para “salvar al mundo”? ¿Cómo mantener el ímpetu de desarrollo de la economía china? Frente a la incógnita, no podremos sino mantenernos conscientes. Siendo miembro de “gran dimensión” de la comunidad internacional, China tiene que continuar desarrollando la fuerza moral de compartir la responsabilidad y, de igual modo, prestar atención a cómo realizar ulteriormente el autoperfeccionamiento en medio del constante desarrollo.

 

En la historia de contactos de más de 160 años entre China y Occidente a partir de 1840, se han sedimentado muchas huellas en los corazones tanto de los chinos como de los occidentales. Estas huellas no son personales, sino de nación, de país, de época. A medida del progreso de la civilización política internacional y el profundo desarrollo de la globalización económica, tenemos razón para considerar que la Humanidad ya ha entrado en una nueva época, pero las huellas históricas y las viejas costumbres siguen permaneciendo en el corazón y la vida de la gente y ninguna esperanza “subversiva” es realista.

 

El camino chino es peculiar, y tal vez sea la extensión de la peculiar tradición cultural de China. Para Occidente, la “difícil comprensión” de China reside precisamente aquí, pues su extensión y reforma, su unidad y magnanimidad, su paciencia y avance impetuoso, son todos aparentemente contradictorios, pero en la realidad, ni uno ni otro se excluyen entre sí. China, “cruzando el río a tiendas”, ha abierto un camino propio; por más que comente el mundo sobre el “modelo chino”, China sólo podrá avanzar cuidadosamente a tiendas y entregarse de todo corazón a la construcción.

 

Frente al desarrollo de China y otros países asiáticos, eruditos y medios de comunicación occidentales no dejan de gritar alarmados que el poder mundial se encuentra en el traslado histórico desde Occidente hacia Oriente. Alguien describe en forma metafórica: “La rueda de la historia sigue girando, los chinos han vuelto a la escena.” Esto refleja cierta fórmula de pensamiento de Occidente: El poderoso ejerce necesariamente la hegemonía. Pero, la “expansión” no ha sido nunca característica de la historia china. Y precisamente por su expansión, numerosos imperios expansionistas no han renacido después de su arruinamiento; en cambio en China, a la dinastía Tang le siguieron las dinastías Song y Ming y sigue estando China. China y Occidente tendrán que comprenderse ulteriormente. (Pueblo en Línea)

 

13/01/2010