No es probable un conflicto comercial entre EE.UU. y China durante la era Trump

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El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cubierto con un velo de incertidumbre las relaciones entre China y el país norteamericano. Sin embargo, las agresivas declaraciones del republicano en temas económicos y comerciales no traerían consigo una disputa en el comercio bilateral, puesto que sería perjudicial para ambas partes, advirtieron los expertos a puerta de la investidura de Trump esta semana.


El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cubierto con un velo de incertidumbre las relaciones entre China y el país norteamericano. Sin embargo, las agresivas declaraciones del republicano en temas económicos y comerciales no traerían consigo una disputa en el comercio bilateral, puesto que sería perjudicial para ambas partes, advirtieron los expertos a puerta de la investidura de Trump esta semana.

Según un informe realizado por el Centro para China y la Globalización, 8 desafíos aguardan a la nación asiática en la era Trump, el intento del magnate de retirarse del Tratado Transpacífico TPP y renegociar el sistema de acuerdos de libre comercio, el uso de políticas tributarias y otras medidas financieras para atraer a las empresas estadounidenses de vuelta a suelo patrio, entre otros.

En el seminario donde se publicó el estudio, el director del centro, Wang Huiyao, indicó que el gabinete de Trump parece tener una postura más rígida en cuanto a los aspectos económicos y comerciales.

Pese a todo, es poco probable una guerra comercial entre ambos países y los conflictos pueden evitarse, apuntaron los académicos presentes en el evento.

El exjefe de Asuntos Americanos y Océanicos del Ministerio de Comercio, He Ning, anotó que la economía y el comercio son los cimientos de los vínculos bilaterales y que Trump necesita de la segunda economía del mundo para cumplir con sus promesas de más empleo e intercambios comerciales.

“Una vez que Trump se instale en la Casa Blanca se verá restringido por el sistema político nacional, el cual la mayor parte del tiempo busca beneficios para diferentes grupos de interés”, agregó.

“Estados Unidos será el mayor perjudicado de iniciarse una guerra como esa, dado que echaría por la borda millones de puestos de trabajo, lo opuesto a lo prometido por Trump, perdería importantes acuerdos comerciales, como el de Boeing; y descartaría la oportunidad de ingresar en un tercer mercado junto con China, por ejemplo la iniciativa de la Franja y la Ruta”, explicó Chen Wenling, economista principal en el Centro para Intercambios Comerciales Internacionales de China.

Wang recalcó que Beijing y Washington forman la mayor comunidad de intereses compartidos cuando se habla de economía. Con un intercambio bilateral e inversiones de miles de millones de dólares, es básicamente imposible para ellos que rompan todo tipo de contacto.

En respuesta, el reporte sugirió prestar mayor atención a los gobiernos estatales en el país americano, pues son más propensos a mantener estrechos lazos con China que a enfrascarse en conflictos políticos. Además enfatiza el rol de las multinacionales en la estabilización de dichos vínculos.

El presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China, Alan Beebe, coincidió con el informe en la última encuesta de su institución respecto a las compañías estadounidenses en China, las cuales consideran de “muy importantes” a “importantes” las relaciones entre ambos países. No obstante, también arrojó un declive en la confianza de los lazos bajo la nueva presidencia, solo el 17% de las empresas afirmaron una mejora tras la toma de mando de Trump.

En referencia a si las compañías norteamericanas responderían a su llamado de volver a Estados Unidos, Beebe señaló en el seminario que la firma promedio actúa racionalmente en línea con lo más beneficioso para sus intereses, pero que también valoran la previsibilidad.