Primer ministro de China visita y da alientos a Japón luego de terremoto

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TOKIO, 21 may (Xinhua) -- Mientras el viento susurra y las olas corren, el primer ministro de China, Wen Jiabao, observa los escombros, permanece en silencio, y aprieta los labios.


Wen, de 69 años de edad, quien hizo la primera escala de su actual visita a Japón en el pueblo costero de Natori, ha atestiguado en persona las secuelas de dos de los peores terremotos del siglo XXI: uno en su propio país en 2008, y el otro este año en Japón.

Wen se encuentra en esta isla nación para participar el domingo en una cumbre con su homólogo japonés Naoto Kan y con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak. El premier, ataviado con saco negro y zapatos deportivos, visitó la región portuaria de Yuriage en Natori, que permanece cerrada incluso para los sobrevivientes locales, poco después de su llegada esta tarde a Japón.

El escenario en el lugar muestra barcos en tierra a cientos de metros del mar, automóviles y camiones estrellados o enterrados en el fango, troncos y piezas metálicas así como muebles de casas, tiendas y diversas construcciones vulnerables esparcidas por doquiera, y apenas unas cuantas escuelas y hospitales de concreto que quedaron en pie.

La aldea Yuriage, que una vez fue hogar de una población aproximada de 7.000 personas en el noreste de la isla japonesa de Honshu, casi desapareció por la violenta acción del tsunami provocado por el destructivo terremoto de 9,0 grados que se originó en el fondo del océano pacífico en esa región el 11 de marzo.

En lo que queda de lo que era la Asociación de Pesca de Yuriage, cerca de la desembocadura del río Natori, Wen depositó un ramo de flores en honor de los muertos. Pero esa no ha sido su primera expresión de condolencias por este desastre.

Horas después del sismo, el premier chino envió un mensaje a su homólogo japonés Kan transmitiéndole las profundas condolencias del gobierno chino hacia el gobierno y hacia el pueblo japonés, prometiendo proporcionar la asistencia necesaria.

Dos días después, en una conferencia para la prensa mundial luego de una reunión de la Asamblea Popular Nacional (APN), el máximo órgano legislativo de China, Wen informó sobre ayuda adicional al anunciar que el equipo de rescate y el primer cargamento de ayuda enviados por China habían llegado a la zona del terremoto en Japón.

Además de un mensaje de condolencias enviado el 18 de marzo al emperador japonés Akihito, el presidente de China Hu Jintao, visitó la embajada de Japón en Beijing para expresar sus respetos por las víctimas, debido a que tanto los chinos como los japoneses por costumbre conmemoran con pesar a los difuntos al séptimo día de su deceso.

«Esperamos que el pueblo japonés pueda superar las dificultades y reconstruir sus hogares pronto», declaró el presidente Hu al embajador japonés en China, Niwa Uichiro.

Los deseos fueron sinceros, firmes pero cálidos.

Hoy, junto con Kan y con el presidente de Corea del Sur Lee, Wen visitó un albergue en Fukushima, en el que las personas continúan su vida aunque no haya habitaciones normales sino cabinas de limitadas por una especie de muros blancos de un metro de alto y tapizados con las tradicionales alfombras tatami o mantas.

El número de habitantes en la morada temporal, ubicada en el gimnasio deportivo de Azuma a una hora y media de camino desde Natori, ha descendido de los 2.500 que llegó a haber a unos 600, quienes esperan trasladarse a nuevas casas en los próximos meses.

Como cualquier japonés, Wen se quitó los zapatos y caminó en el área de albergue junto con Kan y Lee.

«Una dama que se encontraba adentro me pidió dibujar una sonrisa. Lo hice, y añadí unas palabras: ‘Vive sonriendo'», comentó el primer ministro chino a los reporteros japoneses y chinos que esperaban en la puerta después de la visita que se prolongó 45 minutos.

«Su dibujo y sus palabras me dieron valor y felicidad, aunque se lo pedí en una oportunidad por casualidad», declaró Yatsuda Itsumi, una ama de casa de 52 años de edad que residía a tan sólo unos 10 km de distancia de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi, que resultó dañada durante el desastre provocado por la fuerza del tsunami.

«Con confianza y valor, como les escribí a algunos residentes aquí, los japoneses pueden resolver apropiadamente la crisis nuclear y reconstruir su hermoso hogar», expresó Wen, indicando que él mismo tomó la decisión de visita Fukushima para expresar las condolencias y el apoyo del gobierno y del pueblo de China hacia Japón.

El apoyo es para los amigos tal como proviene de ellos también.

Después del devastador terremoto del 12 de mayo de 2008 que sacudió la provincia de Sichuan en el sudoeste de China, y que dejó más de 80.000 muertos o desparecidos, Japón envió equipos de rescate a la zona y ofreció asistencia.

Luego del desastre de Japón, China envió ayuda humanitaria de emergencia con valor de unos 30 millones de yuanes (4,4 millones de dóalres USA) y 20.000 toneladas de gas y de diesel, sin contar los millones de dólares USA con los que colaboraron los ciudadanos y organizaciones no oficiales.

Por su parte, Sany Heavy Industry, un fabricante líder de maquinaria pesada de China, donó un camión de bombeo de concreto de vanguardia con valor de un millón de dólares USA para apoyar en los esfuerzos para enfriar el reactor de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi.

«Al enfrentar los desastres naturales, la humanidad es una comunidad con un destino común», afirmó Wen, añadiendo que China y Japón, como vecinos separados tan sólo por «una estrecha franja de agua» deben ayudarse mutuamente e impulsar su cooperación debido a que están «en el mismo barco».

Mientras recordaba la asistencia que proporcionó Japón a China en tiempos difíciles, Wen mencionó que el gobierno y el pueblo chinos continuarán apoyando los esfuerzos de Japón para superar el desastre y lograr su reconstrucción.

En una acción simbólica, Wen obsequió pandas de juguete, animales nativos de la provincia china de Sichuan, y grullas de papel elaboradas por jóvenes de Sichuan, para enviar buenos deseos a los japoneses en el gimnasio Azuma y en la Escuela Primaria Tatekoshi de Natori, cuyo gimnasio también se está utilizando para albergar a quienes perdieron sus viviendas.

Más tarde, el primer ministro chino se reunió en Tokio con algunos estudiantes de la prestigiosa Universidad Sofia y con la banda juvenil de música pop SMAP, que cantó una versión en chino de una canción popular para alentar a las víctimas de desastres naturales.

Wen recordó la anterior reunión que tuvo con esos estudiantes, quienes le obsequiaron una gorra roja de béisbol después de un partido cuando visitó Japón en mayo del año 2010.

«La amistad entre China y Japón que data de varias generaciones responde a los intereses fundamentales de los dos pueblos, y es benéfica para la paz y para el desarrollo de Asia y del mundo en general», afirmó.