¿Qué aportará el banco asiático liderado por China a la región?

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BEIJING, 4 oct (Xinhua) -- Menos de dos años después de que se propusiera, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) está muy cerca de ser puesto en marcha, y las expectativas de que inyecte energía en la economía y las finanzas regionales son altas.


BEIJING, 4 oct (Xinhua) — Menos de dos años después de que se propusiera, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) está muy cerca de ser puesto en marcha, y las expectativas de que inyecte energía en la economía y las finanzas regionales son altas.

El BAII, propuesto por China, dio un paso adelante el 29 de junio, cuando los representantes de los futuros 57 miembros fundadores se reunieron en Beijing para la ceremonia de firma de un acuerdo que subrayaba el marco y la estructura administrativa del banco.

Se espera que el BAII inicie sus operaciones a finales de este año si los legisladores de diez países fundadores adoptan el acuerdo, y si el capital inicial suscrito no es menor al 50 por ciento del capital autorizado.

En agosto se celebró una reunión de negociadores jefe para discutir candidaturas para el presidente del BAII y Jin Liqun, antiguo viceministro de Hacienda de China y secretario general del Secretariado Multilateral Interino del BAII, fue elegido por consenso.

Propuesto por el presidente de China, Xi Jinping, en octubre de 2013, el BAII es una respuesta al signo de los tiempos.

«El banco llega en el momento justo como una institución funcional multilateral», dice Han Liqun, académico del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China.

CERRANDO LA BRECHA FINANCIERA

Con la enorme diferencia que existe entre las necesidades de Asia en materia de infraestructuras y la capacidad de las actuales instituciones financieras regionales, el BAII complementa a los existentes prestamistas multilaterales, más que compite con ellos.

El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) ha estimado que Asia necesitará alrededor de 750.000 millones de dólares en inversión en infraestructuras anualmente hasta 2020. El Banco Mundial y el BAD disponen únicamente de 220.000 millones y 160.000 millones de dólares en capital suscrito respectivamente.

A pesar del rápido crecimiento económico y comercial en las últimas décadas, las naciones asiáticas han visto que sus economías se desaceleraban debido a la débil demanda global. La inversión en puertos, ferrocarriles y carreteras -áreas en las que Asia requiere una gran mejora- se percibe como una herramienta ideal para impulsar el crecimiento.

Sin embargo, los países desarrollados se están apretando los cinturones a la hora de conceder ayudas a las naciones en vías de desarrollo tras la crisis financiera global, mientras que tanto el Banco Mundial como el BAD se están enfrentando a críticas en relación con su eficacia, lo que hace necesario buscar más fuentes de financiamiento, dice Han.

El banco será compatible con los prestamistas internacionales establecidos, en vez de representar una competencia, ha asegurado el ministro de Hacienda chino, Lou Jiwei.

«Históricamente, la creación de bancos de inversión regionales, incluyendo el BAD y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, no ha debilitado a las instituciones establecidas. Más bien ha reforzado las organizaciones financieras multilaterales y ha impulsado con mayor vigor la economía global», declaró Lou a Xinhua en marzo.

Han cree que el BAII estimulará una nueva ronda de financiación de apoyo por parte de países desarrollados hacia las naciones en vías de desarrollo para que inviertan en infraestructuras y fomenten sus economías.

Tanto el Banco Mundial como el BAD han dicho que están preparados para colaborar con el BAII en la financiación de la construcción de infraestructuras en la región.

El banco proveerá principalmente fondos para la construcción de carreteras, puentes, puertos, muelles y proyectos hídricos, así como de instalaciones médicas y educativas, de acuerdo con el viceministro de Hacienda de China Shi Yaobin.

El BAII dispondrá de un capital autorizado de 100.000 millones de dólares y su capital suscrito inicial se espera que sea de en torno a 50.000 millones de dólares.

La cuantía del capital inicial es relativamente pequeña, pero se espera que conduzca a fondos adicionales.

Los préstamos del BAII estimularán probablemente la inversión privada en más de diez veces su capital autorizado, lo que supondría alrededor de 1 billón de dólares en capital privado, dice Zong Liang, vicedirector del Instituto de Finanzas Internacionales del Banco de China.

«Si la inversión en el BAII tiene buenos resultados, más inversores se unirán», añade.

El banco impulsará asimismo el mercado de capital de Asia, ya que financiará proyectos a través de la emisión de bonos y de transacciones interbancarias además de usar su capital suscrito, afirma Liu Ligang, economista del Banco ANZ.

UN BANCO TRANSPARENTE Y ABIERTO

Algunos expertos han dicho que los artículos del acuerdo del BAII sostienen unos estándares altos en comparación con otros prestamistas multilaterales.

Los artículos son profesionales y similares a los del Banco Mundial y el BAD, ha declarado a la revista china de noticias Caijing Ellen Frost, consejera sénior del estadounidense Centro East-West.

En respuesta a preocupaciones relativas a que China podría usar el banco para sus propios intereses diplomáticos, el acbuerdo del BAII rechaza la influencia política de cualquiera de sus miembros.

Ni el banco ni su presidente, sus empleados de alto rango o sus miembros pueden intervenir en los asuntos políticos de ningún país miembro, o tomar decisiones bajo la influencia política de ninguno de los miembros, según el acuerdo.

El presidente del BAII, Jin Liqun, ha asegurado que el BAII mantendrá una postura de toleracia cero hacia la corrupción en las operaciones.

El ministro de Hacienda chino ha prometido un mecanismo de supervisión para garantizar unos procesos de elaboración de políticas transparentes y abiertos, haciendo hincapié en que el BAII se beneficiará de las experiencias de los bancos multilaterales existentes y establecerá una estructura de tres niveles: un consejo, una junta de directores y una administración.

China es el mayor accionista del banco con una participación del 30,34 por ciento y una cuota de voto del 26,06 por ciento, seguido por la India y Rusia.

China no ha buscado de manera deliberada el poder de veto, ya que su participación y cuota en la etapa inicial son un «resultado natural» de las actuales reglas, y se pueden diluir a medida que se unan más miembros, ha declarado el viceministro de Hacienda chino Shi Yaobin a Xinhua.

El 75 por ciento de las acciones del banco están distribuidas entre naciones de Asia y Oceanía, mientras que el restante 25 por ciento se han asignado a países de fuera de la región. A medida que el banco amplíe su membresía, naciones del exterior de la región podrán aumentar su participación, pero sin que supere el 30 por ciento. A cada miembro se le asignará una participación de la cuota en base al tamaño de su economía.

China ha dicho que el BAII adoptará una actitud abierta e inclusiva hacia los nuevos miembros en el futuro y siempre dará la bienvenida a Estados Unidos y Japón.

Estos dos países, que lideran el Banco Mundial y el BAD respectivamente, han decidido quedarse fuera de la iniciativa por el momento.

El BAII llevará a cabo labores de financiación a través de operaciones de mercado públicas y podría incluso ofrecer asistencia a no miembros en ciertos casos, mostrando su transparencia y apertura, dice Han.

«Con un mecanismo tan abierto, incluso si China quisiese convertir el BAII en una herramienta con propósitos hegemónicos, sería mucho más difícil realizarlo de lo que se pudiera imaginar, y no beneficiaría a los intereses de China», asegura Han.