Una cumbre para otra Asia

In Análisis, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

El 13 de diciembre de 2008 se celebró en la ciudad japonesa de Fukuoka un encuentro entre el primer ministro chino Wen Jiabao, el primer ministro japonés Taro Aso y el presidente surcoreano Lee Myung-bak. La reunión tuvo por si misma un alto valor simbólico ya que es la primera vez que China, Japón y Corea del Sur celebran una cumbre trilateral de forma independiente de los encuentros anuales que, desde 1999, han tenido lugar en el marco de las cumbres de la ASEAN+3. 

La cumbre que respondía a una iniciativa del presidente surcoreano coincidió con el actual contexto de crisis financiera y económica global y solo unos pocos días después de que tuviese lugar en Pekín la última ronda de negociaciones del Grupo de los 6, encuentro que finalizó sin alcanzar unos resultados o avances significativos en el tema del proceso de desnuclearización de Corea del Norte.

La crisis financiera global ha sido, sin lugar a dudas, el tema principal de la cumbre trilateral. La recesión económica de los EEUU y de la UE ya está afectando duramente a las principales economías asiáticas. China ha visto como sus exportaciones se han frenado por primera vez en siete años lo que provoca una desaceleración en su hasta ahora alto ritmo de crecimiento económico lo que obligará a Pekín a un necesario cambio en su actual modelo económico. Japón ha vuelto a entrar otra vez en una fase de recesión económica. Corea del Sur ha anunciado que su economía crecerá un escaso 2 % en 2009.

Los tres países desean mejorar la cooperación e incluso la coordinación de sus políticas monetarias para amortiguar, en la medida de lo posible, los efectos de la crisis mundial no solo en sus respectivas economías sino en toda la región del sureste y del noreste asiático. Entre los acuerdos concretos cabe destacar que China y Japón han concedido a Corea del Sur unas líneas de crédito para que este país supere algunas dificultades de liquidez en su sistema financiero. Pekín ha abierto una línea de crédito de hasta $26 billones. Japón otra de $20 billones que se suman a otra anterior previa de $10 billones. Merece recordarse que el Banco Central surcoreano ya había recibido una línea de crédito de $30 billones por parte de la Reserva Federal estadounidense.

Corea del Sur ha sido pues la gran beneficiada de esta cumbre trilateral al recibir un claro respaldo financiero de sus dos vecinos para superar una compleja situación coyuntural. El won surcoreano se ha devaluado este año 2008 casi un 30 % con respecto al dólar americano y las reservas de divisas se han visto reducidas desde los $264 billones a $190 billones. Es evidente que, a pesar de las diversas controversias y disputas históricas y territoriales existentes entre los tres países, sus economías son cada vez más interdependientes, una tendencia que continuará en el futuro y mucho más con  la desaceleración de las economías estadounidense y de la Unión Europea. 

Otro importante acuerdo alcanzado por los tres países fue el de impulsar, en el marco de la ASEAN y antes de junio de 2009, la llamada “Iniciativa Chiang Mai” que prevé la creación de un fondo financiero común de $80 billones para paliar los efectos de la crisis entre los países del sureste asiático. Con el mismo objetivo también se acordó la iniciativa de aportar más fondos al Banco Asiático de Desarrollo para poder financiar más proyectos en los países asiáticos en vías de desarrollo. Finalmente, la idea de crear un Fondo Monetario Asiático en el marco de la comunidad asiática del Este es una propuesta que ha quedado relegada para el futuro, debido a la multiplicidad y diversidad de los sistemas políticos, económicos y sociales presentes entre los diferentes estados del noreste de Asia. 

Aunque la economía constituyó el tema clave de la cumbre, los tres países tuvieron una buena oportunidad para repasar algunas de las cuestiones más importantes de la agenda política regional e internacional, entre las cuales destaca la cuestión nuclear norcoreana. Sin embargo, esta última cuestión fue principalmente tratada en otro encuentro celebrado el día 14 de diciembre entre los líderes japonés y surcoreano. Taro Aso y Lee Myung-bak   expresaron su pesar ante la actitud ambigua, contradictoria y a veces intransigente mantenida por Corea del Norte en la reciente reunión del Grupo de los 6 que finalizó sin ningún avance significativo en relación con el proceso de supresión del programa nuclear norcoreano. Pyongyang sigue oponiéndose firmemente a la petición de los EEUU de que se permita a los inspectores estadounidenses una total verificación “in situ” -con la pertinente toma de muestras de los equipos y materiales nucleares- de los documentos entregados el pasado octubre a los estadounidenses por la parte norcoreana. Ello ha molestado profundamente a Washington y mucho más tras haber sacado a Corea del Norte de la lista de países considerados como terroristas. Parece que la situación quedará así hasta la llegada de la nueva administración del presidente Barack Obama. 

Aunque el resultado final de esta cumbre trilateral ha sido mayor en el campo de las declaraciones programáticas que en el de las acciones concretas, su mera celebración tiene una importancia relevante cara el futuro. Se puede abrir una nueva etapa de mayor y mejor cooperación en el marco regional en el noreste de Asia. Japón, China y Corea del Sur representan una cuarta parte de la población mundial, la 2ª, 3ª y 11ª economías mundiales, el 20 % del total de la economía global y concentran más de la mitad de las reservas mundiales de divisas. Son,  por lo tanto, los principales acreedores de la deuda financiera de los EEUU. Los tres países significan la 1ª, 2ª y 4ª economías asiáticas, es decir, casi el 75 % de la economía regional y los dos tercios del comercio interasiático e intraasiático. 

En la declaración final conjunta de la cumbre, China, Japón y Corea del Sur manifestaron su firme voluntad de jugar un protagonismo central en el crecimiento económico y reconducir la actual situación de crisis económica mundial. También acordaron dar continuidad a la celebración de estos encuentros anuales: China acogerá la próxima cumbre en 2009 y Corea del Sur la siguiente en 2010.