Una mirada a la Potencia Emergente China desde la Teoría del Sistema-Mundo Jhon Beens es Licenciado en Ciencias Estadísticas, Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela e Investigador del Centro Venezolano de Estudios sobre China.

In Análisis, Política exterior by Xulio Ríos

“Las posibilidades de acumulación del sistema han tocado techo. Podemos estar seguros de que en 30 años ya no viviremos bajo el sistema-mundo capitalista”

Immanuel Wallerstein (1)

LA TEORIA DEL SISTEMA-MUNDO

La teoría del sistema mundo, es un enfoque crítico, en el área de las ciencias sociales, elaborado por el Sociólogo estadounidense, Immanuel Wallerstein, a partir de un exhaustivo estudio de la historia contemporánea y una crítica precisa del capitalismo global. Este enfoque presenta algunas convergencias con la latinoamericanista teoría marxista de la dependencia.

Wallerstein, estima el origen del capitalismo en suelo europeo en el Siglo XVI, producto de la decadencia de la sociedad feudalista,  momento en que inicia un desequilibrio comercial que propiciaba la acumulación y el enriquecimiento de unas naciones, explotando los bienes naturales y la mano de obra de otros países, lo que dificulta el desarrollo de estos últimos y que da paso a un sistema-mundo integrado, basado en la lógica del mercado y el beneficio.

La Teoría del Sistema-Mundo adopta las teorías de Karl Marx sobre la explotación capitalista al escenario mundial. Según Marx, el capitalismo da lugar a una lucha por la plusvalía, concepto en el que un obrero genera diariamente un valor superior al salario que recibe, de modo que dicho valor se acaba traduciendo en un beneficio para el empresario. Por lo tanto en el sistema de explotación capitalista, la burguesía se apropia de la plusvalía creada por el trabajo de la clase obrera.

Según Wallerstein, en el sistema-mundo existe una división idéntica a las de las clases sociales entre los países, los cuales son denominados  países centrales, los que dominan el sistema-mundo (países explotadores) y países semiperifericos y periféricos (países explotados). Los países  centrales son aquellas sociedades desarrolladas que dominan el sistema-mundo, que elaboran productos, con un valor agregado producto de los métodos de industrialización y producción de alta tecnología, que dependen de las periféricas para obtener materias primas, productos agrícolas y mano de obra barata. Los países periféricos carecen de poder de influencia, su economía no es industrializada y subsisten en tanto que proporciona al resto de regiones materias primas y mano de obra a bajo precio. Las naciones semiperiféricas cuentan con características sociales y económicas de las otras dos categorías.

Las naciones del centro se disputan la hegemonía; los semiperiféricos, el acceso al centro; y los periféricos, la salida de la peor posición de influencia.  El desigual intercambio económico entre el centro y la periferia tiene como efecto que los países centrales venden sus productos a precios más altos que los de la periferia. Los países semiperiféricos se benefician de las mismas ventajas en sus relaciones comerciales desiguales con la periferia, pero suelen estar en desventaja en sus intercambios con el centro, institucionalizando de ese modo la desigualdad.

La Teoría del Sistema-Mundo se reconoce como una de las primeras y principales aportaciones al estudio de la globalización económica y sus consecuencias sociopolíticas,  cada evento explica dialécticamente los siguientes, en lo económico, militar, demográfico, tecnológico, revueltas, movimientos sociales, todo condiciona y modifica las tensiones en el sistema-mundo.

 

EL SIGLO DE CHINA

 “La transformación económica de China desde 1978 ha sido a una escala mucho mayor que la de los Estados Unidos entre 1870 y 1914”.

Martin Jacques2

Estados Unidos se convirtió en la potencia hegemónica incuestionable en la segunda mitad del siglo XX y modeló el sistema-mundo a su parecer, se convirtió en el principal productor económico, en la mayor fuerza política y militar, logrando ser el centro cultural del sistema-mundo. Sin embargo, los Estados Unidos, se convierte visiblemente en una potencia decadente y hace preguntarnos si ¿El siglo XXI será el de China?

Existen tres razones para hablar de los Estados Unidos como una potencia decadente:

Para iniciar, la económica, una guerra de monedas, donde el dólar estadounidense ya no es la única reserva cambiaria en la economía-mundo, su base es la compra de bonos de la deuda que hacen Japón, China y otros países, en el caso de China hasta finales de 2017, era el país con más deuda estadounidense en su poder (18,8%) según el Departamento del Tesoro y La Reserva Federal al 15 de Febrero de 2018.

La segunda es la dimensión militar. Las invasiones a Irak y Afganistán, han demostrado que no es suficiente contar con tecnología de vanguardia en aviones, barcos y bombas. Un país debe contar con una gran fuerza terrestre que domine a la resistencia local. Estados Unidos no cuenta con esa fuerza, debido a razones políticas internas, por consiguiente nunca ganará esas guerras.

La última razón es política, los países en todo el mundo pueden desafiar políticamente a Estados Unidos. Por ejemplo: en Latinoamérica la CELAC, UNASUR, PETROCARIBE Y LA ALBA, en el este asiático la Organización de Cooperación de Shanghái, que reúne a Rusia, China, India, Pakistán, y como país observador a Irán.

Desplazara la potencia emergente a la potencia decadente para el 2025, es algo que no podemos afirmar, si bien China avanza a pasos agigantados en lo económico, mejora su fuerza militar considerablemente y juega un serio papel político en Asia y en otros continentes, lo que si podemos afirmar es que China será más fuerte en 2025, garantizando una estabilidad con el liderazgo de Xi Jinping en el Partido Comunista, con un sólido sistema que tiene a su favor el éxito económico y el sentimiento nacionalista.

Sin embargo deberán superar dos grandes obstáculos para poder ser la nueva potencia hegemónica, el primero, de acuerdo con datos del Banco Mundial, de las 36 mil 200 millones de toneladas de CO2 que se emiten en el planeta, China produce en torno a 10 mil 250 millones de toneladas (28,3%), sobre las 5 mil 200 millones de toneladas de Estados Unidos (14,4%). En este caso tras la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, China aspira a ser líder en la implementación de ese pacto mundial, que representa la transición de energías fósiles a generación limpia.

El otro problema a resolver es con sus vecinos en el mar de la China Meridional, si China logra la reunificación con Taiwán, desencadenara una serie de sucesos tales como la reunificación de Corea y posiblemente surgirá una conciliación entre Japón y China, creando una estructura geopolítica unificada en el este asiático que podría asumir una posición de hegemonía.

Entonces desde el punto de vista de la teoría del sistema-mundo, tendremos una discusión sobre si China es parte de la Semiperiferia o de los países centrales. Para 1989, con la caída de la URSS, no había duda, de que no era un País Central, más 30 años después la podemos calificar como la más fuerte potencia emergente y la segunda economía del mundo. Muchos consideran en el Centro y en la Periferia a China como país central, sin embargo otros, siguen considerando a China como la voz principal de la Semiperiferia y la periferia.

Por último, desde la periferia, consideramos a China como una potencia líder antiimperialista, que estratégicamente avanza como en el wei-chi para desbaratar el imperialismo estadounidense,   brindando asistencia económica (como un principio de cooperación socialista) a países de Asia, África y América Latina, sin las ataduras que normalmente otorga la asistencia atlantista estadounidense y europea.

NOTAS:

1: http://arte-nuevo.blogspot.com/2009/03/immanuel-wallerstein-el-capitalismo-no.html

2: Autor del libro: “Cuando China domine el mundo: El fin del mundo occidental y el nacimiento de un nuevo orden global”