China defiende su integridad territorial con patrullaje de aviones sobre las Islas Diaoyu

In Noticias, Seguridad y defensa by PSTBS12378sxedeOPCH

Sobre el asunto de las Islas Diaoyu, Japón cometió el error de intentar desafiar el orden internacional establecido después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, al hablar de "disparos de advertencia", se dirige todavía más hacia la dirección equivocada.


Japón está contemplando hacer «disparos de advertencia» en caso de detectar aviones chinos de vigilancia sobre las Islas Diaoyu. Esa acción provocadora es peligrosa e irresponsable, y definitivamente elevará la tensión sobre el asunto de las Islas Diaoyu y conducirá a las relaciones entre China y Japón hacia un desastroso abismo.

Esta es la provocación más reciente lanzada por la administración de Shinzo Abe, que acaba de tomar posesión para probar la respuesta y la tolerancia de China y de toda la comunidad internacional.

Sobre el patrullaje de aviones de combate de China por las islas Diaoyu, el experto chino en asuntos militares, Li Jie, señaló lo siguiente:

«Esto demuestra nuestra decisión y expresión de defender la integridad territorial del país y nuestra capacidad de hacerlo con eficacia. El patrullaje de aviones militares de China por las islas Diaoyu y sus islas adyacentes es una acción normal, que ha habido en el pasado. No reconocemos la zona de distinción aérea definida por la parte japonesa», subrayó Li Jie.

Sobre el asunto de las Islas Diaoyu, Japón cometió el error de intentar desafiar el orden internacional establecido después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, al hablar de «disparos de advertencia», se dirige todavía más hacia la dirección equivocada.

Existen otras acciones que ha tomado la administración Abe, las cuales dañan severamente la confianza mutua entre Japón y China.

Por ejemplo, ha defendido la revocación de dos declaraciones oficiales emitidas en la década de los años 90 del siglo pasado, en las que se expresan disculpas a las víctimas de las atrocidades japonesas cometidas en tiempos de guerra.

La Declaración Kono, la cual reconoce el papel del Ejército Imperial japonés para convertir a miles de mujeres capturadas en esclavas sexuales, y la Declaración Murayama Danwa, una disculpa más amplia emitida por el entonces primer ministro, Tomiichi Murayama, por las atrocidades de guerra, han sido los únicos ejemplos de autorreflexión de Tokio.

Japón también ha emprendido reiteradamente acciones provocadoras contra los botes y aeronaves de vigilancia chinos alrededor y sobre las Islas Diaoyu. Además, el viceprimer ministro de Japón, Taro Aso, en un viaje de alto perfil a Myanmar rindió tributo a los soldados japoneses sepultados allá durante la Segunda Guerra Mundial, como una falta de respeto a los sentimientos de la gente que sufrió bajo la agresión japonesa.

Sobre todo, Tokio tiene intención de modificar los arreglos internacionales de posguerra y convertir a sus Fuerzas de Autodefensa en una fuerza militar completa, empezando con un planeado incremento en su presupuesto de defensa para el año fiscal 2013, la primera vez en 11 años.

Un Japón más militarista de línea dura e insensato ha agitado al resto del mundo, en particular a sus vecinos.

Los chinos son gente amante de la paz y el gobierno chino, como siempre, ha seguido una política exterior de buena vecindad.

Las Islas Diaoyu y sus islotes afiliados son territorios inherentes de China. Tokio no debe subestimar la determinación del gobierno y pueblo chinos para salvaguardar su soberanía territorial.

La parte japonesa necesita percatarse de la gravedad de la situación actual, frenar su aproximación al borde del precipicio, detener todas las provocaciones y adoptar una actitud responsable, en un intento por conducir a las relaciones bilaterales por el camino correcto.

El nuevo gobierno de Japón, encabezado por Shinzo Abe, se equivoca al poner sus esperanzas en desafiar más a China sobre las Islas Diaoyu, con el fin de desviar el descontento público sobre las dificultades domésticas de Japón.

Después de cerca de medio mes en el cargo, Abe está apostando a un juego peligroso al decir, supuestamente, a las fuerzas de autodefensa de Japón que hagan disparos de advertencia si localizan aviones de vigilancia chinos sobre las Islas Diaoyu.

Si Abe espera que su dura posición puede ayudarle a mejorar su imagen en el interior, ha hecho una jugada equivocada. China ha reiterado una y otra vez su determinación a defender su soberanía territorial y China tiene el poder económico y militar para hacerlo.

La amenaza de Japón sólo deteriorará las relaciones bilaterales, lo que al final tendrá un precio que tendrán que pagar los japoneses.