El documento, el séptimo de su tipo dado a conocer por el gobierno chino desde 1998, señala que China nunca buscará la hegemonía ni la expansión militar en la actualidad ni en el futuro, independientemente de la evolución de su desarrollo económico.

El libro blanco ofrece una amplia perspectiva de la defensa nacional de China y detalla aspectos como el entorno de seguridad, las políticas y los gastos de defensa nacional, y el control de las armas.

En cuanto a la seguridad del país, el libro blanco puntualiza que el mundo es en general pacífico y estable, pero la situación internacional de seguridad se convierte en una tarea cada vez más compleja y la competición militar se mantiene fuerte.

Por lo tanto, China se enfrenta a una serie de desafíos más diversos y complicados, de acuerdo con el documento.

El país asiático persiste en una política de defensa nacional de carácter defensivo, que es determinada por su camino de desarrollo, así como por sus propósitos fundamentales, su política exterior y sus tradiciones históricas y culturales, destaca el libro blanco.

Conforme al documento, las metas y las tareas actuales de China en el ámbito de la defensa nacional en la nueva era son salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses del desarrollo nacional, mantener la armonía social y la estabilidad, acelerar la modernización de la defensa nacional y las fuerzas armadas, y mantener la paz y la estabilidad mundial.

Asimismo, el libro blanco evaluó la modernización del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China y señala que éste ha pasado de ser un ejército de servicio único a una vigorosa fuerza militar con una amplia gama de servicios y armas, que está logrando progresos en la informatización.

El EPL ha adoptado una estrategia de desarrollo de tres pasos y de cambios que considera la mecanización como su base y la informatización como su enfoque.