China llega a una nueva «coyuntura de viraje»

In Noticias, Sistema político by PSTBS12378sxedeOPCH

Al leer este título, la gente ha de extrañarse: ¿Cómo llega otra “coyuntura de viraje” si el año pasado logramos el 8% de crecimiento y este año ha comenzado bien?


Pues bien, aparentemente, 2010 será, tras el año pasado, un año de transición estable para la economía y la sociedad, sin la tirantez y urgencia al inicio de la crisis financiera internacional ni la pasión de todo el pueblo por la Olimpiada ni los grandes festejos en celebración de 60º aniversario de la fundación de la nueva China, ¿de dónde viene esa “coyuntura de viraje”?


Vamos a hablar desde las tres etapas del desarrollo de la nueva China.



La primera etapa: La transformación del sistema social, esto es, la culminación del cambio histórico de la sociedad semicolonial y semifeudal a la sociedad de nueva democracia cuando se fundó la nueva China hace 60 años.



La segunda etapa: El cambio de órbita del sistema económico, esto es, el cambio del sistema de economía planificada al sistema de economía de mercado cuando se inició hace 30 años la reforma y apertura.



La tercera etapa: El cambio de la forma de desarrollo, esto es, el tema de la época formulado por el Comité Central del Partido Comunista para el aceleramiento del cambio de la forma de desarrollo económico desde ahora, en otras palabras, una nueva alternativa para el destino de la modernización de China.



El sistema social, el sistema económico y la forma de desarrollo constituyen tres grandes coyunturas históricas y tres importantes virajes. Estos no son nuevos términos inventados a gusto por nadie, sino que tienen profundos fundamentos reales.



Sin lugar a dudas, a partir de la reforma y apertura, la economía china se ha desarrollado a una velocidad sorprendente para los demás países del mundo y difícil de alcanzar. Esto es un hecho que nadie puede negar.



También sin lugar a dudas, el desarrollo sostenido de más de 30 años con alta velocidad se logró, en considerable grado, a costa de grandes sacrificios del medio ambiente y de recursos naturales, a costa del torcimiento y la irracionalidad de la forma de desarrollo económico. Tomemos como ejemplo la troica que impulsa el crecimiento económico de un país: consumo, inversión y exportación. Una forma de desarrollo relativamente científico reside en que los tres factores se desarrollen en forma equilibrada, y ninguno de ellos debe ser excesivamente alto o bajo. No obstante, durante largo tiempo, nuestra economía ha venido dependiendo cada vez más del poderoso impulso de las exportaciones. El grado de dependencia del comercio exterior se elevó gradualmente del 9,7% a comienzos de la reforma y apertura hasta el 60%, mucho más alto que el promedio mundial. Un porcentaje tan alto está destinado a no poder ser duradero y a tener problemas tarde o temprano.



Lo que más debe ser advertido es que el mantenimiento de nuestras exportaciones se apoya principalmente en los enormes costos de las grandes cantidades de mano de obra barata, las grandes cantidades de recursos naturales y energéticos de desgaste y la subsiguiente contaminación y socavación del medio ambiente, de modo que en nuestro país, cuyos recursos naturales y energéticos están muy por debajo del promedio mundial, la cantidad de consumo de estos recursos en estos años ha sobrepasado mucho el nivel medio mundial. Nuestro medio ambiente ecológico, el más frágil en la historia, ¡sostiene las actividades económicas de mayor magnitud en la historia!



Evidentemente, esta forma de desarrollo es difícil de sostener un crecimiento anual de alta velocidad del PIB a ritmo de unos 8%.



Mientras más temprano se cambie esta forma de desarrollo, mejor. De lo contrario, será una carga para la situación general y la dejará en estado pasivo.



Precisamente por esto, el Comité Central del Partido Comunista, tomando precauciones ya en los años 80 del siglo pasado, planteó la necesidad de “pasar de la órbita de explotación principalmente extensiva a la de explotación principalmente intensiva”. Al entrar en el nuevo siglo, formuló ulteriormente el “concepto de desarrollo científico” y la estrategia de “promover el desarrollo de la economía nacional con calidad y rapidez”. El XVII Congreso Nacional del Partido Comunista planteó, con mayor claridad, la tarea estratégica de “cambiar la forma de desarrollo económico”. Hace poco, el Comité Central del Partido Comunista ha convocado a los principales dirigentes de niveles provincial y ministerial de todo el país para estudiar en la Escuela Central del Partido, dedicándose especialmente a investigar cómo cambiar la forma de desarrollo económico, lo que tiene significado trascendental y es rara vez visto en la historia de nuestro Partido.



A criterio de un informe dado a conocer recientemente por la Academia de Ciencias de China, en su camino hacia la modernización, China encontrará la presión de los recursos naturales y del medio ambiente así como los desafíos como el del desarrollo inequilibrado; si marchara a la luz de la inherente forma de desarrollo, sería sólo el 4% la probabilidad de que China llegue a ser un país desarrollado a fines de este siglo.



Siendo así, ¿no es lógico que se coloque ante nosotros la histórica “coyuntura de viraje”?



El camino estratégico es duro, pero damos ahora los primeros pasos.



Esta es nuestra respuesta única. (Pueblo en Línea)


04/03/2010