Xiangui Sha, jefe del Partido Comunista de dicho condado de la provincia Guizhou, en el suroeste de China, hizo estas declaraciones a Diario del Pueblo acerca de las lecciones aprendidas de las violentas protestas en la provincia durante el 2008, cuando el gobierno fue atacado por miles de vecinos enojados.


“Los medios tradicionales (de ejercer el control y la presión) descuidan los pedidos de los desfavorecidos e ignoran el poder de los grupos sociales”, dijo Sha a Diario del Pueblo.



“Fracasar en las negociaciones convierte los pequeños problemas en grandes, y hace estallar los asuntos importantes”, agregó.



Sha dijo que la clave del problema del 2008 fue que el gobierno no había logrado mejorar los medios de vida de la gente, a pesar del notable desarrollo económico del condado antes de los disturbios. Las estadísticas muestran que el producto interno bruto del condado casi se duplicó en los ocho años anteriores al 2008.



“Desarrollar la economía es una manera (para hacer frente a los problemas), pero el objeto es el desarrollo de la sociedad”, dijo Sha.



Alrededor de 30.000 personas participaron en la protesta de Weng’an el 27 de junio de 2008, incendiaron edificios del gobierno, estaciones de policía y coches, hiriendo a por lo menos 150 personas. La violencia comenzó con 300 personas que protestaban contra el contenido de un informe policial sobre la muerte de una niña de 17 años de edad.



El informe de la policía dijo que la niña se había ahogado, pero la familia de la niña sostenía que había sido violada y asesinada por los familiares de los funcionarios locales.



China Newsweek informó que el 21 de junio de 2008, la policía se negó a retirar del río el cuerpo de la niña, Li Shufen, alegando que era demasiado oscuro para ver. Cuando el padre de Li, Li Xiuhua, pidió a la policía que inspeccionara la escena al amanecer, le dijeron que irían en la luz del día.



Li Xiuhua entonces no estaba de acuerdo con el informe de la segunda autopsia, pero dijo que la policía le advirtió el 27 de junio de 2008, que si hacía un llamamiento a las autoridades superiores en Pekín, sería expulsado de la ciudad porque la capital se preparaba para los Juegos Olímpicos en ese momento.



El gobierno local decidió enterrar el cuerpo de la chica al día siguiente, a pesar de las objeciones de la familia.



El control y la presión que la policía ejerció sobre Li Xiuhua, y la negligencia en la recuperación del cuerpo de Li Shufen, fueron objeto de numerosos informes de los medios de comunicación desde entonces.



“El incidente fue la culminación de problemas, incluyendo una pérdida de la confianza en el gobierno y una creciente tensión entre los funcionarios y el público en general”, dijo Sha.



“A partir de estos hechos hemos aprendido que la forma más fundamental y más eficaz para estabilizar la sociedad es proteger los derechos de las personas”, indicó.



Yu Jianrong, profesor de desarrollo rural de la Academia China de Ciencias Sociales, dijo que los casos anteriores han demostrado que la falta de confianza en el gobierno puede desencadenar incidentes de masas.



Yu dijo que el incidente de masas en Shishou en junio de 2009, cuando la gente protestó después de que un chef de 23 años de edad murió al caer desde el tercer piso de un edificio, debido a la sospecha de la opinión pública y la insatisfacción con los resultados de la autopsia de la policía.



El incidente de masas en el condado de Menglian, provincia de Yunnan, en el año 2008, se desencadenó cuando la policía reprimió una protesta que se había generado por la falta de confianza en el gobierno.



Yu sugirió que la reforma política, la supervisión del poder y otras medidas pueden ayudar a mejorar la confianza del público en el gobierno.



Wang Xixin, profesor de derecho en la Universidad de Pekín, dijo que el gobierno debe dar prioridad a la defensa de la vida del pueblo, los derechos y la democracia como objetivos fundamentales de su gestión económica y social.



Sha por su parte dijo que el gobierno ha tomado medidas en los últimos cuatro años para mejorar la educación, ofrecer un mejor seguro para la población rural, crear empleos y construir viviendas asequibles.

Dos encuestas realizadas por la Oficina Nacional de Estadísticas mostraron que el 93,46% y el 94,63% de la población local está satisfecho con el trabajo de los funcionarios de Weng’an después del incidente.