Del total, 3,7 puntos porcentuales fueron contribuidos por el efecto aplazado de las alzas de precios del año pasado, dijo la entidad en su página web.

Los precios de los alimentos, que representan una tercera parte de la canasta de mercancías en el cálculo del indicador, subieron un 14,4 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado, un ritmo más rápido que el de 11,7 por ciento de mayo, según el buró.

El alza en los precios de los productos diferentes a los alimentos también se aceleró a 3 por ciento, frente al 2,9 por ciento de mayo.

En términos de regiones, el IPC subió un 6,2 por ciento en las áreas urbanas, en tanto que el crecimiento en las áreas rurales llegó a 7,0 por ciento, informó la misma fuente.

Sobre una base intermensual, los precios de los alimentos crecieron un 0,9 por ciento desde mayo, con los precios del cerdo subiendo 11,4 por ciento. El BNE reportó reducciones en los precios de las verduras y las frutas, mientras que los de los productos no alimentarios se mantuvieron estables respecto al mes anterior.

«La cifra del IPC de junio no debe alarmarnos», dijo Zhang Liqun, un analista macroeconómico del Centro de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado, el gabinete chino.

«Un crecimiento del IPC superior al 6 por ciento no significa que la situación de la inflación esté empeorando, pues hay que recordar que 3,7 puntos porcentuales del incremento provienen del efecto aplazado», agregó Zhang.

El investigador sostuvo que dicho efecto llegó a su nivel más alto en junio, y que los factores adicionales que causan alzas de precios han sido controlados por el gobierno.

A excepción del puerco, los suministros de otros alimentos están mejorando y ayudarán a aliviar la presión de la inflación, añadió.