La emigración a las ciudades deja abandonadas grandes extensiones de tierras cultivables en China

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Más del 46,6 por ciento de las tierras cultivables en 16 provincias del sur de China -21,5 millones de hectáreas- permanecen sin arar en invierno. Según expertos, el gobierno debe apoyar...


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Millones de hectáreas de tierras cultivables en el centro, este y sur de China han quedado sin ser atendidas en invierno debido a la marcha de los aldeanos que solían cultivarlas. Muchos residentes rurales están abandonando sus tierras como consecuencia del rápido proceso de urbanización y muchos emigran a las ciudades en busca de mejores ingresos y calidad de vida.

Así lo indican los datos oficiales. Más del 46,6 por ciento de las tierras cultivables en 16 provincias del sur de China -21,5 millones de hectáreas- permanecen sin arar en invierno, según estadísticas del Ministerio de Agricultura. Estas tierras solían servir para el cultivo de arroz.

“Las áreas de arrozales en las provincias sureñas de China se han venido reduciendo en los últimos años en las provincias sureñas”, afirma Lu Bu, investigador del instituto de recursos agrícolas y planificación regional de la Academia de Ciencias Agrícolas de China. “Encima, la mayoría de las variedades de arroz que pueden recolectarse dos veces al año han sido sustituidas por arroces de una sola cosecha, ya que los agricultores no quieren pasar más tiempo trabajando la tierra y prefieren trabajar en las ciudades para ganar más dinero”, explica Lu.

El salario diario medio de los agricultores que trabajan en las ciudades es de unos 150 yuanes (25 dólares) al día, muy por encima de lo que podrían conseguir trabajando la tierra.

En algunas zonas de la provincia de Hunán más del 15 por ciento de las tierras arables quedan sin cultivar para la cosecha de invierno, según Li Maosong, director de la oficina de información agrícola de la Academia, quien cita estadísticas oficiales confirmadas con imágenes de satélite.

De la producción nacional de 546,4 millones de toneladas de grano en 2010, un 45,6 por ciento procedía de las 16 provincias del sur, según el Informe Estadístico de la Agricultura en China. La contribución de esas 16 provincias registró un declive muy marcado con respecto al 60 por ciento de la década de 1980, según los datos del informe.

A día de hoy, sólo seis de las 31 provincias, municipalidades y regiones autónomas producen suficientes cereales como para mantener a otras provincias, según Li. Las 16 provincias centrales y sureñas, con la excepción de la región de Guangxi y Yunnán, dependen del grano de otras provincias para alimentar a sus propias poblaciones, añade el experto.

Un trabajador de la industria afirma bajo anonimato en ‘China Daily’ que el país ha estado propiciando los envíos desde las regiones ricas en cereales del noreste hacia el sur en los últimos años, pero no hay datos específicos sobre ello.

Mientras tanto, para satisfacer las necesidades domésticas, China ha incrementado sus importaciones de grano en los años recientes, atrayendo la atención global sobre el objetivo de convertirse en un país autosuficiente en cereales. China importó 1,57 millones de toneladas de maíz en 2010, un aumento masivo de 83 mil toneladas en 2009 y 49 mil en 2008, según datos de la Administración General de Aduanas.

Las importaciones de trigo fueron también mayores el año pasado, aumentando un 36 opr ciento hasta 120 millones de toneladas, según dicha administración.

El ministro de Agricultura, Han Changfu, indicó en marzo que las importaciones de grano actuales buscaban ajustar y enriquecer la variedad de cultivos en el mercado doméstico. “China no dependerá y no puede depender de las importaciones para alimentar a su población”, afirmó Han durante una entrevista exclusiva en la cadena de televisión hongkonesa Phoenix TV.

La oficina de información agrícola calcula que la producción de arroz podría crecer un 10 por ciento si los gobiernos locales hicieran un uso total de sus tierras cultivables. Además, podrían plantarse más cultivos resistentes a las sequías y el frío, como las patatas o las coles chinas, que podrían plantarse en las regiones centrales y sureñas para aprovechar los cambios en el clima local, según Li.

“Muchos agricultores han abandonado sus tierras, lo cual supone un riesgo potencial para la producción cerealista”, subraya Lu, de la Academia. “Una tarea importante para el gobierno central es apoyar a los agricultores para que mejoren los beneficios que obtienen de la agricultura”.

A pesar del clima desfavorable, China registró una subida en la cosecha de verano de este año. La producción de grano alcanzó 126,27 millones de toneladas, un incremento anual de 2,5 por ciento, según el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).