Los cambios demográficos en el campo y la ciudad ponen el desarrollo de China en alerta

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Cientos de millones de campesinos chinos se han unido a las filas de la creceinte clase urbana de China desde que el país iniciara sus reformas económicas a finales de la década de 1970. Un ejemplo es Guangzhou, la capital cantonesa, donde entre 2001 y 2010, la población ha crecido en 2,76 millones de personas, 27,74 por ciento. Durante ese lapso, la población migrante ha crecido más rápido que la de residentes registrados y la proporción de migrantes en Guangzhou ha pasado de 33,29 por ciento a 37,48, según el último censo nacional de 2010.


La llegada constante de migrantes rurales a las ciudades –resultado de la actual urbanización e industrialización- traerá cambios esenciales en el panorama demográfico del país y obligarán a China a hacer frente a la realidad de unos beneficios demográficos en descenso”, afirma Zheng Zizhen, antiguo decano del Instituto de Sociología y Población de la Academia de Ciencias Sociales de Guangdong.

Varias señales de alarma se extienden por el horizonte, ya que la población urbana superó a la rural por primera vez en la historia de China a finales del año pasado. El país cuenta actualmente con un total de 690,79 millones de residentes urbanos, el 51,27 por ciento del total de sus 1.350 millones de habitantes, según el Buró Nacional de Estadísticas (BNE). La población rural, por el contrario, se redujo en 14,56 millones hasta 656,56 millones, desde 2010 a 2011.

Mientras, la población en edad laboral, entre 15 y 64 años, se situó entorno a mil millones, 74,4 por ciento del total nacional. La cantidad fue 0,1 puntos porcentuales inferior a la del año anterior, marcando el primer descenso desde 2002.

“China se dirige a un punto de inflexión en sus ventajas demográficas, ya que la política de planificación familiar, unida al debilitamiento del flujo de migrantes rurales, eliminará eventualmente su ventaja de desarrollo basada en el abundante suministro de población en edad laboral y pondrá fin al modelo de mano de obra barata que ha alimentado su expansión económica”, afirma Zheng.

William Fung, director de gestión de Li&Fung, una empresa de ‘outsourcing’ de manufacturas, calcula que los salarios en China crecerán una media de 80 por ciento en los próximos cinco años, como resultado del hundimiento de la población activa. “Esto provocará, obviamente, un encarecimiento de los productos “Made in China”, afirma.

En los últimos años, las industrias manufactureras de mano de obra intensiva, especialmente los textiles, calzado y juguetería, han estado enfrentándose a la falta de trabajadores.

Wu Yingxi, funcionario del Buró de Comercio de la provincia de Shandong, una de las más pobladas del país, cita un estudio sobre trabajadores migrantes nacidos en la década de 1990: “La nueva generación de migrantes rurales prefiere vivir una vida dura en las ciudades que quedarse en casa cómodamente. Pero también prefieren ganar menos en la industria de servicios que trabajar horas extra por un salario más alto en las fábricas”.

Cuidado con la brecha

Ninguna ciudad puede absorber a los recién llegados de manera ilimitada. Una ciudad del tamaño de Guangzhou se enfrenta a un enorme reto a la hora de estrechar la distancia entre residentes locales y migrantes rurales.

“La transformación de una sociedad agrícola a una industrial debilitará los vínculos del clan, el parentesco y los conocidos que prevalecen en la China rural. Cuando los migrantes rurales se mudan a las ciudades, básicamente caen en una sociedad de extraños. Una ciudad amistosa y abierta a los foráneos es, por lo tanto, crucial para mantener la estabilidad social y la armonía”, afirma Zheng.

Hu Xiaoyan, primer representante del colectivo de trabajadores rurales que asistirá a la Asamblea Popular Nacional, afirma que la mayoría de los miembros de su colectivo aún sienten que no pueden disfrutar del mismo trato en las ciudades, en especial en lo referente a los servicios médicos y educativos.

Dang Guoying, investigador de desarrollo rural de la ACSCh, advierte sobre la sangría de mano de obra en las zonas rurales. “Cuando la gente se marcha a las ciudades, surgen dudas sobre el gobierno rural y el futuro de la agricultura”.

“Estadísticamente, podemos decir que China ha cruzado el umbral de la sociedad urbanizada. Pero la agricultura y los campesino siguen siendo la base del país más poblado del mundo”, según Zheng Zizhen.

En un artículo publicado en la revista ‘Qiushi’ del Comité Central del PCCh, el primer ministro Wen Jiabao indicaba: “La rápida urbanización creará condiciones favorables para que China haga frente a los desafíos relacionados con las zonas rurales, los campesinos y la agricultura. Para no garantizará cambios rápidos a mejor en las zonas rurales. Quizá incrementará la brecha entre campo y ciudad”.

“Es la razón por la cual ponemos el acento en la necesidad de conseguir un desarrollo coordinado entre áreas rurales y ciudades (…) La urbanización no puede reeplazar la construcción de las áreas rurales, y la disparidad funcional de ciudades y campo no puede y no debería ser eliminada”.