Los chinos desean desaparecer la violenta «chengguan»

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Chengguan, parece ser sinónimo de brutalidad y violencia. Tras dos ataques violentos, la ciudadanía pide su desaparición o por lo menos, su regulación. Este cuerpo policíaco se ha convertido en el más temido de toda China.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- Se llaman “chengguan”. Los chinos los conocen bien: se trata de la policía local, el cuerpo más denostado y temido por los ciudadanos desde hace años. Recientemente, dos casos de violentas agresiones por parte de estos efectivos, han llevado a la ciudadanía a pedir su eliminación o por lo menos, su regulación. Aunque en China hay decenas de cuerpos policiales, los chengguan, tienen las tareas más sencillas, como encargarse de pequeños delitos y misiones de rutina, como controlar a los vendedores ambulantes, velar por que las calles estén limpias o lidiar en pequeños litigios. Sin embargo, han terminado por volverse la institución más odiada por los ciudadanos chinos. Surgida en los años 90, para descargar de trabajo a los cuerpos nacionales de policía, el día de hoy, en el lenguaje coloquial “ser un chengguan” es un insulto equivalente a ejercer de matón. Tal es el desprecio de los ciudadanos por ellos.

Su denominación oficial podría traducirse como “administradores de la ley de gestión urbana”. Dependen de las administraciones locales y no del Ministerio de Seguridad Pública, como otras policías; no siempre portan uniforme, tampoco tienen capacidad para detener ni multar y aunque normalmente patrullan desarmados, el arma que utilizan más frecuentemente es la agresión violenta, la mayoría de las veces en contra de su gran “objetivo”, los vendedores ambulantes ilegales.

La violencia en las calles.

El 17 de julio pasado, un comerciante callejero de sandías de la provincia central de Hunan,fue agredido y muerto a golpes por los chengguan. La opinión pública condenó el ataque ampliamente, pues les recordó, una vez más, la brutalidad de este cuerpo.

Deng Zhengjia, de 60 años, murió golpeado con las pesas que usaba en su báscula, pese a que había seguido las órdenes de estos policías y había trasladado su puesto a un mercado local, en una discusión en la que su esposa también fue agredida.

Apenas un día después, en Harbin, una ciudad al noreste del país,los chengguan golpearon a otro vendedor: le pegaron con ladrillos en la cabeza y después se negaron a llevarlo a un hospital para ser atendido.

Estos son sólo dos casos de una larguísima lista del controvertido cuerpo, que ha sido estudiado por organizaciones de derechos humanos, tales como

Human Rights Watch (HRW), quienes documentan hasta 150 agresiones similares entre 2010 y 2012, incluyendo el asesinato de un vendedor inválido y una paliza a una mujer embarazada que la llevó a abortar.No es por nada que se han ganado una reputación de brutalidad e impunidad. Esto explica por qué el pasado 20 de julio, otra víctima de los chengguan – un ex taxista, quien en 2005 quedó inválido gracias a una de las golpizas- hizo estallar una bomba en el Aeropuerto de Beijing, sin ser necesariamente criticado. La opinión pública no lo condenó unánimemente e incluso hubo comentarios en las redes sociales y en artículos periodísticos que mostraron cierta comprensión hacia él.

“Se han ganado una reputación de brutalidad e impunidad, lo que ha motivado que la gente les identifique con la fuerza física, las detenciones ilegales y los robos”, señalaba el pasado año la directora de HRW en China, Sophie Richardson, cuando la organización presentó su informe sobre este cuerpo policial.

También hay quien los considera vinculados a las mafias locales, o sospecha que practican la extorsión, y muchos gobiernos locales acuden a ellos para hacer el “trabajo sucio” en el que policía o ejército prefieren no participar, por temor a las críticas de violaciones de los derechos humanos.

En enero de 2008, fue muy condenado el asesinato del empresario Wei Wenhua, quien murió a manos de los chengguan por intentar filmar con una cámara de vídeo cómo los efectivos trataban a unos manifestantes que protestaban por la apertura de un vertedero en su vecindario.

Según los observadores, el problema de este cuerpo podría ser su falta de regulación, quizá por ser de formación reciente, hace apenas 15 años.

No hay requisitos indispensables para acceder a él, pudiendo hacerlo quien desee, por lo cual muchos de sus miembros son personas sin formación, que incluso han salido de entornos violentos, carentes de todo tacto para resolver los nuevos conflictos que han nacido en ciudades modernas donde conviven la extrema riqueza con millones de inmigrantes rurales pobres.

“Es necesario que cambien”, señalaba recientemente el experto en desarrollo urbano Huang Shiding, quien destacaba que el Gobierno “debe introducir una legislación nacional que regule su comportamiento”.

Gracias al creciente y rápido desarrollo de las redes sociales, la violencia de los chengguan se ha dado a conocer todavía más y las agresiones filmadas en vídeo pueden circular por blogs y microblogs en apenas minutos, logrando que la ciudadanía china se muestre cada vez más unánime: los policías locales deben dejar de comportarse como matones.