Para que el PIB deje de ser la brújula

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Pekín, 30/12/2011(El Pueblo en Línea)-- La conferencia de trabajo económico de China trasladó un mensaje importante e inequívoco, al expresar que la atención se centrará en la economía real. Por Yi Xianrong.


Muchos observadores del mercado coinciden en que la recién concluida Conferencia Central de Trabajo Económico del Gobierno chino colocó una importancia especial en garantizar políticas macroeconómicas, fiscales y monetarias sólidas y estables para el próximo año.


Sin embargo, en mi opinión, la principal conferencia anual sobre economía también transmite un mensaje inequívoco al mundo exterior, en el sentido de que el país está preparado para hacer algunos cambios significativos en su política económica.





Para promover estos cambios, China debe ante todo abandonar el producto interno bruto PIB como guía de su desempeño económico. Ya en octubre de 2007, en su informe al 17 º Congreso Nacional del Partido Comunista de China, el Presidente Hu Jintao se comprometió a reducir la dependencia del país respecto al PIB, diciendo que el desarrollo económico debe tener como objetivo mejorar la vida de las personas y el bienestar, en lugar de meramente impulsar crecimiento del PIB.





Sin embargo, los esfuerzos del país en este sentido fueron interrumpidos por los paquetes de estímulo económico que el Estado circuló entonces, ante las preocupaciones de que sobreviniera una desaceleración económica, luego del estallido de la crisis financiera en Estados Unidos, en el segundo semestre de 2008, a lo cual contribuyó asimismo la subsiguiente recesión económica mundial. Todo apunta a que los efectos secundarios de la interrupción de esta política se harán sentir en los próximos años.





Afortunadamente, el Gobierno chino no se aferró esta vez al enfoque de desarrollo económico orientado al PIB, a pesar de que el país aún enfrenta el riesgo de una recesión económica en el contexto de la actual incertidumbre económica global. A pesar de estar rodeado por un peligroso entorno económico externo, el país ha mostrado mayor determinación que nunca a alejarse de los paquetes de estímulo económico, en un esfuerzo por desacelerar el ritmo de crecimiento del PIB, como se indica en la circular emitida después de la Conferencia Central sobre Economía de este año. Ese alejamiento del PIB también se ha reflejado en algunas observaciones hechas por los principales líderes del país.





También se espera una mayor determinación en el esfuerzo del país por librarse de su prolongada dependencia de la emisión excesiva de moneda el año que viene. Durante muchos años, algunos en China han considerado a la economía virtual, o la economía financiera, como sinónimo de economía real, en la creencia de que un rápido crecimiento del PIB, o el aumento de la riqueza en el papel – que ha demostrado estar basada principalmente en la expansión excesiva del crédito – significa un rápido desarrollo de la economía del país. Dominado por tal ideología, el país ha mostrado una grave dependencia del crecimiento monetario en los últimos años. Las estadísticas indican que el recién aumentado volumen de crédito asciende a 8 billones de yuanes ($ 1.26 billones de dólares) cada año, ocho veces la cifra promedio de un billón de yuanes generados de 1998 a 2002. Sin embargo, el valor del recién aumentado PIB ha crecido en menos de cuatro veces durante el mismo período. En comparación con el crecimiento de la economía real, la oferta monetaria de China ha experimentado un crecimiento desigual en los últimos años. Por ejemplo, los activos del banco del país han aumentado a 110 billones de yuanes en los últimos 10 años, un incremento de ocho veces, ó 2,5 veces el PIB de 2010. En muy poco lugares se ha visto tal proporción entre los dos índices. La mayor parte de esta avalancha de fluidez ha ido al mercado inmobiliario y a la economía virtual, en lugar de a la economía real del país, en sectores como la agricultura y las pequeñas y medianas empresas.





Al prometer una política monetaria prudente en el próximo año, el país deberá canalizar más suministros monetarios a la economía real, para la construcción de instalaciones de riego y otras infraestructuras, en lugar de verter los recursos en el sector inmobiliario. Esta será una estrategia clave para evitar que el especulativo mercado inmobiliario siga manteniendo como rehén a la segunda mayor economía del mundo. A dicho tenor, se espera que el país se mantenga firme en su implementación de regulaciones para su mercado de bienes raíces, asegurándose de ese modo que los precios exorbitantes de la vivienda devengan razonables, y satisfagan así la demanda de alojamiento.





Este énfasis, tan esperado como necesario, en la economía real, va a dominar los cambios económicos del país en el próximo año y también decidirá los ajustes industriales nacionales durante un período más largo.





Tal cambio en la política, para transitar de un enfoque excesivo sobre los mercados financieros a la economía real, también es indicativo de que las autoridades de China han abrazado la idea de que el mercado financiero sólo puede servir como un medio auxiliar para ayudar a la economía real del país.






El autor es investigador del Instituto de Finanzas y Banca de la Academia China de Ciencias Sociales.