Últimos días para inscribirse

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El próximo viernes 20 abriremos el VI Simposio Electrónico Internacional sobre Política China. Se trata de una edición extraordinaria centrada en el XIII Plan Quinquenal. El plazo de inscripción finaliza el día 19, Para inscribirse, basta un correo con la palabra INSCRIPCIÓN a director@politica-china.org 


El XIII Plan Quinquenal (2016-2020), aprobado en la quinta sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) celebrada en Beijing del 26 al 29 de Octubre de 2015, constituye una referencia decisiva en un periodo clave del proceso de reforma y apertura. Tanto por su contexto como por su contenido y expectativas, está llamado a ser un documento clave en la larga transición china.

Cabe señalar, de entrada, que a pesar del incremento sostenido del papel del mercado como consecuencia del proceso de reforma, la planificación de las políticas de desarrollo, iniciadas en 1953, constituye una señal de identidad irrefutable del modelo económico y político chino.

Este XIII Plan Quinquenal debe tener en cuenta, al menos, tres claves determinantes. En primer lugar, el hecho de que en el transcurso del próximo lustro China se convertirá, cualquiera que sea el método de medición que utilicemos, con toda probabilidad, en la primera economía del mundo, una circunstancia que tendrá un singular impacto en la economía global y de la que devendrá una implicación mayor en las cuestiones relativas a la gobernanza en todos los sentidos.

China es ahora la segunda mayor economía del mundo y el mayor exportador. En diciembre de 2014, el yuan superó al euro para convertirse en la segunda divisa, tras el dólar, más utilizada en la financiación del comercio mundial. De aquí a 2020, China se convertirá en el mayor inversor internacional del mundo. La internacionalización del renminbi (RMB) será uno de los ejes determinantes del próximo lustro.  Sus activos globales se triplicarán, pasando de 6,4 billones a 20 billones de dólares, estiman fuentes autorizadas. Todo ello contribuirá a fortalecer su posición económica global.

En segundo lugar, la aceleración del proceso de transformación estructural que vive la economía china, significando el mayor papel atribuido a la economía privada en la modernización, al igual que el papel del mercado en contraposición con el aligeramiento de la burocracia y el ajuste del sector público. Por otra parte, la reforma rural debe experimentar una reestructuración de gran alcance para ganar eficiencia. Igualmente, el gasto en I+D, que en 2014 ascendió al 2,1 por ciento del PIB (en Shanghai, 3,6 por ciento) seguirá en ascenso para convertir a China en una potencia tecnológica. En lo ambiental, los esfuerzos deben adquirir una notoria visibilidad dado el estado del país en este aspecto. Por otra parte, debe dar cabida a una ambiciosa reforma del sector público para crear gigantes industriales capaces de enfrentarse a los grandes competidores privados mundiales, complemento del plan Hecho en China 2025 que debe contribuir a posicionar globalmente sus propias marcas comerciales. Asimismo, debe dar cabida a ambiciosos proyectos como la Franja y la Ruta y los corredores económicos, proyectos que cuentan con numerosos fondos adscritos al igual que otros de signo bilateral habilitados con terceros países y que deben generar nuevos mercados para las ínfulas productivas chinas, al amparo de los nuevos instrumentos crediticios instituidos.

En tercer lugar, el acoplamiento de todos los eslabones de la reforma, más allá de la significación de lo estrictamente económico, atendiendo a los aspectos que inciden en la plasmación del objetivo de construcción de una sociedad acomodada. La creación de un moderno sistema de asistencia social que atienda a las características del país debe contribuir de forma decisiva a la superación de una penosa desigualdad que sigue ensombreciendo los efectos de la gaige-kaifang.