Zhongguancun enfrenta una crisis de confianza

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Once grandes centros comerciales con más de 7.500 tiendas y 50.000 empleados se concentran en esta área. Algunos establecimientos apelan a todo tipo de métodos para atraer clientes y aumentar las ventas y no todos los recursos son legales.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El una vez llamado Valle de Silicona de China, el vecindario, famoso por los baratos mercados de equipos electrónicos y relucientes sedes de las tecnologías de la información (IT, siglas en inglés), está viviendo un sostenido aumento del fraude. El mal comportamiento de los vendedores de la zona le ha valido un nuevo título: el paraíso de la estafa.

Once grandes centros comerciales con más de 7.500 tiendas y 50.000 empleados se concentran en esta área. Las numerosas tiendas idénticas pegadas unas a otras, el bazar se ha vuelto brutalmente competitivo. Recientemente, los dueños de algunos establecimientos comenzaron a apelar a todo tipo de métodos para atraer clientes y aumentar las ventas y no todos los recursos a los que han acudido son legales.

Una investigación de un mes en las tiendas, llevada a cabo por reporteros de Economic Information, reveló una amplia colección de tácticas ilícitas, como la producción y venta de artículos falsos y los engaños y amenazas a los consumidores.

Al hablar con un reportero de Economic Information, Yao, dueño de una tienda en el mercado Dinghao que se negó a revelar su nombre completo, no se arrepintió de lo que hace.

“Abrí mi negocio en Zhongguancun hace ocho años. Actualmente, con el aumento de la renta y los gastos de gestión, más la expansión de las ventas online, no puedo hacer las mismas ganancias que antes”, comentó. “Los pequeños comerciantes tienen que timar a los clientes para ganar dinero y mantener el negocio”.

“He escuchado que algunas empresas emplean hombres corpulentos en su personal de ventas”, añadió. “Si los consumidores se dan cuenta de que han sido engañados e intentan hacer algo al respecto, los vendedores les amenazan o atacan con cuchillos u otras armas”.

Una práctica común descubierta en los mercados es enganchar a los consumidores con bajos precios y luego presentarles una alternativa sumamente cara.

“Por lo general los vendedores primero atraen a los consumidores con bajos precios y les piden que paguen por adelantado”, relató un gerente de una tienda identificado como “The Boss”. “Entonces ellos le dicen a los compradores que el producto que ellos quieren tiene muchos defectos y los persuaden para que no lo compren. Finalmente les recomiendan algo con lo que los clientes no están familiarizados y se lo venden a un precio más alto”.

El segundo truco sucio es cambiar las piezas por otras más baratas. “Por ejemplo, los hombres de negocios que acuden a reemplazar una motherboard de alta calidad y le colocan otra de menos calidad o un lente importado por un modelo chino”, señaló The Boss. “Ellos pueden hacer fabulosas ganancias de esta forma”.

Otro procedimiento común en Zhongguancun es la piratería. En casi cada esquina de cada calle hay vendedores ambulantes halcones de música pirateada, películas, programas de computación y buenas falsificaciones. La mayoría de los consumidores ha perdido la confianza en la calidad de los productos que se venden allí.

Gánsteres al estilo de la mafia han comenzado a ofrecer protección de reguladores para los mercaderes de la zona, lo que dificulta el trabajo gestión y control de las autoridades.

Las autoridades locales aseguraron que un equipo especial enviado a Zhongguancun para investigar la situación no ha hecho grandes progresos en la corrección y estandarización de los mercados electrónicos.

Tian Yichuan, vicedirector del comité de administración del vecindario, explicó que el gobierno local podría colaborar con los gestores del mercado electrónico y los productores para establecer un sistema de crédito para los comerciantes, registrando el comportamiento ilegal y las quejas de los consumidores.

Tal sistema podría ser el primer paso para la construcción de un mercado saludable, más justo, concluyó.