El consenso de 1992: Fundamento para la paz a través del Estrecho de Taiwán y el fortalecimiento de los vínculos internacionales

In Análisis, Taiwán by PSTBS12378sxedeOPCH

Los cambios en las relaciones a través del Estrecho afectan directamente a la paz y a la estabilidad en el Estrecho de Taiwán así como a toda la región de Asia-Pacífico. Como parte interesada en la comunidad internacional, Taiwán debe ocuparse de este asunto clave. En realidad, debido a los altibajos en estas relaciones tras la reanudación de los intercambios en 1987, el Gobierno de la República de China ha afirmado categóricamente su soberanía y no ha hecho concesiones al respecto. Fue durante un  encuentro celebrado en 1992 cuando se alcanzó entre ambos lados el consenso sobre que “hay una sola China, y cada parte tiene su propia interpretación acerca de lo que esto significa”. Desde entonces, este “consenso de 1992” ha servido como marco y como fundamento para la interacción a través del Estrecho y ha sido recibido de manera favorable por la mayoría del pueblo de Taiwán. Se ha convertido en un principio que Taiwán y China continental no deben eludir cuando abordan los asuntos relativos a las relaciones a través del Estrecho. Sin embargo, como recientemente se han expresado diferentes puntos de vista sobre este consenso, vale la pena clarificar una vez más en esta ocasión algunos aspectos.

 

Significado del consenso de 1992: cumpliendo con la definición constitucional de la República de China

 

En el fondeo del consenso de 1992 está el concepto de “una China, interpretaciones respectivas”. Está claro que en lo que a nosotros nos concierne, “una China” es la República de China estipulada en la Constitución de la República de China, y nosotros nunca hemos vacilado en esta definición. Como dijo el presidente Ma Ying-jeou, aunque la Constitución de la República de China ha sido revisada siete veces mediante la enmienda de artículos adicionales, y bajo cuatro presidentes en los últimos 20 años, las disposiciones sobre el territorio nacional, sobre la soberanía y el estatus de las relaciones a través del Estrecho nunca han sido modificadas. Ello representa la decisión colectiva de la población sin tener en cuenta la afiliación política.

 

En otras palabras, nunca ha existido ningún tipo de “ambigüedad” ni “concesión de soberanía” en lo que respecta al concepto de “una China” en el consenso de 1992. Apoyar el consenso de 1992 supone apoyar a la República de China y a su Constitución.

 

Piedra angular para la paz en el Estrecho de Taiwán y en el Este de Asia

 

En efecto, cualquier política de seguridad nacional debe estar basada en la identificación entre la República de China y su Constitución, lo cual conforma el mayor denominador común aceptable para el pueblo de Taiwán. Cualquier acción que se desvíe de este denominador o lo ofusque intencionadamente puede crear innecesariamente incertidumbre y riesgo en la política local, en las relaciones a través del Estrecho y en la paz regional en Asia del Este.

 

Como Taiwán se sitúa como nexo de Asia del Este y juega un papel central en la paz regional, a los países vecinos les gustaría ver una paz y una estabilidad continuadas en el Estrecho de Taiwán. Los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea han expresado también su deseo de progreso estable en las relaciones a través de Estrecho. Tanto en Taiwán como fuera, la corriente principal de opinión sobre nuestra política en el Estrecho es que a Taiwán no le interesa que se niegue el consenso de 1992 y se defienda  la idea de que la República de China es un “Gobierno en el exilio”, algo que podría poner en peligro una vez más la paz regional.

 

Volviendo la vista a los años anteriores a 2008, la República de China tuvo que afrontar una letanía de problemas diplomáticos. La posición de la Administración en los asuntos relacionados con el Estrecho fue poco clara, y su política exterior fue separando a Taiwán del resto del mundo. Estas políticas – incluyendo la negación del consenso de 1992, la adopción del concepto “un país en cada lado (del Estrecho de Taiwán)” y la promoción de la “diplomacia de tierra quemada” –  intensificaron la tensión en el Estrecho, causaron una gran ansiedad entre el pueblo de Taiwán y aislaron más a Taiwán de la comunidad internacional.

 

De un callejón sin salida en el Estrecho a una situación en la que todos ganan

 

El desarrollo durante los últimos tres años muestra que la búsqueda de las negociaciones a través del Estrecho sobre la base del consenso de 1992 y el mantenimiento de la paz y la estabilidad bajo los principios de “no unificación, no independencia y no utilización de la fuerza militar” han recibido un amplio apoyo tanto a nivel nacional como internacional. Las encuestas realizadas en Taiwán durante la primera mitad de este año indican que más del 70 por ciento del pueblo apoya la promoción de negociaciones institucionalizadas sobre estas bases. Esta política a través del Estrecho, así orientada en el entorno actual, ha traído considerables beneficios para el desarrollo general de Taiwán.

 

En los intercambios a través del Estrecho, desde que los dos lados retomaran las negociaciones después de una laguna de diez años, se han alcanzado varios progresos – incluyendo 15 acuerdos sobre comercio y otros varios asuntos –  a través de seis rondas de conversaciones entre la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho, de Taiwán, y la Asociación para las relaciones a través del Estrecho de Taiwán, de China continental. El éxito de estas negociaciones se ha traducido en intercambios concretos y cooperación entre ambos lados, así como en unos lazos más fuertes entre Taiwán y el mercado mundial. Con la implementación de la llamada “lista de cosecha temprana” del Acuerdo Marco de Cooperación Económica, el valor de las exportaciones de Taiwán al continente creció en un 10,5 por ciento (de año en año) en los siete primeros meses de este año. Las exportaciones a seis de los diez miembros de ASEAN (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam) también se incrementaron en un 26,2 por ciento en el mismo periodo.

 

En términos de relaciones exteriores, nuestra política a través del Estrecho basada en el consenso de 1992 ha estimulado un mayor apoyo internacional a la participación pragmática de Taiwán en los asuntos internacionales. Ello se ha hecho evidente en las sólidas relaciones de la República de China con sus 23 aliados diplomáticos, en la reanudación de la confianza mutua a alto nivel con los Estados Unidos y otros países importantes, en los privilegios de exención de visados o de visados en llegada para 117 países y territorios, en la adhesión al Acuerdo sobre Contratación Pública tras seis años de negativa y en la invitación para participar en la Asamblea Mundial de la Salud por tercer año consecutivo.

 

Haciendo progresos basados en la paz

 

Las políticas sobre seguridad nacional y relaciones a través el Estrecho deben estar basadas en principios que apoyen los intereses de la nación sin comprometer la soberanía, la seguridad o la dignidad. El consenso de 1992 sobre el concepto de “una China, interpretaciones respectivas” fue alcanzado por Taiwán y China continental después de varias rondas de negociaciones. El propósito de construir tal consenso fue para hacer frente a los asuntos más sensibles en las relaciones a través del Estrecho y para dejar de lado las disputas de manera pragmática maximizando los beneficios para Taiwán. Sobre esta base se celebraron la Conversaciones Koo-Wang de 1993, dando comienzo a una nueva era en las negociaciones a través del Estrecho. Los muy positivos progresos que vinieron después indican también que este consenso es de hecho la piedra angular para el desarrollo pacífico entre Taiwán y China continental.    

 

Comparado con la situación de 1992, los dos lados del Estrecho de Taiwán han logrado grandes avances hacia un periodo de interacción pacífica y estable nunca visto en seis décadas. Pero como solo hemos dado los primeros pasos hacia la paz en el Estrecho, debemos continuar ateniéndonos al marco de la Constitución de la República de China y del consenso de 1992 para crear un entorno pacífico para las próxima generación.