Taipei, abril 29 (CNA) El presidente Ma Ying-jeou dijo el miércoles 8 que el modelo para la adhesión de Taiwán al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés) era aceptable para el futuro ingreso de Taiwán al planeado Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (AIIB, siglas en inglés), iniciado por China.


Taiwán fue admitido al APEC en 1991 bajo el nombre de «Chinese Taipei», el cual es también la forma abreviada del nombre que usa Taiwán en la Organización Mundial del Comercio, de la cual el país es un miembro pleno.



«El nombre de ‘Chinese Taipei’ es un buen precedente usado por nuestro país para ingresar a las diferentes organizaciones a nivel internacional, por lo que nuestro país solicitará la adhesión al planeado AIIB bajo ese mismo nombre», manifestó Ma.



Ma reiteró asimismo la firme postura de Taiwán respecto al ingreso a la susodicha institución financiera bajo los principios de dignidad e igualdad, enfatizando que el país preferiría renunciar a su participación en el AIIB en caso de no poder satisfacer dichos principios.



El Primer Mandatario hizo estas observaciones en respuesta a las preguntas que le hicieron los miembros de la prensa local respecto a la solicitud de Taiwán para su ingreso al AIIB al término de su inspección de las operaciones del Consejo para los Asuntos de China Continental, dependencia del Yuan Ejecutivo (Gabinete).



La solicitud presentada por Taiwán el 31 de marzo para convertirse en uno de los miembros fundadores del planeado AIIB, fue rechazada por la Secretaría Interina Multilateral del nuevo banco; sin embargo, el país se encuentra buscando activamente su ingreso como miembro ordinario a dicha institución financiera.



Iniciado por China, el AIIB es considerado por algunas personas como un potencial rival del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, todos los cuales están dominados por los países desarrollados como los Estados Unidos.

El referido flamante banco multilateral de desarrollo, con sede en Beijing, tiene proyectado iniciar formalmente sus operaciones antes de que finalice el próximo año 2016, centrando principalmente sus inversiones en la construcción de carreteras, ferrocarriles, plantas de generación eléctrica y redes de telecomunicaciones en la región asiática.