Taiwán: Soplan nuevos vientos en Asunción

In Análisis, Taiwán by PSTBS12378sxedeOPCH

Asunción se mueve a otro ritmo. Podría decirse, incluso, que ahí radica uno de sus grandes atractivos. Quizá todo sea fruto de su peculiar historia; y es que si bien desde Asunción partieron destacamentos de conquistadores y colonizadores a la fundación de ciudades por toda América del Sur, como la misma Buenos Aires, ya en la más temprana época colonial la antaño orgullosa “madre de ciudades” fue perdiendo protagonismo e importancia, estando como estaba alejada del mar y de las principales rutas comerciales. Tras su independencia, su primer gobernante cerró las fronteras patrias y condenó al país al más absoluto ostracismo, mientras que el posterior y muy breve “renacimiento” asunceno se truncó con la trágica derrota paraguaya en la Guerra de la Triple Alianza. Quizá, quién sabe, el ambiente que impregna toda Asunción de melancolía surja de la Estación Central de Ferrocarril. Allí la nostalgia lo invade todo, hasta el alma de los capitalinos. Excepto los domingos, el día en que Paraguay vuelve a tener ferrocarril. Un ferrocarril a vapor que pasea a los pocos turistas que desean sumergirse aún más en la historia y la nostalgia paraguaya.  

Esa idiosincrasia mestiza, fruto de sobrios aromas hispanos y de la exuberante  herencia guaraní, también parece contagiarse en la política paraguaya. Y si bien del mismo modo en que el Partido Colorado parecía tener un poder inamovible tras más de 60 años de hegemonía política, los pequeños pasos van dando sus frutos y, con ellos, llega el cambio. Eso mismo parece estar ocurriendo con las relaciones entre Paraguay y Taiwán. Soplan nuevos vientos en Asunción… 

Y los nuevos vientos que llegan a Asunción vienen, cómo no, de China. Lo cierto es que en Paraguay se decide, en gran medida, el futuro de la diplomacia taiwanesa en Hispanoamérica, y el rumbo que tome Paraguay puede servir de catalizador para los restantes aliados, esencialmente caribeños y centroamericanos, que aún conserva Taiwán. Y es que Paraguay es, sin duda alguna, el socio y aliado más importante de los 23 países que reconocen al gobierno de Taiwán, tanto por su posición estratégica –está situado en el corazón de Sudamérica, región económicamente emergente, y con libre acceso a los mercados vecinos de Argentina y Brasil- como política –miembro fundador del bloque regional más importante de América Latina, el Mercosur-. 

Los síntomas de distanciamiento entre Taiwán y su más fiel aliado se remontan, esencialmente, al último gobierno colorado, presidido por el más que controvertido Nicanor Duarte Frutos. De hecho, esa última legislatura colorada, tras 61 años de gobiernos colorados, estuvo marcada por la gran sintonía existente entre el ex presidente paraguayo y el presidente de turno de Taiwán, Chen Shui-bian (1), y por el alarmante divorcio entre todo el arco opositor paraguayo y el gobierno de la República de China, esencialmente a causa del descrédito de la diplomacia isleña a raíz de las prácticas corruptas tejidas en torno a las ayudas y donaciones concedidas al gobierno de Duarte Frutos desde Taipei. Evidentemente, el gran clima político y social creado en Asunción a favor del relacionamiento diplomático con Beijing, en detrimento de Taiwán, también se debe a un aparente interés de los empresarios y de los políticos paraguayos por posicionarse en Asia y, concretamente, en China, sumado a la opinión generalizada en el país de que el pragmatismo y la estrategia a largo plazo debe primar sobre los intereses inmediatos de la élite política gobernante; de esa visión se desprenden las reiteradas acusaciones, dirigidas a la diplomacia paraguaya, de perpetuar en el tiempo una diplomacia “anacrónica”, más propia de la Guerra Fría  que del siglo XXI, en que el auge de la República Popular de China es, a todos los niveles, indiscutible. De ese clima político favorable al cambio de aliado surge la promesa electoral de Fernando Lugo de establecer relaciones diplomáticas con Beijing, siendo candidato a la Presidencia de la República por la Alianza Patriótica para el Cambio. 

En efecto, al confirmarse el triunfo de Lugo en las elecciones del 20 de abril de 2008 saltaron todas las alarmas en el despacho del recién electo presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, que se apresuró a viajar a Asunción para la asunción de Fernando Lugo (2), en el que fue su primer viaje oficial al extranjero. Y no era para menos, pues los rumores referentes a un inminente reconocimiento diplomático entre Paraguay y la República Popular de China eran diarios en la prensa paraguaya, y nunca fueron desmentidos por el electo presidente Lugo, hasta el punto que el Canciller de Exteriores de Taiwán, Francisco Ou, advirtió que el futuro de la tregua diplomática propuesta a China por las autoridades de Taiwán se resolvería en Paraguay (3), en una clara advertencia a Beijing al condicionar así el acercamiento entre ambas partes al mantenimiento de las relaciones entre Asunción y Taipei. Y, efectivamente, unos meses más tarde trascendió que el Gobierno de Fernando Lugo propuso a Beijing establecer relaciones diplomáticas entre ambos países, y desde Zhonanghai se rechazó la propuesta paraguaya para no dañar la tregua diplomática y el acercamiento con la “isla rebelde”, según declararon desde Taipei el portavoz presidencial, Wang Yu-qi, y el secretario general del Kuomintang, Wu Dun-yi (4). Es decir, la determinación del Gobierno de Fernando Lugo por establecer relaciones con Beijing habría sido una pieza clave para que, paradójicamente, las autoridades de ambas orillas recuperaran la confianza mutua e iniciaran un acercamiento histórico. 

Desde entonces, descartada la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas formales con la República Popular de China, las relaciones entre el Gobierno paraguayo y Taiwán fueron enturbiándose cada día más, principalmente a causa del manifiesto acercamiento político, comercial y cultural –obviando el diplomático, que avanza entre bambalinas- entre Asunción y Beijing y a las declaraciones públicas de casi la totalidad de los líderes del Gobierno de Fernando Lugo, que no han cesado de posicionarse a favor de Beijing y de reclamar formalmente el reconocimiento diplomático, a pesar de la tregua diplomática existente entre ambos países. Por citar los casos más relevantes, ya que la lista sería inacabable, entre las autoridades paraguayas que se han pronunciado a favor del establecimiento de relaciones formales con la República Popular de China destacarían las de los Cancilleres de Exteriores del Gobierno de Lugo –Hamed Franco (6) y Héctor Lacognata (7)-, el Ministro de Industria y Comercio Francisco Rivas (8), el vicepresidente de la República Federico Franco (9), el Despacho de la Primera Dama (10) y el mismo Presidente Lugo.  

Por si todo ello no bastara, el acercamiento entre Paraguay y China es cada día más evidente, lo que hace prever un más que probable alineamiento de Paraguay con Beijing en caso de que fracase la tregua diplomática entre las dos Chinas. Pruebas de ello son los anuncios del Canciller Héctor Lacognata adelantando que Paraguay participará con un gran pabellón en la Exposición Universal de Shangai 2010, haciendo coincidir ese importante evento con la apertura de una Oficina Comercial de la República Popular de China en Asunción y otra paraguaya en Shangai para el primer semestre de 2010. Pero Taiwán tiene aún más razones de peso para preocuparse, ya que si al hecho de que la Embajada de Paraguay en Taipei lleva más de cuatro meses sin embajador –y Paraguay no parece tener prisa en destinar nuevo representante, excusado en una supuesta “reordenación diplomática”- se suma que el otrora fiel baluarte de los intereses isleños, el Partido Colorado, parece ahora más ancorado hacia China que hacia Taiwán. Y es que a pesar de que tanto desde el coloradismo como desde el derechista partido UNACE se ha tildado a Lugo de izquierdista, socialista y comunista, acusándole reiteradamente de alinear al país en la esfera internacional con los chinos “rojos” y la Venezuela de Chávez, lo cierto es que la actual presidenta del Partido Colorado acudió sorpresivamente a un acto organizado por la pro-china Asociación Paraguaya de Amigos de la Republica Popular de China (APACHI) para festejar el 60º aniversario de la fundación de ésta, el pasado 2 de octubre. Un acto, cabe decir, que tuvo una asistencia mucho más masiva y selecta que la organizada en años anteriores y a la que acudieron, entre otras personalidades y ex dirigentes del coloradismo, los embajadores de Brasil, Bolivia, Argentina, Venezuela, Colombia y España en Paraguay. No es de extrañar, pues, que apenas dos semanas más tarde desde Taipei se ofreciera al Gobierno de Lugo nuevas inversiones económicas, y se propusiera una próxima reunión entre ambos presidentes. Ofertas que, por lo que parece, no han tenido efecto alguno ya que en esas mismas fechas el Congreso paraguayo recomendaba de manera formal al presidente Fernando Lugo, en una nota consensuada por todos los grupos de la Cámara, iniciar relaciones formales con China para hacer viable un mayor intercambio comercial, mientras que el Canciller de Exteriores Héctor Lacognata abogaba por establecer definitivamente lazos oficiales con Beijing y admitía que ambos Gobiernos mantienen conversaciones y negociaciones oficiales (11). 

En definitiva, es evidente que en los últimos meses se ha producido un abismal distanciamiento entre Taiwán y su principal y tradicional aliado, Paraguay, con el que comparte relaciones diplomáticas ininterrumpidas desde 1957. Y lo cierto es que la posición paraguaya se justifica en gran medida con los mismos argumentos que han llevado a Taiwán a acercarse a China continental, obviando los aspectos políticos; es evidente que en torno a China pivota gran parte del comercio internacional con destino y/o origen en Asia Oriental, por lo que es esencial estar bien asentado en el gigante asiático para cualquier economía que no quiera quedar marginada de uno de los mayores mercados mundiales. Y si bien para Taiwán “el acuerdo con China es importante para preservar y proteger su mercado de exportaciones en el continente y en la región asiática” (12), para Paraguay el mercado chino puede abrirle grandes oportunidades comerciales en el mercado de las materias primas, su principal exportación. Lo evidente es que el futuro de los lazos diplomáticos entre Paraguay y Taiwán dependerá únicamente de la voluntad de Beijing y, por tanto, del éxito o fracaso de la tregua diplomática entre ambas Chinas, y no debe obviarse que la pérdida de Paraguay del grupo de aliados de la isla podría desencadenar un efecto dominó en los aliados taiwaneses de América Central y el Caribe, muchos de los cuales tienen una relación incierta con Taipei, como en los casos de Haití, Honduras, Santa Lucía, Nicaragua o República Dominicana. Y más aún ahora que, ante la crisis económica, China está afianzándose como uno de los actores principales del tablero geopolítico mundial.   

Referencias 

(1)Diéguez Suárez, Javier. Las relaciones entre el Gobierno de Duarte Frutos y Taiwán. En Observatorio de la Política China (junio 2008) y Observatorio de la Economía y la Sociedad China (nº 7, junio 2008).

(2)Diéguez Suárez, Javier. Ma: el espejismo de Fernando Lugo. En Observatorio de la Política China (agosto 2008).

(3)En Zhongguo ShibaoTiempos de China– (14 de julio de 2008).

(4)China acepta tregua de Taiwán, que tiene de aliado a Paraguay. En EFE (16 de octubre de 2008)

(5)Presidente ratifica que no apoyará a Taiwán en Asamblea de la ONU. En Última Hora (12 de septiembre de 2008).

 (6)Hamed dice que Paraguay pretende abrir relaciones diplomáticas con China. En Última Hora (6 de septiembre de 2008)

(7)Canciller, a favor de relación con China. En ABC Color (15 de noviembre de 2009).

(8) Ministro propone debatir nexo con China continental. En Última Hora (9 de septiembre de 2009)

(9)Franco afirma que con Taiwán no se logró nada. En Última Hora (8 de septiembre de 2008)

(10) Malestar taiwanés con Ña Meche por “chinos rojos”. En Última Hora (22 de mayo de 2009)

(11)Canciller, a favor de relación con China. En ABC Color (15 de noviembre de 2009)

(12)Ríos, Xulio. Las dos aguas de la diplomacia taiwanesa. En Observatorio de la Política China (13 de octubre de 2009).