«China no ambiciona ser la potencia dominante mundial» Entrevista a Jorge Eduardo Malena

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El Dr. Jorge Eduardo Malena es Coordinador Académico y Profesor Titular de la carrera “Estudios sobre China Contemporánea” de la Universidad del Salvador (Buenos Aires, Argentina). Miembro de la Academia Argentina de Estudios de Asia y África, y Miembro Consultivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.


        1. ¿Cómo valora, en términos generales, la política de reforma y apertura que se aplica en China desde finales de los años setenta?

Como testigo entre 1979 y 1982 de la situación existente en la República Popular, es evidente que el panorama que presenta el país en la década en curso es totalmente diferente, particularmente en aquello vinculado al bienestar material, sanitario y educativo de la población. Han existido también subproductos de esta política económica que han sido positivos, como el surgimiento de una sociedad civil y el acceso a una serie de derechos civiles por parte de la población.



      2. Las reformas económicas han abierto muchos espacios a la propiedad privada, al mercado, etc., pero ¿cuánto poder e influencia conserva aún el Estado?



El Estado aún conserva poder económico, más allá que aquel porcentaje minoritario de los medios de producción en manos no exclusivamente estatales contribuya con la mayor parte de la riqueza nacional. Por otra parte, el predominio del Estado en el ámbito político es indiscutible, lo cual se proyecta al ámbito cultural y científico. El entrelazamiento de Partido, FF.AA. y Estado explica dicho predominio, el cual se ve reforzado por la naturaleza unipartidista del sistema político.



       3. Los niveles de crecimiento de la economía china han asombrado al mundo, ¿considera posible que China pueda seguir creciendo al mismo ritmo en los próximos años?

Particularmente la crisis económica desatada recientemente incidirá en las tasas de crecimiento del 9-11% promedio que estábamos acostumbrados, si bien no podemos olvidar que la demanda de materias primas e insumos no se verá considerablemente afectada, dada su enorme población y tamaño de su aparato productivo. Dicha demanda interna actuará como motor de crecimiento doméstico y también contribuirá a mantener un importante nivel de compras al exterior.



      4. ¿Tendrá éxito en la transformación de su modelo de desarrollo?

Existe una serie de factores sobre los cuales la dirigencia aún debe operar, v.g. las condiciones de trabajo, la administración del desempleo y el subempleo, el sistema de pensiones y jubilaciones, la explotación racional de los recursos, la protección del medioambiente, etc. que dificultan la consecución de un modelo de desarrollo sustentable, centrado en la dignidad de la persona humana. El anuncio de los máximos líderes de construir una “sociedad armoniosa” por medio del desarrollo basado en el conocimiento científico es una aspiración en ese sentido.



      5. ¿Cree que existe una mayor sensibilidad para afrontar las tensiones ambientales?

La hay, dado que el problema es un desafío en sí mismo y porque el brindar una respuesta a este tipo de desafío contribuye con la legitimidad de ejercicio que necesita el PCCh para mantenerse en el poder.



      6. Las desigualdades son una realidad en la China de hoy. ¿Estima sincera la preocupación que dice tener el gobierno chino por construir una sociedad más armoniosa?

No sólo esa preocupación es válida del punto de vista de fortalecer la gobernabilidad, sino que también del estricto punto de vista filosófico evidencia la impronta de la cultura china (v.g. la vigencia de ideales confucianos en un gobierno que –en teoría- reniega de la “vieja China”).



      7. Los conflictos con tibetanos e uigures, sobre todo, ¿pueden impulsar algún tipo de reforma de la arquitectura institucional del sistema político chino?

No creo posible que las ansias secesionistas de ciertos grupos en Tibet y Xinjiang incidan en una reforma institucional del sistema político, si bien estimo que en 2009 la tensión en Tibet recrudecerá con una virulencia mayor que la registrada a partir de marzo 2008.



      8. El Partido dice anhelar una mayor democratización del sistema, ¿hará borrón y cuenta nueva de los cuatro principios fundamentales?

La promoción de la Democracia en China no debe ser entendida como aquello que –con matices- todos reconocemos como unívoco en Occidente. En el caso chino, como mucho sería dable esperar que las elecciones libres para comités ejecutivos y legislativos (que existen a nivel de aldeas) sean extendidas a un nivel superior de la organización administrativa, lo cual es una promesa que el Ministerio de Asuntos Civiles efectuó a principios de la década de 1990 y aún está pendiente.



    9. ¿Puede acelerarse el entendimiento y la cooperación con las autoridades de Taiwán?

De seguro el diálogo conducente a una mayor cooperación va a tener lugar entre las autoridades a ambas márgenes del Estrecho de Taiwán, sobre la base del entendimiento mutuo que existe entre Beijing y Taipei en materia de construir una “gran nación” (daguo). No olvidemos que ambos partidos son, esencialmente, nacionalistas.



     10. ¿Como creen que evolucionarán las relaciones de China con EEUU durante el mandato de Barack Obama?

La administración Obama, a mi entender, es un enigma, a la luz de que a las promesas de cambio electorales se le han agregado la conformación de un gabinete integrado por figuras de las tres últimas administraciones. Prefiero esperar y ver.



     11. ¿Considera que China promueve un entendimiento regional –con Japón e India, básicamente- capaz de catapultar la proyección política de Asia en el mundo?

No sólo con esos dos países, sino también con Rusia e Irán, todo lo cual lo contextualizo en el proyecto de construcción de un mundo multipolar, en el que las potencias emergentes –encabezadas por Asia- tendrán un creciente protagonismo en la política internacional de la segunda y tercera década del siglo XXI.



     12. Una China como potencia dominante en el mundo ¿puede también dar lugar a nuevas reglas de funcionamiento del sistema internacional?

No considero que esté en la voluntad de la dirigencia china el acceder al status de potencia dominante mundial. Sólo considero que la República Popular procurará erigirse en el mediano plazo en un actor preponderante del Asia Oriental, y a partir de allí en unos de los actores protagónicos del sistema internacional.