El nuevo modelo de desarrollo chino

In Especiales by PSTBS12378sxedeOPCH

 

A raíz de las dos sesiones de este año, las autoridades chinas han anunciado un mayor empeño en la plasmación de un nuevo modelo de desarrollo y una mayor atención a las cuestiones sociales. Esa apuesta debe contribuir a la solución de aquellos problemas más descuidados en las décadas precedentes y a completar el proceso de modernización iniciado en 1978.

 

Invitamos a nuestros colaboradores a responder a las siguientes cuestiones:

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

 

     

Han colaborado en este especial: Dr. Jorge E. Malena (Coordinador Académico, «Estudios sobre China Contemporánea», Universidad del Salvador-Argentina); Gustavo A. Cardozo (Centro Argentino de Estudios Internacionales); Julio A. Díaz Vázquez (Profesor Titular, Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de La Habana, Cuba); Enrique Posada Cano (Observatorio Virtual de Asia-Pacífico, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Colombia); Augusto Soto (Consultor y Profesor en ESADE).

 

El OPCh agradece a todos la colaboración prestada.

 

 

 

RESPUESTAS de Dr. Jorge E. Malena (Coordinador Académico, «Estudios sobre China Contemporánea», Universidad del Salvador-Argentina)

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

    

 

La mejora en la distribución de los ingresos, la promoción de los servicios de seguridad social, la generación de más y mejor empleo, la reducción del costo de las viviendas, el freno a la especulación financiera y el combate a la corrupción.

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

    

 

Todas estas medidas en definitiva están dirigidas a mejorar la calidad de vida y disminuir las diferencias entre ricos y pobres (v.g. ciudad y campo), haciendo posible sostener la paz social.

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

    

 

En materia de política interna, es probable que del éxito de estas medidas dependa que el PCCh logre mayor legitimidad y -por lo tanto- que se conserven la cohesión y estabilidad del país. En materia de política exterior, es posible que al verse disminuida la dependencia en un modelo de crecimiento basado en las IDE y su correlato de ventas al exterior (dado que adquirirían relevancia las políticas públicas orientadas al frente interno), China se encontraría con las manos más libres para asumir un perfil más proactivo.

 

RESPUESTAS de Gustavo A. Cardozo (Centro Argentino de Estudios Internacionales):

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

    

 

China tiene pensado crecer este año al 8%, con una inflación que no supere el 3%. Lo más importante apuntará a la política fiscal activa y monetaria, la cual es necesaria en pos del ajuste estructural del modelo de desarrollo.

 

Beijing considera que su déficit 2010 rondará los 154.000 millones de dólares, el 10% más que en 2009, principalmente por las mejoras en la seguridad social.

 

China debe enfrentar el desempleo urbano, el cual supera el 4,6 por ciento por el aumento de la brecha entre ricos y pobres. En ese marco, el desafío principal está en tomar ventajas para intensificar la reconversión productiva nacional, incorporando nuevos productos exportables, calidad y rentabilidad. El rol de las PYMES chinas será crucial en este nuevo escenario, donde la reconversión tecnológica de las mismas se reforzará con mayor acceso a créditos fiscales. Los paquetes de estímulo económico implementados por el gobierno desde noviembre de 2008 deben ampliarse, principalmente por la necesidad de desarrollar una cultura del consumo más amplia frente a la inestabilidad aún reinante en otros mercados.

 

Si bien el nuevo modelo de desarrollo pretende realizar un salto cualitativo en los factores económicos, financieros y productivos, hay una realidad básica. China enfrenta potenciales desafíos en su seguridad alimentaria a pesar de años de buena cosecha, producto del deterioro medio-ambiental, bajo nivel científico y técnico en la producción de cereales, infraestructura atrasada y precios bajos de cereales que hacen caer el entusiasmo tanto de agricultores como de los gobiernos locales. La producción de cereales de China llegó a 530,8 millones de toneladas en 2009, superando los 500 millones de toneladas por tercer año consecutivo, de acuerdo con datos del Buró Nacional de Estadísticas. Esto quiere decir que el plan hacia el oeste deberá incrementarse en cantidad y calidad en los próximos años.

 

Según Haruhiko Kuroda, presidente del Banco Asiático de Desarrollo (BAD):

“Para reducir la brecha en los ingresos y las disparidades entre regiones, China debe invertir más en las áreas rurales a través de la mejora en la infraestructura, la educación y las instalaciones de asistencia médica”.

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

    

 

China por medio de su plan quinquenal (2006- 2010) dejó afuera la palabra “plan” y decididamente busca profundizar las reformas y abrirse más globalmente. Para ello la construcción de una sociedad armónica es fundamental. Se pretende crear armonía sin permitir al mismo tiempo libertad legal para la gente: esto traducido es perder el rol del partido, por un hecho fundamental: El partido es la Nación, por encima de El nada, por debajo de El, todo….el Partido-Estado.

 

El PCCh comprendió con Deng, y así lo demuestra, que el libre comercio es una de las formas más importantes de expandir las opcio¬nes del pueblo y lograr el objetivo de armonía social y económica. China es una de las economías de mercado emergente más abiertas en términos de comercio exterior reduciendo uni¬lateralmente las barreras arancelarias y no arancelarias, los de¬rechos comerciales a empresas do¬mésticas y de IED. Es de esperar que los beneficios de la liberación del comercio se extiendan, pero donde más se nota es en las áreas cos¬teras que fueron las primeras en abrirse y se encuentran más comercializadas.

 

El proceso de reforma de China ha sido gradual pero firme. Mayor espacio al mercado privado, ha desencadenado una gran fuerza hacia la libertad que estuvo ausente durante el período de la planeación y control cen¬trales. Wen Jiabao sabiamente mencionó:

“Si no establecemos unas leyes de gobierno justas y si no tenemos una clara protección de los derechos de propiedad, esta economía de mercado será un caos y será corrupta”.

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

    

 

Las repercusiones pueden ser traumáticas, como Tiananmen, u armoniosas, depende del proceso y su implementación. China ha aprendido demasiado para volver a cometer los errores del pasado y su sociedad así lo entiende. El PCCh podrá continuar ejerciendo su hegemonía como Partido-Estado en tanto y en cuanto comprenda en profundidad que China no debe asimilar al mundo, sino el mundo a China.

¿Qué significa esto?

 

En el plano político interno, la irrupción de una nueva generación de dirigentes con una orientación más tecnocrática., apoyada por la dinámica del crecimiento económico y la integración internacional, será probablemente más flexible con respecto a impulsar un mayor proceso de apertura y liberalización política.

 

En el plano exterior, el “Gran Salto” chino viene determinado por una mayor apertura e inserción exterior (iniciada a fines de los ’70), que representó una mejora en sus relaciones diplomáticas con las principales economías occidentales. La diplomacia china ha experimentado una evolución importante durante la década pasada. Los apremios en la rápida transformación de la política exterior china son significativos, pero no deben ser subestimados según la visión de algunos analistas (Moneta, Cesarin, Soto.) Es decir, el contenido, el carácter y la ejecución de este nuevo modus operandi se evidencia en un aumento de la interacción china con la comunidad internacional, aunque -a priori- no se pueda precisar que efectos conllevaran éstos cambios en la diplomacia china del siglo XXI.

 

RESPUESTAS de Julio A. Díaz Vázquez (Profesor Titular, Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de La Habana, Cuba).

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

    

 

La política económica de la República Popular China (RPCh), en el próximo futuro gravitará en dependencia de varios ejes. Todos subordinados a las exigencias del desarrollo económico-social delineado en el curso de la ejecución del XI Programa de Desarrollo de la Economía Nacional 2006-2010. Las nuevas tendencias implican, a la vez, ruptura y continuidad en la ruta abierta por la reforma y apertura puestas en marcha a partir de 1979.

 

Por otra parte, el rumbo del desarrollo económico-social tendrá que conjugarse con los desafíos que China ha debido enfrentar para sortear con éxito las repercusiones de la crisis económica que, desde finales del 2008, viene sacudiendo a la economía internacional. Este ha sido un factor que, de reto, se convirtió en oportunidad para acelerar los cambios y reestructuración que demandaba el desempeño económico del país.

 

En síntesis, los ejes articuladores del nuevo modelo de desarrollo económico-social han de recaer en el estímulo al consumo interno. De cerca del 40% actual, de forma paulatina deberá acercarse a los de las tendencias internacionales que giran alrededor del 60%. Así, el peso del comercio exterior en el producto interno bruto (PIB) deberá reducirse, sin que ello signifique que dejará de crecer, aunque a ritmos más pausados. Igualmente, las inversiones, aún cuantiosas por las necesidades derivadas de la creación de una infraestructura moderna, en particular, para impulsar el despegue de las zonas centrales y occidentales del país, también deberán atemperarse.

 

La estructura productiva necesita de un desarrollo más armónico y racional entre las industrias primaria, secundaria y terciaria. Los servicios requieren de mayor peso en la generación del PIB, así como de la elevación de su contenido tecnológico. De manera que, las manufacturas, sin perder importancia, cederán puntos a favor de una estructura económica más dinámica y moderna.

 

Punto débil en el explosivo desarrollo de los últimos 30 años lo ha sido el deterioro experimentado por el medio ambiente. Los nuevos derroteros contenidos en la orientación de desarrollo económico, al menos en próximo decenio, no pueden divorciarse de la protección ambiental, así como de la conservación de los recursos no renovables. La producción no podrá obviar la necesidad de mejorar la eficiencia en el empleo de tales recursos, así como reducir su consumo por unidad producida.

 

Los anteriores objetivos solo pueden se alcanzables con el desarrollo e introducción del progreso científico-técnico y la creación de nuevas tecnologías. Dos son los factores decisivos en este proceso: la capacitación de los recursos humanos y las innovaciones. China cuenta con una masa en formación de profesionales de más de 26 millones de estudiantes en las universidades que, gradúan anualmente, una cantidad de ingenieros y otros especialistas sin parangón en el mundo. Base segura para trascender de Hecho en China ha Creado en China.

 

La política económica tendrá como foco central la eliminación gradual de las diferencias regionales en el desarrollo social y, lo que es más importante, las desigualdades entre los ingresos citadinos y los rurales. Ello, es requisito indispensable para lograr la meta de una sociedad modestamente acomodada, el xiaokang , para el 2020, concepción que se resume en una vida holgada, superior a la subsistencia pero sin alcanzar la opulencia, más el datong . Ideal confuciano de la cohesión social, economía próspera y sociedad estable.

 

Finalmente, China requerirá prestar atención permanente al perfeccionamiento de los mecanismos de mercado, así como del empleo de las palancas económicas. Su integración a los procesos de globalización económica, tendencia irreversible, implica mayores pruebas para la economía, pues ahora no solo los avatares externos, sino los que están implícitos en los desajustes que pueden originarse en mercado interno, gravitarán en el desempeño económico-social del país y en la economía internacional.

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

    

 

La actual fase, en la que está entrando la economía china materializa la continuidad, por otros medios, de la política que favorece el desarrollo de las fuerzas productivas , al poderío integral de China , y lo que ayude a elevar el bienestar de la población . Por otro lado, la tarea central en los años de existencia de la RPCh han estado signados por la necesidad de dar respuesta a lo que constituye el problema fundamental de la sociedad: mucha gente – poca tierra . En su esencia, se trata de resolver un conflicto que tiene por base las disponibilidades de recursos minerales y materiales de todo tipo.

 

Así, la existente brecha económica en China entre el campo y la ciudad tiene raíces en las políticas aplicadas en el pasado. Por ejemplo, en 1954-1978, el Gobierno extrajo 510 mil millones de yuanes del agro, con los cuales apoyó la industrialización. Para ello, aplicó la consabida regla introducida por el socialismo soviético para el agro: comprar barato – vender caro. El resultado ha sido una creciente brecha económica entre las áreas rurales y las citadinas, donde los ingresos per cápita alcanzan los 17,175 yuanes, el triple de los 5, 153 yuanes que se perciben en las rústicas. Al ser el consumo motor del desarrollo, la incapacidad para consumir las mercancías producidas en las ciudades por las zonas rurales obstaculiza el desarrollo económico-social.

 

En el próximo decenio China tendrá que fijar los nuevos pilares básicos del curso modernizador iniciado en 1979. El “ser o no ser” de la renovación económico-social radicará en la construcción de un modelo de desarrollo autóctono que, bien podría calificarse de dual , donde se conjugue lo rural y lo urbano. Una sola cifra confirmaría que copiar los patrones de urbanización occidentales no es posible para China. El consumo de energía en el sector urbano es de 3,5 veces superior al de las áreas rurales. De aquí que algunos especialistas han fijado en el 55% de urbanización que al país le es dable asimilar, pues, rebasar esos límites significa disminuir las ya de por sí críticas disponibilidades de tierras labrantías.

 

En resumen, el lograr por parte de China, una sociedad asentada en el xiaokang , sostenible, en el contexto de una armonía social, el datong , para una población que superará los 1,400 millones de habitantes, requerirá mucho de iniciativas innovadoras en lo económico-social, así como transformaciones en la organización política del Estado. Y, todas esas metas, pasan por el salto cualitativo a enfrentar en los cambios sociales, a operarse en el contexto de la creación de un nuevo estatus en la esfera agraria del país. Cuestión, en última instancia, que no solo incumbe a China; es un problema que en una forma u otra, atañe a todo el planeta.

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

    

 

Cuando se trata atalayar que significación pueden tener las transformaciones en la economía que se dan en la RPCh, resulta insoslayable no olvidar que hablamos de la cultura más longeva en la Tierra que, con 200 años de retrazo emprende la modernización económico-social que conoció el Occidente del planeta con el despliegue de la Revolución Industrial. Las consecuencias, medios y métodos de cómo se produzca esta reincorporación se harán sentir en todos los ámbitos de la vida internacional.

 

En última instancia, RPCh ha emprendido el regreso a la grandeza de antaño como País del Centro. Por ello, la solución que encuentre para moldear una política interna que salve, de manera racional, los enormes obstáculos que representan alimentar y dar cobija a la quinta parte de la población del orbe, tiene importancia universal. Al mismo tiempo, al proyectar su política exterior, con el aumento de su peso en la arena mundial, sin las rémoras de un pasado asentado en la explotación colonial o imperialista, contará con una enorme reserva para contribuir a moldear nuevas formas de convivencia entre las naciones. La geopolítica que está delineándose en los inicios del siglo XXI, no podrá eludir la influencia que ejercerá China en el logro de ese nuevo mundo .

 

RESPUESTAS de Enrique Posada Cano (Observatorio Virtual de Asia-Pacífico, Universidad Tadeo Lozano, Colombia)

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

    

 

Más que un nuevo modelo de desarrollo, yo diría que se trata de ajustes necesarios al modelo que se viene aplicando en China en las últimas tres décadas. Los ejes de esos cambios los veo ubicados en el ámbito de los aspectos sociales, valga decir, las reformas que ha de introducir el Estado en la legislación están relacionadas (1) con la seguridad social, en lo cual están insertos fundamentalmente el régimen de salubridad (cobertura y calidad de los servicios médicos), una urgente asignatura pendiente que afecta a varios cientos de millones de habitantes, así como el régimen de jubilación; (2) la extensión de las oportunidades de estudio, sobre todo a niveles de secundaria y educación superior, donde, a partir de las reformas de los años 80 los costos de matrículas y pensiones van excluyendo de ellas a una inmensa masa de aspirantes, y (3) la equidad. Equidad en todos los campos y sentidos: entre los ingresos y oportunidades de los habitantes rurales y los de los de las ciudades y equidad en los niveles salariales y las oportunidades de acceso a cargos de la mujer frente al hombre, y finalmente, el cuarto eje tiene que ver con el tema de vacíos existentes aún en el régimen autonómico de las minorías nacionales, algo respecto de lo cual, a nuestro modo de ver, al Partido Comunista y al Gobierno de China les falta ciertos pulimento y desarrollo científico. Nada que ver con pretendidas autonomías absolutas o afanes independentistas por el estilo de un ‘Free Tíbet’ o la prédica de un ‘Turquestán Oriental’. No. Tampoco se limita este tema al simple espectro desarrollistas sino que tiene que ver más con aspectos de cultura e identidad étnicas.

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

    

 

Resolver los problemas más críticos y urgentes del modelo, relacionados fundamentalmente con lo social y acerca de los cuales los líderes chinos han demostrado ser conscientes. Sin embargo, ellos implican a un número tan grande de personas, que parecen sobrepasar las dimensiones de los indicadores macroeconómicos del crecimiento. Una de las falencias más serias del modelo, que parece radicar en que su motor son las exportaciones y la inversión de inmensos capitales en obras de infraestructura, consiste en la incapacidad de llegar a todos los sectores sociales mediante una redistribución equitativa del ingreso nacional. Esto ha de resolverlo el modelo si no quiere fracasar. No mediante un reversazo hacia el ‘igualitarismo absoluto’ maoísta, que significaría la debacle, mas sí, en cambio, hacia la cristalización de esas ‘características chinas’ que modifican el esquema de la ‘economía de mercado’ a fin de hacer partícipes de una manera mucho más sensible a amplios sectores populares aún excluidos de esa nueva prosperidad que ha traído la China de las reformas y la apertura al exterior. En suma, el objetivo básico de los mencionados cambios es sacar avante el modelo mixto chino de economía de mercado con características chinas.

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

    

 

En el caso de acertar en la dirección social de los cambios propuestos, las repercusiones pueden ser las de consolidar la cohesión nacional y social de los más de l.300 millones de pobladores de esa gran nación y arrancar hacia una nueva fase superior como una de las mayores potencias –si no la mayor- del siglo XXI. Si no lo lograra –y el signo negativo no ha sido precisamente la constante de la dirigencia china a través de estas últimas tres décadas- no se trataría de la hecatombe de un país sino del riesgo inminente de inestabilidad de la comunidad internacional en su conjunto. Es por eso que más sensato sería de parte de la administración Obama mirar a China más como un factor interno de estabilidad y desarrollo que como una amenaza externa.

 

RESPUESTAS de Augusto Soto (Consultor y Profesor en ESADE)

 

1. ¿Qué ejes principales deben configurar el nuevo modelo de desarrollo chino?

    

 

Las recientes sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional y de la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino reflejan una clara voluntad de cambio. Apuntan a un renovado patrón de desarrollo. Las orientaciones han sido preanunciadas y refrendadas por distintos discursos y declaraciones de los máximos dirigentes y por académicos chinos influyentes en el sistema de toma de decisiones.

 

Ejes principales de este renovado patrón de desarrollo son:

 

a) Continuar estimulando la economía acompañándola de distintas medidas para una mejor distribución del ingreso y de las prestaciones sociales, entre ellas las pensiones de jubilación y un sistema de seguridad social del que desde hace décadas carecen importantes segmentos de la población.

 

b) Estabilizar el crecimiento recurriendo al método de reducir la gran dependencia de los mercados externos centrándose más en la demanda doméstica.

 

c) Contribuir en la igualación de derechos para los campesinos desplazados a las ciudades con la reforma del relativamente laxo (en relación con las décadas pasadas) y bastante restrictivo (en relación con las décadas recientes) sistema de permiso de residencia.

 

d) Actualizar la representatividad en la Asamblea Popular Nacional de acuerdo a las nuevas cifras de población urbana y rural (con gran crecimiento de la primera). Es un eje reconocido y que en el caso de las Regiones Autónomas más conflictivas debiese encontrar una fórmula aún mejor que el mero raciocinio numérico.

 

e) Impulsar la innovación tecnológica, especialmente aquella capaz de desarrollar las fuentes de energía limpias para configurar una incipiente economía verde.

 

f) Por último, una idea-eje ligada a la estructura y a la eficiencia de la gestión del Estado, que no queda del todo clara en las sesiones de este año, pero a la que se apunta con insistencia en el último tiempo. Continuar la promoción del ascenso de una meritocracia basada en carreras ligadas al bienestar general entendido como uno que combina crecimiento económico, gestión, y una mejor capacidad de escuchar los problemas de la población a nivel de aldea, ciudad, provincia y país (evidente en el caso de los famosos peticionarios).

 

2. ¿Qué objetivos básicos persigue China al plantear esta nueva fase en el proceso de reforma?

    

 

a) Reforzar la estabilidad, morigerando los estallidos sociales que de todas formas, y previsiblemente, se seguirán produciendo en el país en los próximos años.

 

b) Recuperar la justicia social en el ámbito distributivo perdido con la reforma y la apertura emprendidas durante la última generación. Dentro de la justicia social, balancear la deuda social que le corresponde atender al Estado respecto a ese segmento de población inmigrante compuesto de campesinos desplazados a las ciudades. En buenas cuentas hacia ese colectivo gigantesco que ha sido, junto con el capital y la inversión, dínamo del crecimiento urbano de infraestructuras y servicios.

 

c) Mejorar el equilibrio interregional e incluso geoespacial en las decisiones nacionales (sigue “pendiente” la gestión de un Plan Oeste, del que hay pocas pistas de éxito desde 2000).

 

d) Como corolario de lo anterior, mantener al Partido como gran intérprete de las necesidades del desarrollo que orienta. Esto es, al tiempo que garantiza las expectativas en alza de una población en ascenso material, no descuida a los más desfavorecidos.

 

e) Desarrollar decididamente las energías limpias y contribuir a la salud de la población, un aspecto crítico del desarrollo alcanzado. Al fin y al cabo China enfrenta un dilema sin igual: un país que antes de alcanzar el estatus de desarrollado tendrá una población envejecida.

 

f) En fin, impulsar una meritocracia que refuerce la ética de unos servidores públicos virtuosos es un claro antídoto (en principio), para combatir más efectivamente la corrupción.

 

3. ¿Qué repercusiones puede tener esa transformación en su política interna y exterior?

    

 

En la política interna:

 

a) Podría tener efectos en una mayor descompresión de tensiones sociales derivadas de las inevitables injusticias que ha generado un crecimiento extraordinario de la economía de mercado en la economía de un cuarto de la población mundial.

 

b) Bien implementadas, las transformaciones pueden representar un importante paso hacia una mayor democratización de la sociedad.

 

c) Las anteriores medidas, abrumadoramente de carácter socio-económico, se podrían complementar con la prolongación del reducido gasto militar anunciado para este año. Claro que dependerá de cómo reaccionen los EE UU y otras potencias del arco de países asiáticos. Así, es un asunto de política interna que requiere de una reacción externa.

 

En la política externa:

 

Aquí es donde resurge el debatido tema de si la vía china puede entenderse como un modelo.

 

a) Es sabido que en la disposición para asimilar selectivamente, para adaptar y luego ajustar las influencias recibidas, resida una clave fundamental de la vía china. Esto no constituye en sí un modelo exportable.

 

Probablemente la actitud de la clase política china para barajar las alternativas del cambio sea lo que muchos países del Tercer Mundo tomen más en cuenta en los próximos años. Los países industrializados probablemente querrán seguir juzgando que no hay nada que aprender de la vía china.

 

b) En general, por sus dimensiones China no puede plantearse como modelo, ni siquiera para India, el otro país de equiparable dimensión. Sin embargo, muchos países del Tercer Mundo pueden seguir con provecho el análisis del proceso de cómo se enfrenta China a cada uno de sus desafíos: son por lo general respuestas distintas a desafíos distintos.

 

c) Dentro de los países de ideología comunista quizás sólo Laos o Vietnam puedan beneficiarse de los afanes más recientes de la vía china (hay signos mixtos en el caso vietnamita). Habría que ver si Cuba toma nota del impulso de desarrollo que ahora impulsa Pekín. Sólo Corea del Norte parece fuera de la órbita de la disposición de estudiar la más actualizada vía china.

 

d) En cuanto a las energías renovables. Si China logra impulsar una revolución verde, tiene claras perspectivas de convertirse en importante exportador de un know how de interés mundial. Las más recientes conversaciones y proyecciones en este campo entre empresas norteamericanas y chinas en el contexto de las reuniones del G-2 así lo señalan.