Las presidenciales taiwanesas del 22 de Marzo

In Especiales by PSTBS12378sxedeOPCH

El próximo 22 de marzo se celebran en Taiwán unas elecciones cruciales. Los comicios legislativos del 12 de enero han deparado una importante victoria al KMT y las encuestas de opinión de cara a las presidenciales también le favorecen ampliamente, lo cual, de confirmarse, establecería un nuevo marco político en la isla con consecuencias en las relaciones con el continente.

 

1. Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?

 

2. Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

3. Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 

Han colaborado en este Especial: Julio A. Díaz Vázquez, Francisco Haro Navejas, Sean Golden, Augusto Soto, Jorge Tavares Silva, Ricardo Jorge Monteiro Ferreira, Andrés Herrera Feligreras.

 

Respuestas de Julio A. Díaz Vázquez, Profesor Titular, Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de La Habana (Cuba).

 

1. Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?

 

El mandato de Chen Shui-bian puede calificarse como el del hombre de las dos mitades. El primer periodo correspondió a la continuidad en el estreno de la alternancia en el poder; el Partido Democrático Progresista (PDP) reafirmó el cambio político experimentado al verse el Kuomintang (KMT) desplazado del dominio que había ejercido en la Isla desde 1949. En este plano, se acentuó el surgimiento de una nueva etapa en el diferendo mantenido con la parte continental. Pareció que se fortalecían las tendencias separatistas tanto en lo interno como en lo externo. Sin embargo, lo más destacado en los ocho años de la presidencia de Chen, radican en que Taiwán enrumbó el giro político hacia lo que puede calificarse de consolidación de una típica democracia burguesa. Pero, este avance se vio lastrado por lo que fue una desacertada política económica, un nacionalismo que no echó raíces, así como lo que es una constante en la cultura china: la corrupción. Dará al traste con la actual primacía del PDP.

En lo externo no logró consolidar los apoyos para sentar las bases una fuerte corriente separatista. Terminará su mandato con la reducción de los Estados que mantienen vínculos diplomáticos con la Isla. Factor que no es solo cuantitativo sino también cualitativo. El ingreso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) tuvo como contrapeso la adecuación de forma tal que no contradice la existencia de una sola China. Los demás intentos de acceder a la Organización Mundial de la Salud (OMS) no cuajaron; llevar a la agenda de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tampoco logró apoyo. Las complicadas circunstancias internacionales trajeron distancia con su principal sostén: Estados Unidos. En resumen, deja un magro saldo al PDP para mirar a su futuro como fuerza política principal frente al KMT.

 

2.- ¿Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

Las medidas de tendido de puentes que promueve en diferentes formas la dirección del Partido Comunista de China (PCCh), bajo el mandato de Hu Jintao, en particular las últimas, tendentes a facilitar el asentamiento en las provincias sureñas de gestores agrícolas radicados en Taiwán y otras medidas, sin dudas, incrementarán los lazos e intercambios económicos y de otra índole entre ambos lados del estrecho. Sin embargo, ante la casi segura victoria del KMT en las elecciones del próximo 22 de marzo, no cabe esperar de inicio, pasos espectaculares que acerquen o acorten las distancias políticas que median en el diferendo entre ambas partes. Sí parece lógico que las relaciones sean menos tensas, y además, haya reciprocidad en el incremento de los contactos, como pueden ser el restablecimiento normal de comunicaciones directas, así como el flujo de visitantes y otras que faciliten los ya imprescindibles vínculos comerciales y de inversiones de la Isla en el continente.

 

3.- ¿Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 

El KMT y el PCCh comparten un originario ideal nacionalista por lo que cabe esperar una baja en la intensidad de los niveles de los desencuentros actuales. Ello puede, en principio, servir de base común para potenciar la llamada “tercera cooperación” entre los dos partidos. Sin embargo, cualquier avance sustancial para acercar los puntos discordantes en lo tocante a la reunificación, tiene aún por delante obstáculos demasiados grandes. Entre otros, llamaríamos la atención, ante todo, al hecho de estar consolidándose en ambos lados las generaciones de los herederos políticos; la conformación de nuevas realidades, más avanzadas en Taiwán que en el continente, como es el de haber evolucionado hacia una clara sociedad burguesa y niveles de vida con ingresos promedios de más de 16 mil dólares.

Por muy positivos que resulten los lazos económicos, el incremento en los contactos más fluidos entre ambos lados del estrecho, ya determinantes, en especial para la Isla, por sí solos no llevarán a superar las barreras políticas que hoy los separan. Atalayar pronósticos para los avances sustanciales hacia la reunificación resulta temprano. Parecen depender más de la posible evolución política en el continente y muy particularmente en el estatus que se consolide en Hong Kong, que, como se sabe, fue diseñado por Deng Xioaping a manera de balón de ensayo para solucionar por vía pacífica la plena reunificación territorial de China. Sin dudas, aún mucha agua habrá de correr debajo del puente para afianzar vaticinios exactos sobre la reunificación total del país. Pero, puede confiarse que la “sabiduría asiática” terminará por imponerse.

 

Respuestas de Francisco Haro Navejas (Universidad Autónoma Metropolitana-México)

 

1. ¿Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?


Si la única variable fuera la electoral, con el consecuente punto de referencia de enero de 2008 y el aparente resultado anunciado de marzo, Chen Shui-bian ha sido un fracaso. Al menos es lo que dice, de entrada, la obtención de alrededor del 70% de las curules por parte del KMT. La discusión podría girar alrededor de cuáles son los temas que interesan al electorado y a las elites, que no necesariamente van por la misma vía. Como en el caso de todas las elecciones, al menos hasta ahora, lo más importante ha sido una diferenciación en los temas y los límites dentro de la misma, donde parece que el electorado tiene intereses muy particulares, tanto en tópico como en espacio. Planteado en una perspectiva más general, regresando a la pregunta, dos serían los aspectos positivos: primero, pese a los tumbos y a las percepciones de diferentes actores, en los dos periodos de Chen, la economía ha podido sortear grandes dificultades, pero que hacen al partido en el gobierno mantener ciertas esperanzas, sobre todo porque se ha mantenido bajo control el desempleo y sigue el crecimiento económico razonable. Segundo, el más importante, sobre todo para el futuro de la relación con Beijing, es que el sistema político prosigue su evolución, alejándose más del autoritarismo de hace alrededor de dos décadas, pese a las malas decisiones del mismo Chen. Igualmente, podrían ser vistos como un fracaso los intentos de Chen por insertar a la isla en el sistema internacional por la puerta trasera, el ingreso a la OMS. Sin embargo, dudo que alguien se lo tomara en serio y esperara un triunfo en ese terreno.

 

2. ¿Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

Los procesos sociales cristalizan en resultados, al menos en muchas ocasiones, teniendo como base paradojas. Una de ellas, de las más interesantes que uno pueda encontrar, es el fortalecimiento y regreso al poder del KMT sobre las espaldas de aquellas fuerzas que los echaron del continente en la segunda parte de los años cuarenta del siglo XIX, las huestes de Mao Zedong, el Partido Comunista. ¿Qué podría unir, o por lo menos acercar, a enemigos históricos, tan aparentemente irreconciliables? Lo que los une, es precisamente lo que los separa de Chen y de millones de isleños, y que es clave en el diferendo entre ambos lados del Estrecho de Taiwan: el elemento identitario. Es decir, en la medida que dos fuerzas gubernamentales, el Partido Comunista en Beijing y el KMT en Taipei, estén de acuerdo en ese hecho fundamental, una China unitaria, se podrá avanzar, no sin dificultades. Los otrora acérrimos enemigos, se entenderán de manera más fácil, al menos por un tiempo.

 

3. ¿Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 

El primer problema, el más grande, son las elites que se sitúan casi siempre muy atrás de la historia y de las expectativas. La unificación es un hecho, hoy reflejado por la movilidad cada vez más fluida de turistas y de capital. Gran parte de los discursos políticos, de todas las corrientes, responden más a cálculos de racionalidad electoral que a visiones sobre el futuro. El reto para las elites, a ambas orillas del estrecho, es desatorar el debate y encontrar propuestas inteligentes que se ajusten, para empezar, a la necesidad de los actores, sobre todo económicos. Es decir, enfatizando las dimensiones espaciales y los disímiles tamaños de las economías de lo que se ha llamado la Gran China, los isleños tienen mucho que aportar y pueden tener una influencia positiva sobre el contenido, tanto en lo económico como en lo político. Se pierde el tiempo, queriendo alejarse de Beijing, como lo ha intentado infructuosamente Chen; pero no menos alentadora es la idea de echarse a los brazos de Zongnanhai, como parece haría el KMT. La clave reside, a la larga, en que desde Taipei se ayude, dentro de sus limitaciones, a las imparables transformaciones chinas. Una cooperación que incluya solamente, o principalmente, a nacionalistas y comunistas, presentada bajo la forma de la tercera cooperación, llevará a la polarización política; por lo mismo, está condenada al fracaso muy a la manera de los frentes unidos de la pre-revolución.

 

Respuestas de Sean Golden, Director Institut d’Estudis Internacionals i Interculturals, Institute for International & Intercultural Studies, Universitat Autonoma de Barcelona

 

1. Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?

 

No creo que el doble mandato de Chen Shui-bian haya sido demasiado positivo para Taiwán. La ambivalencia de su política seudo independista no ha prosperado porque las fuerzas económicas del país no quieren ver conflictos con la República Popular, cuyo crecimiento económico ha absorbido una parte importante de la economía taiwanesa. La transferencia de la industria taiwanesa al continente ha convertido el sector de los servicios en el sector más importante de la economía local. Creo que la interdependencia económica ya es irreversible. Por lo tanto, Chen Shui-bian habrá despertado expectativas de independencia entre una parte de la población, pero los resultados de las elecciones legislativas han demostrado que el resto de la población no comparte esta estrategia. El episodio del supuesto intento de asesinato justo antes de las últimas elecciones presidenciales, y las acusaciones de corrupción que han sido constantes durante sus mandatos, le descalifican también.

 

2. Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

Creo que una victoria del KMT mejoraría las relaciones entre Taipei y Beijing. Tanto el KMT como el PCCh comparten el concepto de China como un solo país, y el KMT ha buscado una relación más estrecha con las autoridades de la República Popular. El desarrollo económico del continente y la emergencia de una clase de nuevos ricos y de emprendedores podría poner en duda el modelo que finalmente se impondrá en la RPCh, el del KMT clásico, dedicado al enriquecimiento de los suyos, o el de un PCCh infiltrado por principitos del aparato del Partido y por capitalistas. Uno de los Tres Principios del Pueblo de Sun Yat-sen, el del bienestar del pueblo, sirve de bisagra entre las visiones de los dos partidos. El KMT defendió el capitalismo; el PCCh el comunismo; pero el bienestar que defendió Sun Yat-sen tenía connotaciones lo suficientemente socialistas como para convertirle en héroe de los comunistas también. ¿Podría haber una convergencia de los intereses del empresariado que milita en cada Partido?

 

3. Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 

Creo que sí, aunque la primera cooperación acabó en la gran traición y persecución de los comunistas por parte de Chiang Kai-shek en los años 20 del siglo pasado, y la segunda acabó en traición también, ya que Chiang Kai-shek no cumplió con su promesa de luchar conjuntamente contra las tropas invasoras japonesas en los años 30-40. Creo que los líderes del KMT buscarán maneras de cooperar con los líderes del PCCh mientras que las dos partes mantengan la charada del statu quo. Los del KMT buscarán alargar el proceso hasta que el sistema político y el estado de derecho del continente sean más de su gusto y los del PCCh buscarán una lenta pero inevitable absorción de la economía taiwanesa.

 

Respuestas de Augusto Soto, consultor y profesor en ESADE.

 

1. Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?

 

Ha sido un mandato largo y farragoso que ha incluido varios desatinos y discutibles golpes de efecto. Pese a su mediocridad, y en perspectiva, es un período más de estabilidad dentro de un reciente sistema democrático.

 

a) Destacan los inicios. El primero de los dos mandatos fue con razón saludado como el primer traspaso democrático del gobierno de un partido a otro en la historia del país. No se puede decir lo mismo del oscuro marco de las elecciones del segundo mandato, alentado por un intento fantasma de magnicidio.

b) El período encabezado por Chen Shui-bian no ha marcado una diferencia cualitativa con la administración del partido predecesor del Kuomintang, en parte por el control de éste del Parlamento. Pero principalmente por la ineficiencia propia del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP).

c) La ineficiencia ha ido ligada a una corrupción refinada y transversal que salpica hasta la familia del presidente. Y vuelve a estallar a pocos días de las elecciones con el caso del arriendo de las oficinas centrales de la campaña electoral del PDP y la trifulca subsiguiente PDP-Kuomintang, que ha llevado a la renuncia del actual ministro de Finanzas, Ho Chih-chin.

d) Retrospectivamente también resalta la tensión por la politización gubernamental de la identidad taiwanesa por contraste con lo que cabría calificar como la evolución de una “identidad tranquila” entre la ciudadanía. La presión desde arriba queda reflejada en las consultas gubernamentales para añadir contenidos identitarios a la Constitución. Y planteadas en momentos críticos ha causado indiferencia o hartazgo en amplios sectores.

e) Pero incluso si el clásico crecimiento económico bajo Chen Shui-bian no ha sido el que solía ser, tampoco se puede hablar de un período general de estancamiento o de regresión. Al fin y al cabo, la política va algo distanciada de la más virtuosa sociedad taiwanesa, cuyas capacidades parecen intactas más allá de quienes les hayan gobernado en estos años.

 

2. Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

a) Se trata de relaciones que han seguido un patrón que no han vivido otras sociedades y sistemas políticos separados, como las dos Coreas, los dos Vietnam, las dos Alemanias. O Cuba y la Cuba del exilio, entre otros disímiles referentes.

b) Los vínculos debieran evolucionar positivamente si, como se prevé, gana el Kuomintang. La credibilidad y la creatividad del PDP de Chen Shui-bian están agotadas.

c) Por otra parte, una mirada retrospectiva reconfirma una tendencia de los últimos años. Esto es, la necesidad de fijarnos tanto como en las relaciones entre Beijing y Taipei en las dinámicas empresariales y societarias de interacción entre ambos lados del Estrecho. Éstas son más ágiles que los ritmos que marcan las capitales. Además poseen poder de arrastre hacia ellas.

d) Las dinámicas empresariales y societarias representan la “fuerza de las cosas” y del sentido común de esas latitudes. Siguen su curso y llevan a la convergencia de sistemas en el largo plazo. Es éste reconocible curso el que previsiblemente continuará.

 

3. Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 

a) El despliegue del potencial de la “tercera cooperación” puede durar años. No se retrotrae a 2005, año de las visitas de los principales líderes de la oposición taiwanesa a la República Popular China, o a fines de la década pasada. Su despliegue comenzó en 1987 con la autorización por ambas partes de las visitas de taiwaneses al continente. Continuó con un nuevo impulso a las inversiones de la isla en el sur de China al poco de apagarse los ecos de Tianamen, en 1989 (un hito más de la cooperación subterránea, o submarina, nunca mejor expresada la metáfora).

b) Hoy por hoy plantearse la unificación es un problema para las partes. Hace tres años Pekín logró imantar los asuntos internos de la isla a la política exterior del continente. Faltan medidas técnicas que den la cobertura para completar la cooperación, literalmente bi-direccional, en comunicaciones, inversiones e intercambio turístico y educacional. Pero es muy, muy temprano para hablar de unificación en la escala temporal china.

c) Por cierto, en la actual coyuntura los signos oficiales de la relación bilateral tendrán aspectos más o menos rituales. Beijing seguirá tratando con guante blanco a Taipei. Zhongnanhai está en estos momentos a la defensiva en Tibet. Así como en algún otro frente conflictivo de previsible apertura dentro de las próximas semanas y meses en cuenta atrás hacia el 8 de agosto.

 

Respuestas de Jorge Tavares Silva (Observatorio da China, Portugal)

 

1. Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?


O balanço que faço do presidente Chen Shui-bian é negativa, pelo facto ter centrado demasiado a sua atenção em questões como a identidade e a independência, em detrimento dos assuntos económicos. Além disso, algumas das suas actividades não foram claras, tendo sido acusado de corrupção.

 

2. Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

De forma geral, penso que o clima entre as duas partes deve melhorar, nomeadamente ao nível das oportunidades económicas: ligações directas e intensificação comercial.

 

3. Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?

 
Não! A “terceira cooperação” é uma ilusão em termos políticos. Apenas acredito num melhoramento das relações sob o ponto de vista económico e diplomático, mas não acredito na reunificação. Ainda que a maioria da população de Taiwan não queira o presidente Chen Shui-bian, não significa que queiram a integração na China. Após as eleições de sábado (22 de Março), o KMT vai reforçar a ideia que: “O destino de Taiwan deve ser escolhido pelos taiwaneses”.

 

Respuestas de Ricardo Jorge Monteiro Ferreira, Universidade de Coimbra (Portugal)

 

1. Que balanço do duplo mandato de Chen Shui-bian?

 

A pertinência da pergunta reflecte tanto a falta de consenso na avaliação como na prossecução do mandato. Independentemente do resultado das eleições presidenciais do próximo dia 22, há que registar a tendência do eleitorado pelo Kuomintang e a distinção entre políticas e seus promotores.

O apoio eleitoral efectivo de uma oposição não permitirá a uma força política no poder traduzi-lo senão como censura à sua conduta. Desde logo, com o resultado das eleições legislativas de Janeiro, considerar-se-ia que o desgaste das alegadas irregularidades nas eleições presidenciais de 2004 ou os escândalos de corrupção da administração nos últimos anos, entre outros aspectos, aí revelaram a sua consequência. No entanto, este facto merece ser isolado.

É de crer que as bases da “coligação verde” permanecem inabaláveis, continuando fincadas nos propósitos, embora com níveis de adesão erráticos, desapontados com a prestação de quem os representa. Em concreto, a presidência levou a cabo o que, mesmo em 2000, se perspectivava; a postura, ou o modo, terá sido o que mais a fragilizou.

A aproximação, por outro lado, nestes últimos 8 anos, do Kuomintang a Pequim, têm o efeito de fazer supor que as esperanças que nele parecem agora depositar-se denotam a aposta de Taiwan na resolução pacífica do diferendo com o continente, o que reprova uma vez mais o legado da administração actual, embora o significado possa apenas ser a vontade de alternância política e de maior eficácia e seriedade na governação.

 

2. Como irão evoluir as relações de Taipé e Pequim perante a provável vitória do candidato do Kuomintang?

 

De facto, em nenhum momento a prestação de uma força política na oposição pode ser entendida como um pronuncio absoluto da postura que possa assumir enquanto governo. A questão de Taiwan, porém, não pode ser entendida como dada a manobras ou estratégias eleitoralistas, pelo que algo de genuíno deverá estar na base dos recentes entendimentos entre o Kuomintang e Pequim. Daí a supor que os próximos anos assistam à uma completa resolução dos diferendos é um longo passo.

Qualquer afirmação que insinue a presença de uma autoridade política própria em Taiwan ou possibilidade de revisão do estatuto da ilha por deliberação popular têm minado a convergência entre as duas margens do estreito; contudo, os nacionalistas são, em simultâneo, adversários históricos da República Popular e defensores da política comum da “China Única”. Com o início dum novo ciclo político importará avaliar também as implicações de estar a cargo de novas gerações a manutenção dos ideais e defesa das necessidades mais próximas das realidades dos cidadãos.

Para onde tenderá então o futuro? A não esquecer que o modelo de integração da ilha, estabelecido por Deng Xiaoping, no todo continental é o de “Um País, Dois Sistemas”, que em Macau e Hong-Kong comporta uma cláusula de vigência de 50 anos; o que neles e no período subsequente pode ter lugar é uma das bases essenciais para a “captação” do apoio popular na ilha. Será errado assumir que, por todo esse período, se manterá o actual impasse?

 

4. Manter-se-á a “terceira cooperação” entre o Kuomintang e o Partido Comunista, inclusivamente com possíveis avanços substanciais até à reunificação da China?

 

Até serem apresentadas, por parte da República Popular, provas cabais de que a integração é substancialmente melhor para Taipé que manter o seu actual estatuto a franca aproximação entre os dois pontos é remota, sem ser interpretada como rendição (in)condicional.

Não apenas ao nível económico há que assegurar que haverá liberdade, tanto de associação e opinião políticas, de práticas culturais e educativas, ou seja, há que garantir que Pequim não possa intervir ao primeiro toque. As recentes manifestações no Tibete e a resposta que lhes sucedeu não geram um clima favorável à concertação e, por outro lado, é forçoso observar a conduta da Comunidade Internacional perante a situação no Kosovo como exemplo modelar a determinados territórios, onde se incluirá Tai-wan, que até então impunham as suas propostas independências como desafios; hoje muitos considerarão, com justiça, que a mesma reacção é possível, que a sua relativa “marginalidade” pode ser temporária, alterando assim, em parte, a definição de quem serão os fracos e os fortes neste género de disputa.

Qual será o impacto destes desenvolvimentos na perspectiva do Kuomintang, sem esquecer que o ano de 2009 trará uma nova administração americana, é uma previsão ingrata de realizar.

Em conclusão, ensaie-se uma perspectiva pragmática sobre o assunto: o sistema político taiwanês não permite uma evolução tão duradoura ou previsível como o regime da República Popular, com novas eleições dentro de 4 anos e uma partilha efectiva de poderes entre vários órgãos. De modo concreto, a aproximação mais visível será a nível económico, ou até financeiro, num tipo de parceria que colocará a par, na prática, dois países, embora não oficialmente. Se este cenário se verificar, a sua confortabilidade proporciona, a longo prazo, o estabelecer de laços por sobre as rivalidades e a perspectiva de uma reunificação que pode passar por moldes hoje inconcebíveis.

 

Respuestas de Andrés Herrera Feligreras (Red Navarra de Estudios Chinos)

 

1. ¿Qué balance efectúa del doble mandato de Chen Shui-bian?

 

La llegada al poder de Chen, supuso en su momento la consolidación de la democracia en Taiwán. Otro elemento positivo consolidado durante estos ocho años ha sido la paulatina recuperación de espacio social y político de los aborígenes en la vida taiwanesa. Además, hay que destacar que durante la presidencia de Chen han visto la luz –o se han concluido una serie de proyectos en materia de infraestructuras, medio ambiente, tecnología, comunicaciones etcétera, que sin duda han sido positivos para el progreso de la isla. Sin embargo, el principal “logro” de Chen durante sus ocho años de gobierno ha sido dilapidar la reputación y credibilidad del PDP como formación política atesorada durante sus años de lucha contra la dictadura del KMT.

El PDP se presentaba ante la sociedad taiwanesa como la alternativa al KMT. Sin embargo, su política ha estado marcada en lo exterior por un tacticismo siempre a la gresca con Beijing que arroja números rojos sobre el espacio internacional de Taiwán. En lo interior, también la cuestión étnica ha sido la gran protagonista, y su principal logro, un nacionalismo oficial que ha generado tensiones entre los diferentes grupos étnicos que pueblan la isla.

En política económica, el gabinete Chen ha compartido los mismos parámetros liberales que el KMT, con una diferencia: también ha estado impregnada de ideología independentista y eso ha repercutido negativamente, tanto en la economía del país como en la relación del PDP con el mundo de la empresa. Por último, la ausencia de un programa de acción social y los escándalos de corrupción que han tocado al propio círculo familiar del presidente han terminado con la imagen de fuerza política alternativa del PDP, quedando el independentismo como único atributo diferenciador.

 

2. Cómo cree que evolucionarán las relaciones entre Taipei y Beijing ante la probable hipótesis de victoria del candidato del KMT?

 

En primer lugar hay que tener en cuenta que la victoria del KMT es sólo la posibilidad más probable, pero no hay que perder de vista la capacidad de recuperación del PDP demostrada, por ejemplo, en las pasadas municipales en Taipei y Kaohsiung, cuando un Chen Shui-bian acosado por los escándalos de corrupción fue capaz de remontar unas encuestas a la contra. El KMT arrasó en las legislativas, es cierto, pero en un escenario marcado por la baja participación y una ley electoral que favorece la representación de las circunscripciones de menor tamaño donde el KMT es más votado. En realidad, el PDP aumentó sus votos en comparación con las legislativas anteriores.

Dicho esto, en mi opinión, gane quien gane el próximo 22 de marzo, es de esperar unas relaciones entre Taipei y Beijing más pragmáticas y menos ideológicas, donde la economía marcará el tiempo político dentro, claro está, de los condicionantes estructurales vinculados al status quo en el estrecho.





3. Cree que se mantendrá la “tercera cooperación” entre el KMT y el PCCh e incluso posible avances sustanciales hacia la unificación de China?



La experiencia histórica nos enseña que puede haber “cooperación” entre el KMT y el PCCh sin que estos tengan la misma perspectiva sobre los objetivos estratégicos de esa cooperación. Obviamente, a corto plazo hay un interés común en desplazar al PDP de Ketagelan Boulevard, pero más allá, creo que el escenario post 22 de marzo está todavía por escribir.

En el hipotético caso de una victoria del PDP, creo que la “tercera cooperación” no verá alterados sus actuales planteamientos. Sin embargo, una victoria azul obligaría al KMT a concretar en términos de política de gobierno su perspectiva de la cooperación con el PCCh y, al mismo tiempo, evitar que la colaboración entre los históricos rivales suponga una tara en términos de opinión pública. Y aquí es donde la cosa se presenta entretenida, porque un triunfo del candidato del KMT debería permitir ver cuál es –pasado el tiempo electoral– realmente tanto la visión de Ma, con respecto a la cuestión de la reunificación, como el peso de su liderazgo dentro del Kuomintang.

 

En cualquier caso, creo que es de esperar la continuación de la colaboración partidaria evitando pronunciamientos en temas sensibles y amparando avances en materias concretas donde la foto PCCh-KMT no perjudique la imagen de este último ante sus electores.