Testigo de China. Historia de un colombiano que vió crecer el gigante asiático.

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Introducción


El pasado (8/2014) la Editorial Universidad de Antioquía, en la colección Periodismo, entregó a los lectores el título, “Testigo de China, historias de un colombiano que vio crecer el gigante asiático”, salido de la pluma de Enrique Posada Cano. El Autor, realizó estudios en Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá; especialista en Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires, Argentina; magister en Historia Moderna y Contemporánea de China, de la Universidad de Beijing. En la actualidad se desempeña como Director del Observatorio Virtual Asia-Pacífico; y del Instituto Confucio, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá, Colombia.



En “Testigo de China”, en nueve epígrafes, un Epílogo y cuarenta y cuatro comentarios, Posada Cano, nos lleva de la mano por los distintos tiempos de los diecisiete años vividos en China, a partir de la llegada en (2/1966-1969). Los años vividos en China, incluyeron (1983-1986) el desempeño del cargo de Cónsul, Ministro Consejero y Chargé d’Affaires, en la Embajada de Colombia; y la cuarta etapa (1991-1995). En otros lapsos ejerció de traductor; además, de editor, y director de varias instituciones relacionadas con la región Asia-Pacífico. De su autoría han aparecido en medios nacionales e internacionales, artículos donde se recogen diversas facetas sobre la  vida y cultura de China.



II



Idea de la República Popular China (RPCh) a la que se encaminó el Autor, la ofrece las dos semanas que le llevó salir de Colombia, hacer escala en México, Vancouver, Tokio y Hong Kong, y después de treinta y cinco horas de vuelo físico, arribar a Pekín. Además, el exótico país al que llegó  entonces, estaba en la práctica bloqueado del mundo Occidental; se recuperaba de las disputa ideológica con la Unión Soviética, de una larga sequía, y  del rotundo fracaso de la política implantada por Mao conocida por el “Gran Salto Adelante” (1958-1961) que debía aportar un nuevo “Modelo de Socialismo”, con las “Comunas Populares”, en calidad de base económico-social. Y comenzaba otro dislate: “La Gran Revolución Cultural Proletaria” (1966-1976).  





Las distintas estampas recopiladas en el texto por Posada Cano, ponen al lector en contacto con las más disímiles facetas de un país que, más que nación, se trata de una civilización que, además, exhibe una cultura forjada en miles años, y una continuidad como Estado unitario de más de dos mil doscientos años. Todo trasmitido en un tono, sencillo, ameno e instructivo. Esto se manifiesta con nitidez, en los trazos culturales y costumbres, en los relatos acerca del peso de la cultura de Confucio; los hábitos de pasear los pájaros, la pelea de grillos, o los rasgos que asume la nueva familia china.   





Sin embargo, resulta interesante como el Autor, nos lleva de la mano para explicar cómo fue acercándose a la historia del país, no solo en lo relativo a las vivencias de su ancestral desarrollo, sino también, en lo concerniente a las extrañas circunstancias que lo llevaron al aislamiento del mundo, así como a la apertura a cañonazos y las secuelas que trajo la agresión inglesa (1839) y los siguientes ataques de las potencias de la época, hasta convertir a China en una semi-colonia. Todo ello, lleva a despertar en el lector un interés por conocer más de esa lejana y tal vez, en la actualidad, cercana realidad.



Por otra parte, no puede dejar de mencionarse los rasgos que destaca Posada Cano, de dos de los actores, sin los cuales es imposible entender la existencia de la nueva RPCh (páginas 203-230). En primer lugar, nos referimos a Mao Zedong, en calidad de precursor, fundador, estadista, transformador y también poeta. En segunda instancia, se trata de Deng Xiaoping, el reformador que con el lanzamiento de las “Cuatro Modernizaciones” (1979-2012), dirigidas a  renovar la agricultura, industria, ciencia-técnica, y defensa, en algo más de treinta años convirtieron a China, en la segunda economía planetaria.



Finalmente, por más de una razón “Testigo de China”, nos llega en un momento muy oportuno. Hoy, la RPCh, constituye el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe. Con intercambios por 275 mil millones de dólares anuales; que de acuerdo a proyecciones recientes China, plantea elevar hasta los 500 mil millones de dólares en los próximos diez años. En el caso de las inversiones ocupa un lugar destacado en el contexto regional. Los estimados de desembolsos por unos 250 mil millones de dólares en  los diez años inmediatos, representan un impulso sustancial para el desarrollo regional.



Por último, el texto recopilado por Posada Cano, es sin dadas, una contribución sustancial para que el lector interesado Latinoamericano-caribeño, halle  estímulos para acercarse a unas relaciones sino-latinas que están llamadas a marcar pautas en la región.  En esta dirección la recién concluida primera (8-9/1/2015) reunión de Ministros del Consejo Económico Latinoamericano Caribe (CELAC) y China, resultó un hito que abre una nueva etapa en los vínculos en el futuro próximo en entre las dos partes.



Adicionalmente, Enrique Posada Cano, con la obra “Testigo de China”, y otros trabajos que en distintos momentos vieron la luz, en China, echa por tierra ese mantra que reza: El que va a China por un mes, al regreso escribe un libro. El que reside seis meses, al retornar escribe un artículo. Todo el que vive un año, cuando abandona China, no escribe nada.  Confiamos que el Autor, ahora sentirá deseos, estímulo e impulsos de ofrecernos en el próximo futuro, cuando las relaciones sino-latinoamericanas-caribeñas toman un cariz estratégico y de largo aliento, otros enjundiosos análisis sobre lo que será la Nueva RPCh, en la primera mitad del siglo XXI.