Las autoridades de la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China, han incrementado los esfuerzos para mantener la estabilidad tras una serie de auto-inmolaciones en otras regiones tibetanas en vísperas del sensible aniversario de los disturbios pasados.
En una conferencia televisada, un alto funcionario de seguridad regional advirtió el lunes que el mantenimiento de la estabilidad en este momento es una tarea absolutamente importante pero sumamente díficil.
Hao Peng, secretario de la Comisión de Asuntos Políticos y Jurídicos del Partido Comunista de China (PCCh) del Tíbet, ordenó a las autoridades locales aumentar el patrullaje de seguridad, mantener el estado de máxima alerta, mejorar la gestión de personal, así como reforzar el control de la sociedad.
Hao también exigió el incremento de las medidas de seguridad en los monasterios tibetanos y controlar las disputas y rencores que podrían perturbar la estabilidad.
«Los funcionarios deben realizar visitas a las familias de pastores que se encuentran en estado de pobreza y a los monjes en los monasterios para ayudarlos a resolver problemas, así como también deben realizar buenas acciones para ellos», dijo el secretario.
Hao volvió a subrayar la necesidad de un rápido desarrollo económico para resolver los problemas difíciles en el mantenimiento de la estabilidad.
El Tíbet ha logrado un progreso notable en las últimas décadas. El producto interno bruto (PIB) de la región llegó a 60.500 millones de yuanes (9.680 millones de dólares) el año pasado, cifra que representó un aumento del 12,6 por ciento respecto al año anterior.
En enero, el Tíbet anunció que se había convertido en la primera región de China en ampliar su cobertura de pensiones de vejez a todos los ciudadanos mayores.
El gobierno también se comprometió a invertir 1.420 millones de yuanes (225 millones de dólares) en los servicios de salud en el 2012, lo que supone un incremento del 31,3 por ciento interanual, ofreciendo servicios médicos gratuitos para los agricultores y ganaderos y mejorando el sistema de seguros médicos para los residentes urbanos.
Sin embargo, las autoridades acusaron a grupos tibetanos exiliados, encabezados por el XIV Dalai Lama, de sabotear el desarrollo del Tíbet a través de la instigación de disturbios en toda la región.
En los últimos meses una serie de auto-inmolaciones estalló en las áreas tibetanas limítrofes con el Tíbet de las provincias de Sichuan y Qinghai. Además, a finales de enero se registraron por lo menos dos ataques de turbas en las oficinas de la policía de las zonas inestables tibetanas de Sichuan, dejando al menos dos personas muertas y más de una decena de heridos.
Desde entonces, las autoridades tibetanas han ordenado fortalecer la seguridad para mantener la estabilidad en la región.
El buró de supervisión del gobierno regional anunció ayer lunes en un comunicado que los cuadros del partido y los funcionarios que duden en aplicar las políticas para el mantenimiento de la estabilidad serán removidos de inmediato.
«Los cuadros y los funcionarios que no cumplan con sus obligaciones, que no tomen las medidas necesarias en los momentos cruciales, o que desafíen las políticas para mantener la estabilidad, deberán ser removidos inmediatamente de sus cargos, en espera de sanciones», se advirtió en el comunicado.
El buró de supervisión dijo que recientemente descubrió dos casos en los que los funcionarios habían descuidado sus deberes, pero no se hicieron públicos los detalles sobre estos casos.
El fortalecimiento de las medidas de seguridad también ocurre en vísperas del aniversario de los disturbios mortales de hace cuatro años. El 14 de marzo del 2008, algunos disturbios estallaron en la capital regional, Lhasa, y posteriormente se extendieron a otras regiones tibetanas, dejando a 19 personas muertas y causando daños y saqueos a muchas empresas, residencias, tiendas y vehículos.
El gobierno culpó al Dalai Lama, quien se fue al exilio a la India en marzo de 1959, de organizar los actos violentos tras bastidores.
Un alto funcionario de Lhasa advirtió recientemente de una «ardua» pelea contra el grupo del Dalai Lama y ordenó aumentar la seguridad en la ciudad.
Qizala, secretario del comité municipal de Lhasa del Partido Comunista de China, dijo que Lhasa es prioridad, ya que a menudo es elegida por los separatistas en el extranjero como un objetivo prioritario para el sabotaje y la infiltración.
El secretario también ordenó a los puestos de control fronterizos de la región exigir a todas las personas que entren al Tíbet llevar identificación a partir del 1 de marzo e instó a los funcionarios a unir a los monjes para promover la estabilidad de los monasterios de la región. (Xinhua)
07/02/2012