Los nuevos policías, integrados por recién graduados y antiguos soldados, trabajarán junto a oficiales de la policía especial desplazados a Xinjiang desde otras provincias durante sus primeras cuatro semanas de servicio, al final de las cuales deberán ser capaces de patrullar en las calles de la región de forma independiente.

Este grupo es el primero de una nueva fuerza de 5.000 agentes de la «policía especial» que ayudarán a aumentar la seguridad y combatir el crimen en Xinjiang, indicó el alto funcionario encargado de los asuntos políticos y legislativos de Xinjiang Fu Qiang.

Los más de 2.000 agentes lograron ingresar en la policía después de un estricto proceso de selección, que incluyó exámenes escritos, entrevistas y pruebas de resistencia física, añadió el funcionario.

La formación intensiva de un mes que completaron ayer ha tenido por objetivo mejorar su capacidad de combatir el duro climo de la zona, así como de hacer frente a situaciones de mucha tensión y dureza física.

Fu indicó que los nuevos agentes han sido contratados por el Buró Regional de Seguridad Pública de Xinjiang, y su área de trabajo incluye todo el territorio regional.

En China, las unidades de la policía especial son responsables de la lucha antiterrorista, el mantenimiento de la seguridad pública, y la respuesta a emergencias y crímenes violentos.

En Xinjiang, las fuerzas de la policía especial también son resposnables de ayudar a evitar posibles incidentes violentos como los ocurridos el 5 de julio del año pasado en Urumqi, capital regional, y que causaron la muerte de 197 personas.