«Queremos ser minoría»

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Un número cada vez mayor de etnias minoritarias buscan que el gobierno central reconozca sus estatus como nacionalidades separadas. Es el caso de los Chuanqing, hasta ahora asignados a los Han, pero que reclaman ser diferentes. La administración debe hacer equilibrios entre la conservación cultural y la unidad nacional.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Los Chuanqing son un pueblo discreto. La mayor parte vive en dos comarcas de la provinicia suroccidental de Guizhou, Zhijin y Nayong, en cada una de las cuales se cuentan aproximadamente 200.000 miembros de esta etnia.

China se autodefine como un país multinacional, con 56 grupos étnicos oficialmente reconocidos, incluyendo 55 “minorías étnicas”, es decir, aquellos que no son Han, el grupo mayoritario al que se adscribe más del 90 por ciento de la población china.

Quizá por su el reducido número en un país de 1.300 millones de personas, unido a su carácter discreto, a los Chuanqing les resulta imposible ser reconocidos oficialmente como la 57ª minoría étnica de China. A falta de pan, buenas son tortas, y ante la imposibilidad de disfrutar de las mismas políticas preferenciales que otras minorías oficialmente reconocidas, los Chuanqing están optando por integrarse, al menos nominalmente, en la etnia Tujia, de costumbres más próximas a las suyas y que sí goza de pleno reconocimiento oficial como grupo étnico independiente.

“La mayoría de nosotros queremos ahora integrarnos en la etnia Tujia; sólo unos pocos prefieren la etnia Yi, porque tradicional y culturalmente estamos más cerca de los Tujia”, explica Zhang Chengkun, de 73 años de edad, exfuncionario público en la comarca de Zhijin, quien se jubiló hace ya 12 años.

 Los Chuanqing y los Tujia tienen su origen ancestral en la misma familia, pero con el paso de los años acabaron separados, cuenta Zhang.

Actualmente, la población de etnia Tujia en Guizhou se sitúa por encima de 1,4 millones de personas; a nivel nacional, el total se eleva a 8 millones repartidos en las provincias de Hunan y Hubei, así como la municipalidad de Chongqing, según el último censo de 2010.

Zhang explica que aquellos que buscan asimilarse con la etnia yi tienen motivaciones políticas. “O bien quieren ser ascendidos a los rangos oficiales con más rapidez o quieren tener más contactos”, afirma. En Guizhou, los representantes de la etnia Yi cuentan con mucho más poder que los Tujia, lo cual, según Zhang, explica la división existente en el seno de los Chuanqing.

Además, algunos representantes Yi tienen ideas localistas. “Quieren obtener el derecho a la autonomía, y si nos unimos a ellos, la etnia Yi tendría una mayor población”, explica.

Sin embargo, Zhang Huaiping, funcionario de 56 años, opta por los Yi por que “vivimos en una región habitada densamente por los Yi; sería más conveniente así”, explica en ‘Global Times’.

La cuestión de la etnicidad no preocupa a todos los Chuanqing por igual. “Estudiantes y funcionarios tienen más interés, porque la decisión puede determinar su futuro; pero para la gente común como yo, que somos comerciantes, nos da igual”, explica un propietario de una tienda de fideos en Zhijin. Su principal preocupación es que se conserven las tradiciones de los Chuanqing, diferentes de las de los Han. Sin embargo, el mantenimiento de la cultura Chuanqing será difícil, ya que muchos jóvenes se marchan para encontrar trabajo en otras zonas con más posibilidades.

 A pesar de la falta de reconocimiento oficial, los Chuanqing siempre han sido tratados como minoría étnica dentro de la provincia de Guizhou, según Zhang. Por ejemplo, en las épocas de más estricta aplicación de la política del hijo único, las parejas Chuanqing podían dar a luz a un segundo hijo, y los estudiantes que optan a la universidad reciben 20 puntos extra en Guizhou, aunque esta medida no se aplica fuera de la provincia.

Lo cierto es que los Chuanqing solían ser asimilados a la etnia Han, y así se reflejaba en sus cédulas de identidad. Eventualmente, las autoridades cedían y les permitían reflejar su identidad Chuanqing en la documentación.

En busca de reconocimiento

Un número cada vez mayor de etnias minoritarias buscan que el gobierno central reconozca sus estatus como nacionalidades separadas. Los Chuanqing son sólo una más, según Xiong Kunxin, profesor de la Universidad Central de las Nacionalidades, en Pekín, en declaraciones a ‘Global Times’.

Se calcula que hay más de 50 minorías étnicas que permanecen sin reconocimiento oficial o asimiladas a otros grupos minoritarios, con poblaciones que varían entre los 400 miembros, como es el caso de los Zhelaizhai de la provincia noroccidental de Gansu, a los 400.000 del pueblo Bunu, en la región de Guangxi. Los Zhelaizhai, por ejemplo, están considerados como Han, mientras que los Bunu se asignan a la etnia oficial Yao.

 Xiong cree que dichas expectativas de reconocimiento son razonables, ya que todas las nacionalidades recibieron su reconocimiento oficial de una sola vez tras la fundación de la República Popular. Pero algunas son demasiado minoritarias y las tareas de investigación han sido suspendidas, según cuenta Xiong.

La identificación de las etnias comenzó en la China continental en 1953. Dos años más tarde, el sociólogo Fei Xiaotong visitó la provincia de Guizhou para identificar a los Chuanqing, concluyendo, tras una investigación, que pertenecían a la etnia Han y no constituían un grupo separado.

Pero los Chuanqing no piensan igual que aquel destacado sociólogo. Sus costumbres y creencias son distintas a los Han, así como su vestimenta. Hablan el mismo dialecto del chino que los residentes Han, pero sólo porque su lengua propia ya se extinguió.

Necesaria conciencia de unidad

El profesor Xiong afirma la necesidad de subrayar la unidad y la conciencia nacional. “China es un país multiétnico unificado. La gente debe tener en mente que primero son chinos y luego, miembros de una minoría étnica o Han”, señala.

Así opina también Zhu Weiqun, viceministro del Frente Unido del Departamento de Trabajo del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), quien cree necesario destacar “el hecho de que las diferentes etnias compartan los mismos intereses en el desarrollo de una China moderna”.

“Una vez que una identidad étnica es reconocida por el gobierno, la situación se politiza. Este proceso refuerza la conciencia de etnia individual, pero también dificulta la comunicación entre diferentes minorías y debilita la relación de la gente con el país”, argumenta Zhu.

“La protección de las culturas y tradiciones étnicas intensifica la diversidad y las diferencias visibles, como en ropa y lengua, pero también los aleja de la sociedad mayoritaria y les hace más difícil integrarse plenamente en ella”.