BRUSELAS, 14 sep (Xinhua) — Conocido como el corazón de Europa, Bruselas conquista fácilmente el corazón de los recién llegados con sus miles de hectáreas de espacios verdes y edificios de estilo neoclásico.
Sin embargo, los soldados fuertemente armados que patrullan parques, estaciones y centros turísticos les hacen volver a la realidad de inmediato. Esta ciudad, que ha sido atacada dos veces este año, está bajo amenaza de terrorismo.
Lo que sucede en Bruselas es solo un epítome de toda Europa. Como un fantasma, la amenaza de ataques terroristas persigue a los europeos perturbando la tranquilidad de la que habían disfrutado hasta ahora.
TRES NUEVAS TENDENCIAS DE ATAQUES TERRORISTAS EN EUROPA
A pesar de las medidas antiterroristas adoptadas por los gobiernos europeos y la Unión Europea (UE), el número y la frecuencia de los ataques terroristas aumentan de manera constante.
En lo que va de año, todo el continente fue testigo de al menos 13 ataques terroristas, que dejaron al menos 58 muertos y más de 300 heridos en Bélgica, Gran Bretaña, Finlandia, Francia, Alemania, España y Suecia, entre otros.
«Ellos (los terroristas) no buscan resultados espectaculares usando enormes recursos, sino que quieren frecuencia para intentar desestabilizar a sus adversarios», dijo a la prensa local Frederic Gallois, exjefe del GIGN, una unidad antiterrorista de élite francesa, después de los dos ataques sufridos en España, uno en Barcelona y otro en Cambrils. «La regularidad es el problema».
«En este momento, hay un ataque cada cuatro o seis semanas en Europa», agregó. Luego, después de un respiro, «cada uno se dice a sí mismo ‘algo va a suceder'».
A diferencia de los ataques organizados de manera sofisticada, como el 11 de septiembre, las acciones terroristas de hoy se centran en ataques de «lobos solitarios» y ataques organizados.
Además, los sospechosos de los ataques en Barcelona y Finlandia eran personas comunes que no tenían antecedentes penales, lo que dificultó las investigaciones policiales tras los atentados.
El uso de medios de comunicación sociales como herramientas de uso diario cuando se cometen los crímenes también hace que los ataques sean más difíciles de detectar y de ser evitados.
Muchos sospechosos de ataques terroristas en Europa son descendientes de inmigrantes. Durante mucho tiempo, los países europeos hicieron la vista gorda cuando sus ciudadanos engrosaban las listas del extremismo y se unían a la «Yihad» en Oriente Medio y otras zonas devastadas por la guerra.
Mientras grupos terroristas como el Estado Islámico están siendo golpeados duramente en Oriente Medio, muchos regresan a Europa como residentes legales. La Europol estima que son más de 5.000 y los considera una seria preocupación.
EL CIRCULO VICIOSO DE LA VIOLENCIA CONTRA LA VIOLENCIA
El ambiente que nutre el extremismo no solo está vinculado con los problemas sociales y económicos de Europa, sino también alimentado por la situación internacional, dijo el fallecido filósofo francés Ruwen Ogien a Xinhua en 2015.
Por un lado, el aumento de los ataques terroristas en Europa tiene mucho que ver con las políticas de intervención de los países europeos en Oriente Medio. En su lucha por recursos y mercados, los países europeos han tratado de establecer su propia esfera de influencia allí.
Sin embargo, la competencia unilateral en la región y la política egocéntrica de los países europeos no solo alteraron el desarrollo económico local, sino que también obstaculizaron la industrialización árabe, lo que resultó en más pobreza y desigualdad, un caldo de cultivo para el terrorismo.
Siguiendo una doble moral, los países occidentales llevan mucho tiempo utilizando el antiterrorismo como una herramienta para implementar su «política de Oriente Medio».
En lugar de eliminar el terrorismo, las potencias occidentales han facilitado la supervivencia del terrorismo en la zona, llevando a Europa a un círculo vicioso de violencia contra la violencia, dijo Shen Yihuai, experto en asuntos europeos del Instituto de Relaciones Internacionales Modernas de China.
Por otro lado, debido a la recesión económica de Europa y al elevado desempleo en los últimos años, se ha agravado el problema de la integración de los inmigrantes en la sociedad europea, existente desde hace mucho tiempo.
El economista y escritor británico Martin Wolf dijo que la crisis financiera de 2008 ha afectado negativamente a los trabajadores no cualificados y semicualificados occidentales, que en otro tiempo fueron beneficiarios importantes de la industrialización.
Wolf, editor asociado y comentarista económico del Financial Times, con sede en Londres, cree que el creciente papel del sector financiero, el aumento de las importaciones de bienes intensivos de mano de obra y la creciente inmigración están detrás de la ira pública occidental.
En tercer lugar, la paradoja inherente a la democracia occidental da lugar a una protección insuficiente de los intereses de los grupos marginados. Los ataques terroristas frecuentes no sólo pueden atribuirse a conflictos culturales y religiosos entre Occidente y Oriente Medio. El sistema social occidental con sus conflictos internos y contradicciones también tiene culpa, dijo Ogien.
Además, la cultura cristiana predominante en los países europeos todavía distorsiona y rechaza la cultura musulmana, intensificando consecuentemente la tendencia del conservadurismo en la sociedad europea.
Los países europeos deben reflexionar sobre sus políticas internas y externas y hacer ajustes oportunos, que son la clave para la estabilidad a largo plazo en el continente, dijo Cui Hongjian, director del Instituto de Estudios Internacionales de China. Fin