Los vínculos económico-sociales-políticos que permiten escribir acerca de lo lejano de las relaciones entre Cuba y China, se remontan al 3/6/1847 cuando arribaron al país – dominado por España -, los primeros 203 culíes; los últimos llegaron en 1874. Así, unos 150 mil contratados que, en realidad suplieron a los esclavos arrancados de África, cuando el comercio y el contrabando negrero se tornaron insostenibles, fueron incorporados a las labores agrícolas e industriales en la producción del azúcar. Este contingente desempeñó un importante papel en el tránsito del trapiche a la plena mecanización del ingenio azucarero.
Al cesar el tiempo de enganche, la inmensa mayoría se integró a la sociedad constituyendo familias, además de participar en las actividades productivas en distintos sectores de la economía. En el último tercio del siglo XIX, a estos grupos se sumaron, unos 30 mil chinos procedentes, en su mayoría, de California, Estado Unidos. Corriente humana que, contribuyó al desarrollo y crecimiento de la economía, y aportó elementos autóctonos al mosaico de costumbres y cultura que cuajaba en Cuba. Sin olvidar, su presencia en la gesta independentista del país, de la cual, dijo un patricio: No hubo chino cubano cobarde, No hubo chino cubano traidor.
La impronta de estos núcleos – algo menos del 1% de la población cubana es de ascendencia china -, sirvió de enlace para mantener, de modo intermitente, los intercambios económicos chino-cubanos, así como conservar los gérmenes de la interrelación cultural. En el plano político, en 1902, al constituirse la República de Cuba, fueron establecidos vínculos diplomáticos con el Imperio; mantenidos al constituirse la República de China (RCh), en 1912.
Entre 1902 y 1959 la llegada de inmigrantes desde China tuvo intervalos oscilantes; el último contingente (unos 10 mil) arribó a inicios de la década de 1950; a finales del decenio el número total se estimaba en unos 60 mil. En general, la colonia chino-cubana se agrupó en sociedades regionales, en dependencia del lugar de origen. La Habana acogió al mayor número; se concentraron en el tramo más céntrico de la calle Zanja. Los pobladores venidos de China tuvieron una sensible participación en las áreas hortícola, comerciales, servicios, artesanía, gastronomía, etc.; e incluyó la fundación de un banco por parte de los empresarios chinos en Cuba.
En la actualidad, la presencia de China se mantiene viva en las 13 Sociedades que agrupa a 300 de la última inmigración, así como a cerca de 20 mil de sus descendientes. En el consumo de arroz y otras costumbres culinarias están vivos los aportes chinos, así como en el cultivo de las tradiciones culturales: el año lunar, fiesta del dragón, la charada china, etc. Las diferentes uniones de inmigrantes y sus herederos están agrupados en la Sociedad de Amistad Cuba-China, la que desarrolla eventos alegóricos destinados a la conservación de las tradicionales culturales y fomento de todas aquellas actividades que acerquen a los dos pueblos. La Sociedad, canaliza la atención que la República Popular China (RPCh) brinda a sus nacionales en el exterior.
1960: Nueva etapa en las relaciones Cuba- China Cuba, subordinada a la órbita de la política exterior de Estados Unidos, no reconoció a la RPCh, al proclamarse el 1/10/1949. El nuevo poder revolucionario constituido en 1959 recibió los vínculos diplomáticos con la RCh trasladada a la isla de Taiwán. Al aprobarse La Primera Declaración de la Habana (2/9/1960), fue anunciada la ruptura de los enlaces con la Isla y se oficializaron con la Nueva China. El 28/9/1960, un Comunicado Conjunto, marcó el naciente rumbo en las relaciones sino-cubanas que, tomaron cuerpo en 1961, con la visita a China del Comandante Ernesto “Che” Guevara. Se abrió una nueva etapa en los contactos entre ambos países.
El Comercio. Durante los siguientes treinta años esas relaciones pasarían por diferentes etapas; alguna condicionada por los intentos de vincular las relaciones con la Isla a las divergencias entre China y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). A finales de 1987 visitó Cuba el Ministro de Comercio Exterior y de Cooperación Económica chino; en el transcurso de las conversaciones se acordó establecer la Comisión Mixta Intergubernamental para las Relaciones Económicas y Comerciales (CMIREC). En 1988 efectuó su primera reunión; hasta el 2009 ha realizado XXII sesiones. En 1995, se modificó la tradicional forma de intercambio comercial, aplicada desde la década del 60 del pasado siglo, basada en convenios comerciales, pagos quinquenales y protocolos anuales mediante los cuales Cuba exportó azúcar a cambio de mercancías chinas por igual valor. Desde 1999, a tono con las reformas aplicadas en la economía y el comercio exterior de China, todas las operaciones del intercambio mercantil entre ambos países transcurren en moneda libremente convertible, a través de créditos, y con los mecanismos de pago que acuerden las partes contratantes.
Las partidas principales que entran en el comercio bilateral comprenden exportaciones chinas de maquinarias, equipos electrodomésticos, bombillos de bajo consumo, manufacturas textiles, vehículos y otros medios de transporte, calzados y alimentos. Cuba exporta a China, en lo fundamental, níquel, azúcar, mariscos, cítricos, chatarra, tabaco, productos biotecnológicos y ron. Para el país caribeño, el mercado chino tiene relevancia especial, pues ofrece créditos en condiciones ventajosas, acceso al mercado en expansión más grande del mundo, y permite adquirir equipos imprescindibles para reanimar sectores de la economía muy deprimidos, como el transporte, y desarrollar otros, como las telecomunicaciones.
Tanto el flujo mercantil como el de bienes entre ambos países decrecieron con la caída de la economía cubana entre 1990 y 1995. En la primera década del nuevo siglo, en cambio, experimenta un alza permanente, siendo China el segundo socio comercial de Cuba, con un intercambio comercial que pasó de los 482 millones de dólares en 1999 a los 1.546 millones de dólares en 2009, según fuentes chinas. Los saldos son favorables al país asiático. Los contratos de níquel convenidos entre 2005 y 2009 por la empresa Cuba Níquel para la venta al consorcio Minmetals de 20.000 toneladas de sínter, a razón de 4.000 toneladas anuales, fueron incrementados a partir de 2006 hasta las 10.000 toneladas. Mientras, los embarques de azúcar cubana han oscilado entre las 300-400.000 toneladas, por la caída en el cultivo de la caña de azúcar.
Servicios. En esta esfera, al intensificar la cooperación económica, China otorgó a Cuba la categoría de Destino Turístico de Gobierno, requisito indispensable, según sus leyes, para organizar la acogida de contingentes de turistas asiáticos en Cuba. Entre 1999 y 2005, el registro de visitantes chinos sólo ascendió a 35 mil. No obstante, existen las premisas para integrar la variante del multidestino dentro del Caribe con viajeros procedentes de China.
Finanzas e Inversiones. Teniendo en cuenta las limitaciones del sector externo cubano, el crédito y las relaciones financieras, en general, constituyen una de las facetas más importantes de los vínculos económicos China-Cuba. Ante la compleja situación que enfrentó la Isla en los años 90 del pasado siglo, el gobierno chino otorgó financiamientos comerciales, satisfizo las entregas de sus exportaciones y concedió facilidades para la liquidación de la deuda acumulada.
En 1995, facilitó un crédito para cubrir el desbalance comercial a largo plazo, con bajos intereses. En el 2001, Cuba recibió otra línea de crédito por unos 6,5 millones de dólares, sin intereses, por cinco años, para el sector educacional. En 2004, se implementaron variadas medidas: un Acuerdo de Cooperación Económica y Técnica; se ampararon créditos a Cuba para adquirir suministros para la salud pública por algo más de 12 millones de dólares, y fueron rubricaron otros dieciséis importantes documentos que profundizaron las relaciones bilaterales de cooperación económica y científico-técnica en educación, salud pública, fitosanitaria, acuicultura, equipos de rayos X para inspección, servicios meteorológicos, petróleo, turismo, ferrocarriles, puertos, etc.
A través de dos convenios se cubre la continuación del crédito de 200 millones de dólares para ampliar las telecomunicaciones, y 150 millones para la producción electrónica, lo que hizo posible que la empresa china Haier y el Grupo de la Electrónica, de Cuba, comenzaran la producción conjunta de televisores. Otro convenio permitió aplazar por diez años, sin intereses, el pago de los créditos recibidos por Cuba en 1990-1994. En 2006, el Memorando de Entendimiento, suscrito entre el gobierno de Cuba y un grupo de grandes consorcios de China, otorgó un techo financiero de mil 800 millones de dólares para cubrir operaciones de corto, mediano y largo plazos que, ha permitido acometer amplios programas sociales y económicos. Ruedan en el país miles de ómnibus para el servicio interprovincial y urbano, circulan locomotoras, con motores diesel chinos se remotorizaron camiones para el transporte cañero y agropecuario. Además, del suministro de equipos y utillaje técnico para la modernización de la red de distribución eléctrica del país. También facilitó material para la construcción y recogida de basura, así como pequeñas plantas hidroeléctricas, instaladas en las zonas montañosas del país.
Por otra parte, en la esfera de las inversiones mixtas funcionan 13 empresas chino-cubanas; 6 de ellas, en China; y 7 en Cuba, dedicadas a la agricultura, telecomunicaciones, industria mecánica y ligera, turismo, biotecnología y la salud. La Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPCh) y Cuba-Petróleo (Cupet) firmaron un acuerdo para la exploración y búsqueda de hidrocarburos en un bloque de la plataforma marina de Cuba, en aguas del Golfo de México. En la rama del turismo se creó la empresa mixta Cuba-Shanghái, con mayoría de la Corporación Cubanacán S.A., y el Grupo Estatal Xintian (Suntime) de China. Cubanacán, levantó un hotel de cinco estrellas, veintiocho plantas y 685 habitaciones en el distrito de Pudong, y el centro gastronómico La Gloria Cubana, ambos en Shanghai. Mientras, con una inversión de 117 millones de dólares Suntime levantará en la Marina Hemingwey una instalación de lujo de 650 habitaciones. A la vez, China y Cuba han creado las bases jurídicas en la esfera inversora mediante un Acuerdo para la Protección Recíproca de las Inversiones (APRI), firmado en 1995, y renegociado y actualizado en 2007, y un convenio, vigente desde 2001, para evitar la doble tributación. Asimismo, en el 2005, fue creado el Grupo de Inversiones en el marco de la CMIREC, y los dos países tratan de estimular la creación de empresas conjuntas y canalizar inversiones por parte de las empresas chinas, especialmente en Turismo, Industria Ligera, Minería y Petróleo, Derivados del Azúcar, Siderurgia, Pesca y Electrónica, todo recogido en el Memorando de Cooperación suscrito en 2005.
Cooperación. En 1989 se firmó el convenio de colaboración en la esfera de las ciencias y se estableció la Comisión Mixta para la Cooperación Científico-técnica (CMCCT). En 1990 celebró en Beijing su primera reunión; en ese mismo año se reinició el otorgamiento de créditos en condiciones ventajosas. La asistencia científico-técnica y la ayuda en programas de desarrollo ramales ha tenido un incremento sostenido, en particular, desde 1995. Especialmente beneficiosos han sido los proyectos relacionados con el cultivo de arroz, soya, sorgo y maíz, la obtención de semillas mejoradas, el pronóstico de sismos, la explotación y utilización de la energía solar y la biotecnología.
También, se han concertado acuerdos de cooperación cultural, educacional, deportivos y de ciencia y tecnología. En la educación se implementa el Programa de estudio del idioma chino y de español para chinos; 160 jóvenes caribeños se preparan en China, y más de 1300 estudiantes chinos estudian y perfeccionan su español en Cuba. Además, fue inaugurado en Cuba el Instituto Confucio. Asimismo, la cooperación ha incluido diferentes donativos: uno de 6,1 millones de dólares para adquirir tejidos destinados a la confección de los uniformes escolares; otro de 4 millones de dólares para la compra de materiales generales y para ejecutar proyectos de cooperación técnica.
Además, el proyecto conjunto Thrips Palmi facilitó construir (Matanzas) una planta de fermentación de bioplaguicidas, única de su tipo en el país; China donó 2,9 millones de dólares en equipamiento de laboratorio y tecnología; y se instaló el Parque Eólico de Gibara con tecnología china. El ascendente ritmo del ínter vinculación económica y científico-técnica sino-cubana constata que, el país se ha beneficiado de la asistencia al desarrollo gratuita y donativos que ofrece China, así como de créditos gubernamentales y concesionales. Los préstamos gubernamentales tienen 5 años de uso, 5 años de gracia y 10 años de amortización sin intereses. En el caso de los concesionales son otorgados a 15 años, incluido el periodo de gracia y con interés anual máximo del 3%.
Finalmente, entre 1990 y el 2007, los financiamientos a la cooperación que China concedió a Cuba, alcanzó los 230 millones de dólares; de ellos, 150 millones de dólares fueron ayudas al desarrollo; y 80 millones de dólares correspondieron a donativos. Fueron ejecutados 46 proyectos, en lo fundamental, en las esferas de la educación, salud, seguridad alimentaria, energías alternativas, etc. En la actualidad se coordinan los trabajos para la tercera etapa en la cooperación científico-técnica.
Reflexiones finales. En los últimos 20 años se han reiterado acontecimientos de hondas repercusiones en las tradicionales relaciones y coincidencias políticas e ideológicas en la hermandad Cuba-China. En dos ocasiones (1995-2003) arribó a Beijing el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Igualmente, el General del Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros y Segundo Secretario del Partido, (1998-2005), visitó China invitado por el Partido Comunista de China (PCCh).
A su vez, los Secretarios Generales del PCCh y Presidentes de RPCh, Jiang Zemin (1994-2001) y Hu Jintao, (2004) fueron huéspedes del Partido y Gobierno de Cuba. Intercambios que sirvieron para profundizar las relaciones económicas bilaterales, constatar las compatibles apreciaciones en diversos asuntos de la escena internacional, así como valorar la identificación política entre países que construyen el socialismo de acuerdo con sus características.
En los intercambios sostenidos entre los más altos dirigentes del PCCh y del Estado de China, y las Delegaciones presididas por los dignatarios de Cuba, fue subrayado el papel solidario que llenaron los créditos y préstamos del Gobierno y empresas chinas, en los momentos que el país enfrentó un doble bloqueo (el impuesto por los Estados Unidos y la desintegración del socialismo en Europa del Este). Recursos que facilitaron la compra de alimentos materias primas para la industria y adquirir materiales y otros suministros para la educación.
Sin embargo, se evidencia que ambos países tienen ante sí desafíos que exigirán ingentes esfuerzos, comprensión y mucho trabajo de las partes para perfeccionar los mecanismos de promoción, ejecución y control de la actividad económica y científico-técnica, estimular las inversiones conjuntas, y avanzar en el dominio de las realidades mutuas. Entre otros elementos, es necesario enriquecer la estructura de los bienes que la Isla comercializa en el mercado chino. Resultaría positivo que los incrementos habidos en las ventas de níquel, se acompañaran con la elevación de la cuantía y ampliación de los rubros del corto surtido de la oferta cubana actual. Al mismo tiempo, los promisorios logros en la presencia de renglones de la rama de la biotecnología en el mercado chino, abren nuevos caminos para que sean incrementados los montos de lo exportado por Cuba. Aumentos en los volúmenes de las ventas y acrecentar el muestrario de las exportaciones cubanas, son decisivas para alcanzar el progresivo equilibrio en la balanza comercial entre los dos países. Si para Cuba, los giros comerciales registran crecientes y positivos índices; en cambio, una de las debilidades presentes en las relaciones económicas sino-cubanas, están asociadas a la ínfima llegada de inversores chinos a la Isla.
En este entorno, el turismo, es sin dudas, una rama que puede ofrecer halagüeñas perspectivas para el inversor chino. La modalidad del multidestino – otros países del Caribe recibieron la categoría de Destino Turístico de Gobierno-, constituye una variable que hace atractiva y digna de estudio, de posibles iniciativas en la esfera turística. No obstante, un factor positivo para potenciar los vínculos en el futuro próximo y desbrozar las barreras presentes y abrir nuevos cauces en las relaciones Cuba-China, surgen dentro de los temas que agitan el quehacer económico-político del país, en particular, después del llamado a la actualización del modelo económico. Los replanteos en estudio e introducción de los ajustes en curso en el funcionamiento de la economía que, contribuyan al remonte de las escaseces, superar las ineficiencias presentes en el desempeño empresarial e insuflar mayor dinamismo al desarrollo económico, parecen abrir un lugar para las inversiones extranjeras. Pero, la aparición del inversor foráneo estará acompañada de políticas bien definidas que eviten los errores del pasado. Finalmente, las experiencias acumuladas en estos 50 años de fructíferos intercambios e identificación de intereses mutuos confirman que, el apoyo recíproco en la defensa de la independencia y soberanía nacional, el derecho al desarrollo pacífico, a la existencia de una sola China, el rechazo al injusto y repudiado bloqueo que Estados Unidos, que por casi 50 años han sometido los Estados Unidos a la Isla, la solidaridad mostrada por China en los momentos más álgido de la crisis vivida por el país, ratifican que: Las relaciones entre Cuba y China constituyen hoy un ejemplo de transparencia y colaboración pacífica entre dos naciones que sostienen los ideales del socialismo.