En este cuestionario, Chen Jin responde a algunas cuestiones clave relacionadas con las dinámicas de desarrollo de China y de otras economías emergentes así como valora la trascedencia de sus implicaciones internacionales.
Pregunta: Un símbolo importante de este siglo de cambios es que los países con mercados emergentes y los países en desarrollo se han convertido en fuerzas internacionales cada vez más importantes. ¿Cree que su desarrollo es diferente del ascenso de Occidente en la historia?
Respuesta: El desarrollo de estos países se logró dentro del sistema existente dominado por Occidente. Aprovecharon y se adaptaron a las oportunidades históricas que conducían al desarrollo pacífico y confiaron en su propia acumulación, diligencia y aprendizaje para converger en la participación en la división internacional del trabajo de bajo nivel. En el proceso de convergencia, estos países no dependieron de la expansión bélica ni del saqueo colonial, ni mucho menos de la monopolización del capital, la tecnología y los mercados.
Pregunta: ¿El desarrollo de China ha sido así también?
Respuesta: Por supuesto. China ha aprovechado la oportunidad histórica de la globalización económica y se ha integrado al mundo. Partiendo del extremo inferior de la cadena industrial, llegó incluso a emplear los ingresos de exportación de la producción de 800 millones de pares de zapatillas para comprar un avión Boeing americano. Después de unirse a la OMC en 2001, el desarrollo de China se ha vinculado más estrechamente al proceso de globalización económica. China ha pasado rápidamente de ser un miembro ligero del sistema de comercio internacional a convertirse en el país comercial más grande del mundo y la base de producción manufacturera más importante del mundo. China está siguiendo un camino de desarrollo pacífico, confiando en la independencia, la reforma y la apertura y el beneficio mutuo para desarrollarse.
Pregunta: ¿Cómo se define el papel y la posición de China en el cambio de siglo?
Respuesta: El desarrollo de China es una parte importante de los cambios que ha experimentado el mundo durante el siglo pasado. China cambia más el mundo cambiándose a sí misma, especialmente creando un camino de modernización con características propias chinas y una nueva forma de civilización humana para influir en el proceso histórico del mundo.
La lógica detrás de por qué nos atrevemos a decir esto es que el camino de modernización con características chinas ha resuelto muchos problemas en el desarrollo de la sociedad humana. Por ejemplo, nuestra modernización no es el viejo camino de Occidente centrado en el capital, ni el viejo camino de la polarización. No deberíamos seguir el viejo camino de la expansión materialista occidental, ni mucho menos el viejo camino de la expansión y el saqueo occidentales. En lugar de lo anterior, se trata efectivamente de un nuevo camino chino. Este nuevo camino amplía las formas para que los países en desarrollo se modernicen y brinda nuevas opciones para aquellos países del mundo que desean acelerar el desarrollo manteniendo su independencia.
Por supuesto, las decisiones de otros pueden centrarse en los métodos y caminos del desarrollo económico, pero la fuerza impulsora del desarrollo económico nunca se concentra únicamente en los niveles materiales y técnicos. Debe haber un apoyo fundamental detrás en la teoría, el sistema, la cultura y otros aspectos. Es en este sentido que decimos que el camino de modernización con características chinas conlleva en realidad una nueva forma de civilización.
China ha influido en el proceso histórico mundial al cambiarse a sí misma, la lógica detrás de esta narrativa incluye que lo que sucede en China puede afectar al mundo y viceversa. Con una quinta parte de la población mundial, lo que ocurra en China, ya sea en términos de riqueza, estabilidad, unidad, apertura o cierre, se podrá convertir en un “problema mundial”.
Eliminar la pobreza absoluta y mantener la estabilidad interna son no sólo logros de China, sino también un beneficio importante para el mundo. Si China no tomara medidas extraordinarias para reducir y aliviar la pobreza y se encontrara con disturbios internos, un gran número de refugiados huirían, lo que definitivamente causaría caos en los países occidentales desarrollados, y los pueblos de estos países no estarían dispuestos a aceptarlo.
El desarrollo de China ha contribuido cada vez más al mundo. La contribución de China al crecimiento económico mundial ha mantenido una tasa superior al 30% durante más de diez años, convirtiéndose en la principal fuente de impulso para el crecimiento económico mundial. China ha cumplido con los compromisos al unirse a la OMC, reduciendo significativamente las tarifas arancelarias, que se acercan al nivel de los países desarrollados. Las emisiones de carbono de China en 2018 disminuyeron un 45,8% en comparación con las de 2005, cumpliendo anticipadamente sus compromisos ante la comunidad internacional, convirtiéndose en una fuerza relevante en la lucha global contra el cambio climático.
Los chinos han experimentado pobreza y hambre. Después de que sus propias vidas hayan mejorado, desde 2006 se ha convertido en el tercer mayor donante de ayuda alimentaria después de los Estados Unidos y la Unión Europea. Ha enviado a decenas miles de expertos agrícolas al mundo y en cerca de 100 países ha establecido centros de demostración de tecnología agrícola, estaciones experimentales de tecnología en el campo de la agricultura y estaciones de extensión agraria. Lejos de representar una amenaza para el suministro mundial de alimentos, China ha contribuido con la “solución china” a la producción mundial de alimentos.
China ha incorporado sus propios asuntos con los mundiales a través de una variedad de tratados internacionales. Desde su fundación hasta 2018, la República Popular China ha firmado más de 25.000 acuerdos y tratados bilaterales y ha participado en más de 500 tratados multilaterales. Los objetos regulados por temas de estos tratados se han ampliado constantemente, desde el Antártico hasta el Ártico, desde el espacio exterior hasta el fondo del océano, desde la protección y el mantenimiento de la paz hasta la protección de especies en peligro de extinción, abarcando los aspectos políticos, económicos, culturales, sociales, ecológicos y sociales. El papel que China juega en el sistema internacional ha pasado de ser “espectador” a un “participante”, y luego se ha convertido en un “impulsor” y “contribuidor” en la gobernanza global.
Firmar tratados y acuerdos es una cosa, cumplirlos es otra. La imagen de una gran potencia responsable se basa fundamentalmente en su capacidad para el cumplimiento. La imagen de China es cumplir siempre lo acordado, una vez firmado el tratado, se cumple de manera honesta y diligente. Esto es diferente a la práctica de los Estados Unidos, que prioriza sus propios intereses y solo cumple con los acuerdos que le benefician, e incluso se retira de ellos fácilmente.
Por supuesto, cambiar el mundo al cambiarse a sí mismo es un proceso de acumulación gradual, y no significa que el mundo cambie inmediatamente solo porque China haya cambiado.
Pregunta: China sigue considerándose a sí misma como un país en vía de desarrollo, con lo cual muchas personas no están de acuerdo. Con la creciente confianza de China, algunos piensan que el país ha comenzado una expansión estratégica global y que su acción diplomática se está volviendo más dura. ¿Esta actitud entra en conflicto con la idea de “cambiar el mundo al cambiarse a sí misma”?
Respuesta: El cambio histórico de siglo ha permitido a más países a alzar sus voces claramente. El mundo se semeja cada vez más a una orquesta, donde algunos países siempre lideran la melodía, algunos participan en las notas altas y otros en las bajas. En algún tema musical complejo, incluso aparecerán formas de cantar que suenan menos armoniosas. Sin embargo, China, que participa en este coro, destaca debido a su gran tamaño y presencia, lo que causa una impresión más evidente tanto con su apariencia como con su voz cuando se presenta.
¿Cuál es la población de las sociedades desarrolladas hoy? Los 28 países de la Unión Europea tienen una población total de 512 millones, América del Norte (Estados Unidos y Canadá) de 364 millones, Japón de 127 millones, Australia y Nueva Zelanda de 30 millones. Los países y regiones ya desarrollados en Asia que alguna vez fueron conocidos como los “Cuatro Tigres Asiáticos” tienen una población de 90 millones. Este es el número total de sociedades desarrolladas en el mundo, con una población total de aproximadamente 1,12 mil millones. Y esta población total aún es 280 millones menos que los 1,4 mil millones de habitantes de China continental. Cuando estas 1,4 mil millones de personas participan en el “coro” de un siglo de cambios, no importa en qué “nota” se encuentren, sea la alta, la media o la baja, el mundo no puede ignorar sus voces.
Es una interpretación errónea que en China existe una tendencia diplomática del “guerrero lobo”. La política exterior pacífica de China nunca ha cambiado. En el panorama de la opinión pública internacional, China siempre se ha mostrado débil y a la defensiva. Expresar descontento con determinadas opiniones públicas internacionales es básicamente un contraataque forzado ante ataques y calumnias. No hablar en voz baja no significa que adopte una diplomacia al estilo del “guerrero lobo”.
Podemos profundizar un poco más. En el pasado, la razón fundamental por la que los Estados Unidos y Occidente adoptaron una actitud relativamente suave con China se debía a que la fuerza de ésta aún era muy débil y no representaba una amenaza significativa para causar preocupación a los Estados Unidos. Ahora, la actitud estratégica de los Estados Unidos hacia China ha experimentado una inversión radical, lo que significa que es cada vez más difícil para China mantener un entorno externo favorable al desarrollo con resignación, soportando todo con paciencia.
Ante la creciente presión del exterior y la constante creación de todo tipo de problemas, si bien China busca mayormente un compromiso, no cede ante la fuerte presión y tiene que contraatacar temporalmente con decisión. Es comprensible que el mundo occidental no esté acostumbrado a esto. Pero a los ojos de los chinos, esto es algo normal. Perseguimos la “diplomacia pacífica” sin excluir la “lucha basada en la razón”.
Pregunta: China tiene un dicho que dice que “se está acercando cada vez más al centro del escenario mundial”. A algunas personas les preocupa que China quiera convertirse en la potencia dominante del sistema internacional, ¿qué opina al respecto?
Respuesta: La frase que sigue “acercarse al centro del escenario mundial” es “continuar haciendo mayores contribuciones a la humanidad”. Las dos frases están interconectadas y el significado completo es que el estatus internacional de China está en constante ascenso cuando participa China cada vez más profundamente en el sistema internacional y es gradualmente más capaz de hacer contribuciones a la humanidad que sean proporcionales a su estatus internacional.
Esta es una mente global llena de sentido moral. Poco después de la fundación de la Nueva China, Mao Zedong dijo que sólo cuando China se desarrollara, podría hacer mayores contribuciones a la humanidad. Dicha contribución es hacer nuestra parte para mejorar el sistema de gobernanza global y proporcionar más bienes públicos al mundo, en lugar de dominar el orden mundial, ni mucho menos desempeñar el papel de árbitro moral como algunas potencias.
El desarrollo de un país grande atraerá las luces del escenario mundial. “Acercarse al escenario mundial” se refiere a esta tendencia inevitable. Los chinos son prudentes y dicen “acercarse”, es decir, estar más cerca. China no ha afirmado que quiera ocupar el lugar central y desempeñar el papel de liderazgo en el mundo.
El derecho a hablar en la gobernanza global está fundamentalmente dominado por el Occidente. Como el mayor país en desarrollo, China sólo espera que el mundo conozca sus preocupaciones. Aunque ciertas prácticas han tenido impacto internacional, el propósito de China no es ni puede ser derrocar el sistema internacional existente y reescribir un “guión” completamente diferente, sino trabajar con otros países para mejorar el sistema internacional existente y hacer del mundo un espacio mejor.
Pregunta: Quizás la razón de no reconfigurar el sistema internacional sea que China todavía está en proceso emergente. Hay preocupaciones sobre un “cambio de poder” en el futuro, ¿comparte esta preocupación?
Respuesta: La coexistencia de la diversidad es la filosofía tradicional china. Históricamente, China ha experimentado un período de cientos de años en el que los “Siete Potencias del Período de los Estados Combatientes” coexistieron, con cada estado vasallo tratando de ascender. En ese momento, había dos formas: una era la “vía del rey”, que se basaba en la benevolencia y la competencia justa, la otra era la “hegemonía”, que se basaba en la fuerza para reprimir a otros estados. Es imposible que una nación o un país logre estabilidad y rejuvenecimiento a largo plazo basándose en la “hegemonía”; sólo confiando en el surgimiento del “vía del rey” es posible ser aceptado por otros. Esta conclusión histórica tiene un impacto hasta el día de hoy.
A Occidente le gusta utilizar el concepto de “ascenso” para China, mientras que los chinos utilizamos con más frecuencia el concepto de “rejuvenecimiento”. Es posible que el camino de rejuvenecimiento de China y el camino de paz y desarrollo mundiales vayan de la mano sin entrar en conflicto entre sí. En sus propios asuntos internos, China seguirá creando el concepto y la práctica de “un país, dos sistemas”, y debe tener una visión magnánima de “un mundo, múltiples sistemas”.
A los chinos nos sorprende que algunas personas en Occidente teman que “viviremos en un mundo dominado por China en el futuro”. En este siglo cambiante, el poder mundial se está descentralizando y democratizando, en lugar de transferirse de un país a otro. La idea de un “cambio de poder” es un viejo pensamiento de juego de suma cero. China aboga por un mundo multipolar, la democratización de las relaciones internacionales, defiende el multilateralismo y no está interesada en juegos de poder.
De hecho, el mundo ya está bastante preocupado porque los Estados Unidos desempeñan un papel de liderazgo. La gente realmente no necesita, ni mucho menos quiere, que otro país que hable y actúe en la “aldea global” como los Estados Unidos.
Autor: Chen Jin, investigador y miembro administrativo del Instituto de Historia y Documentación del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China;
Revisor: Zhu Lun, profesor distinguido de la Universidad Normal de Jiangsu, investigador del Instituto de Etnología y Antropología de la Academia China de las Ciencias Sociales.
Redactoras: Liu Xian, del texto chino, y Qiu Tingting, del español, doctora y profesora de la Facultad del Idioma Español de la Universidad Normal de Jiangsu.
Procedencia del artículo: DeepChina