Los bancos chinos no imponen condiciones políticas, aunque a veces requieren la adquisición de equipos o la firma de acuerdos comerciales petroleros. (Por Xu Shicheng, investigador del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales).
Pekín, 18/04/2012 (El Pueblo en Línea) –En los últimos años, las relaciones económicas y comerciales entre China y América Latina se han vuelto cada vez más estrechas. Desde el punto de vista comercial, en 2001 el volumen comercial entre China y la región sólo era de 14.900 millones de dólares, mientras que en 2010 alcanzó el récord de 183.067 millones de dólares, y en 2011 rompió nuevamente el récord con 241.500 millones de dólares, convirtiéndose así China en el segundo mayor socio comercial de Latinoamérica. Asimismo, Pekín firmó tratados bilaterales de libre comercio con Chile (2005), Perú (2009) y Costa Rica (2010).
Desde el punto de vista de la inversión directa, entre los años 2003 y 2009, la inversión directa de China en la región fue de 24 mil millones de dólares, mientras que sólo en el año 2010 alcanzó los 10.538 millones de dólares, según estadísticas del Ministerio de Comercio de China, mientras que según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la cifra alcanzaría los 15.251 millones de dólares. De acuerdo con CEPAL, en 2010 China se convirtió en el tercer mayor inversor directo en la región, y representó el 9% de las inversiones extranjeras en América Latina, sólo después de Estados Unidos (17%) y Holanda (13%).
Desde el punto de vista de la inversión indirecta, en los últimos años los préstamos de China a los países latinoamericanos han aumentado con gran velocidad. El rápido desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre la región y China han llamado la atención de la Comisión Económica para América Latina de la ONU, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Diálogo Interamericano (DI), la Universidad Autónoma de México, el Centro de Investigaciones de Asia-Pacífico de la Universidad de Chile y la Institución Brookings de EE.UU., entre otros numerosos organismos e instituciones académicas que han publicado informes de investigación al respecto, como La mano visible de China en América Latina publicado por OCDE en el 2007, Nueva etapa del comercio entre la República Popular China y la región de América Latina y el Caribe publicado por CEPAL en la víspera de la visita del vicepresidente chino Xi Jinping a la región en 2010, y Los nuevos bancos en la ciudad: Financiamiento chino en América Latina publicado por DI en febrero de este año. En este artículo me gustaría hacer algunos comentarios acerca de este último informe.
En general, se trata de un informe digno de la atención de los departamentos pertinentes del gobierno chino y de los especialistas en la materia. El contenido es detallado y exacto (se indica las fuentes para cada préstamo chino), y está escrito desde un punto de vista pragmático. De acuerdo con las estadísticas del informe, entre 2005 y 2011 China se comprometió a un préstamo de 75.125,3 millones de dólares a través del Banco Nacional de Desarrollo de China y el Banco de Importación y Exportación de China, entre otras instituciones bancarias. De ese monto, el mayor préstamo fue el que el Banco de Desarrollo de China hizo a Venezuela por 20 mil millones de dólares en 2010.
El informe analiza la estructura y las características de los préstamos chinos a Latinoamérica:
1. Los préstamos se concentran en cuatro países: Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador, especialmente estos dos últimos, que difícilmente pueden obtener préstamos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (BM), el BID y el Banco de Importación y Exportación de EE.UU (BIE).
2. Los dos sectores clave son los recursos naturales y la infraestructura, aunque actualmente se ha ido diversificando.
3. El modo de reembolso de los préstamos es en especia, como petróleo y otras materias primas.
4. Los bancos chinos no imponen condiciones políticas, aunque a veces requieren la adquisición de equipos o la firma de acuerdos comerciales petroleros.
5. Existen exigencias medioambientales, pero no son muy exigentes.
6. El aumento de los préstamos ha crecido rápidamente, en 2010 China se comprometió a prestar 37 mil millones de dólares, sobrepasando así la suma de los préstamos del BM, del BID y del BIE de EE.UU juntos.
Según el informe, “desde un lado positivo, China será un nuevo canal de financiación, que está en continuo crecimiento, especialmente para aquellos países que difícilmente pueden obtenerla del mercado de capitales internacionales. China no impone condiciones políticas como las instituciones financieras internacionales y los bancos occidentales. Por último, los países latinoamericanos reciben financiación para proyectos industriales y equipos de infraestructura, lo cual es favorable para el desarrollo al largo plazo, mientras que la financiación occidental sólo se centra en inversiones al corto plazo”. Sin embargo, “a menudo tienen que pagar tasas de interés más altas”. El informe además señala que las condiciones de préstamo del Banco de Desarrollo Internacional de China son más estrictas que las del Banco Mundial, mientras que las tasas de interés de los préstamos del BIE de China son generalmente más bajas que las del BIE de EE.UU.
Personalmente considero que el informe presenta algunos inconvenientes:
1. No menciona que los préstamos de China para América Latina tienen la característica de ser “cooperación sur-sur”, es decir que uno de los propósitos es promover el desarrollo económico en la región.
2. Las fuentes no son lo suficientemente amplias, sobre todo faltan fuentes en chino.
3. No hace diferencia entre los compromisos de préstamo y las sumas del uso real de los préstamos.
4. No se analizan suficientemente los riesgos de los préstamos de China a América Latina, tales como riesgo político o económico, entre otros.
5.Falta un análisis necesario de los beneficios reales y las deficiencias de los préstamos chinos.
Este informe también tuvo repercusión en la prensa latinoamericana y entre algunos académicos. Por ejemplo, el periódico venezolano El Universal dijo: “La mayoría de los préstamos chinos a América Latina generalmente se pagan en materias primas y no en dinero. Se trata de una inversión indirecta en los recursos naturales de la región y tiene sus pros y contras. El pro es que China no impone condiciones, es más pragmática. Pero la contra es que es muy difícil negociar con China”. Un comentario en el periódico ecuatoriano Hoy dijo: “Para Ecuador y Venezuela, los préstamos chinos les permite mantener el ritmo del gasto público, pero, aunque son comparativamente más caros, no hay otra alternativa”.