La crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos y su impacto en la economía mundial generan un nuevo contexto a las políticas nacionales de los Estados y sus relaciones externas. La debacle profundizada en octubre de 2008 aun no ha desplegado su total magnitud en la economía real, pero es claro que, al igual que la reacción de los Estados ante la Gran Depresión de la década de 1930, los gobiernos comienzan a adoptar el tradicional proteccionismo y otras medidas keynesianas que estimulan la demanda interna, a pesar de que el Director Ejecutivo de la OMC, Pascal Lamy, ha planteado en reiteradas oportunidades que el proteccionismo y el aislamiento no son respuestas adecuadas para enfrentar el problema; además del compromiso asumido en Washington por los miembros del G-20 con una economía global abierta.