China ocupará por primera vez una silla en la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se iniciará el 29 de marzo, abriendo una nueva era de cooperación con las naciones de América Latina y el Caribe.
El ingreso del gigante asiático a esta institución financiera, formalizado el 12 de enero en Washington, constituye un reconocimiento a su política de cooperación hacia la región, caracterizada por la no injerencia en los asuntos internos de los países y el beneficio mutuo del comercio bilateral y los negocios.
Tras 15 años de esfuerzo y vencer los obstáculos presentados por Japón y Estados Unidos, finalmente China logró ser aceptada en la familia del BID en calidad de país donante, lo cual se hizo previamente mediante un proceso de votación que culminó el 15 de octubre del 2008.
El protocolo de admisión fue ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), institución principal del Sistema Interamericano, de la cual la República Popular China es miembro observador.
A partir de la reunión anual en Medellín, como país miembro del BID, China estará representada en el Directorio Ejecutivo, compartiendo una silla con otros países donantes, encargado de supervisar las operaciones bancarias, aprobar préstamos, establecer políticas y definir las tasas de interés para préstamos.
CHINA, SEGUNDO SOCIO COMERCIAL DE AMERICA LATINA
Según organismos internacionales, el comercio de América latina y el Caribe con China se ha multiplicado 13 veces desde 1995, pasando de 8.400 millones de dólares a más de 143.000 millones en el 2008, convirtiéndose en el segundo socio comercial de la región, después de Estados Unidos.
Su presencia en el banco representa una posibilidad para que ambas partes consoliden una nueva plataforma de cooperación económica y científica-tecnológica, que genere oportunidades para un mayor comercio y el crecimiento de la inversión bilateral.
Los países latinoamericanos perciben a China como un actor clave y confiable en el escenario internacional, sobre todo en estos momentos de incertidumbre por la crisis económica global desatada por Estados Unidos, y cuando el BID muestra especial empeño en ayudar a sus miembros a enfrentarla.
Las estimaciones de los expertos coinciden en que el crecimiento económico de la región disminuiría al menos 2 por ciento en 2009, tras seis años de bonanza, lo que pudiera provocar que millones de personas retornen a la línea por debajo de la línea de pobreza. En la región hay más de 180 millones de pobres.
Por eso, el BID, principal fuente de financiamiento a largo plazo para proyectos de desarrollo en la región, ha dado la bienvenida a China, consciente de que fortalecerá su papel como entidad en instantes en que están en riesgo los avances económicos y sociales de los últimos años.
El pasado año, el banco aprobó 12.200 millones de dólares en préstamos, garantías de crédito y donaciones, lo cual da una idea de la importancia de sus aportes en medio de la crisis global.
También a fines del 2008 año aprobó un fondo de liquidez de emergencia de 6.000 millones, de los cuales más de 900 millones ya han sido asignados. La presencia china hará que la membresía del BID represente el 40 por ciento de la población mundial.
APORTA CHINA A PROYECTOS DE DESARROL– LO
China adquirió 184 acciones, es decir 0,004% del capital ordinario del BID, que se hizo disponible tras la disolución de Yugoslavia, y se comprometió a contribuir con 350 millones de dólares para fortalecer programas concretos para el desarrollo económico y social. Los fondos serán distribuidos de la siguiente manera:
— 125 millones serán destinados al Fondo de Operaciones Especiales, que provee préstamos blandos a Bolivia, Guyana, Haití, Honduras y Nicaragua.
— 75 millones irán a diversos fideicomisos del BID para fortalecer la capacidad institucional de los gobiernos y municipios e instituciones del sector privado.
— 75 millones formarán parte de un fondo de inversión que será administrado por la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), que apoya a la pequeña y mediana empresa.
— 75 millones serán administrados por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), que se especializa en microempresas.
El interés de Beijing de integrarse al BID se corresponde con su estrategia de fomentar un nuevo orden internacional, basado en el «mundo armonioso», donde prevalezca la paz y desaparezca la confrontación entre las naciones.
Desde el pasado año, América Latina y el Caribe se transformaron en una prioridad para la política exterior china, atendiendo a sus potencialidades económicas y el avance democrático registrado en la última década, sin aspirar a competir con Estados Unidos ni la Unión Europeo o Japón.
Esta estrategia de acercamiento, expresada en el Libro Blanco del gobierno chino sobre América Latina no sólo incluye el comercio y las inversiones, sino también el ámbito cultural, observándose el creciente interés de los jóvenes latinoamericanos de estudiar el idioma chino mandarín y conocer la cultural del país oriental.
La entrada de China al BID es un éxito histórico de esa política, que seguramente abrirá una era de cooperación bilateral de beneficio mutuo.