El canciller chino dijo que el país árabe ha entrado en una fase crítica y que la máxima prioridad, tras meses de violencia, es regresar a la calma y al orden y permitir que el pueblo libio decida el camino que quiere seguir en el futuro.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, afirmó el martes en Beijing que su país está dispuesto a trabajar con la comunidad internacional para restablecer rápidamente la estabilidad en Libia, donde los rebeldes tomaron ese mismo día el complejo presidencial de Muamar Gadafi, aún en paradero desconocido.
En conversación telefónica sostenida con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, el jefe de la diplomacia china dijo que la situación en el país árabe ha entrado en una fase crítica y que la máxima prioridad, tras meses de violencia, es regresar a la calma y al orden y permitir que el pueblo libio decida el camino que quiere seguir en el futuro.
Ante la inminente caída de Gadafi, Yang señaló que las partes involucradas en el conflicto deben comenzar un proceso político incluyente en una fecha próxima y alcanzar la reconciliación nacional a través de medios pacíficos, como el diálogo y las consultas, e invitó a la ONU a desempeñar un papel importante junto a la Unión Africana, la Liga Árabe y otros organismos regionales.
Beijing, que es consciente también de la cuota de responsabilidad de Occidente en el conflicto libio, elogió la contribución constructiva que Ban ha hecho para mitigar la crisis y manifestó su disposición a cooperar con la ONU para ayudar a devolver la estabilidad al país lo más pronto posible y allanar así el camino para la reconciliación nacional y la reconstrucción.
Yang enfatizó que la comunidad internacional debe continuar ofreciendo ayuda humanitaria al país y exigió esfuerzos efectivos para garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas y los ciudadanos extranjeros, lo que se suma al llamado que han hecho también otras autoridades chinas sobre la protección y el respeto a los ciudadanos y empresas de su país que trabajan en Libia.
Precisamente uno de los retos del nuevo Gobierno libio, según medios chinos, será la delicada cuestión de cómo tratar con los bienes dejados en el país por instituciones extranjeras que se vieron obligadas a abandonarlos tras los enfrentamientos iniciados hace medio año.
Con base en convenios internacionales, estos edificios y sus pertenencias deben ser bien protegidos de daños y saqueo, así como los activos de países extranjeros, los contratos comerciales con el Gobierno anterior, los proyectos suspendidos y el equipo industrial dejado en los sitios de obra.
China ya ha manifestado su interés de continuar trabajando en Libia, en especial en el área económica, donde está involucrada en 50 proyectos valorados en unos 18.800 millones de dólares, los cuales fueron suspendidos al estallar la guerra civil que obligó a evacuar a más de 35.000 ciudadanos chinos, la mayoría empleados en sectores de ingeniería, infraestructura y petróleo.
“Los cambios recientes en la situación en Libia tuvieron un impacto en nuestras inversiones”, declaró Wen Zhongliang, vicedirector del Ministerio de Comercio, en una conferencia de prensa ofrecida la víspera. “Las inversiones en Libia, en particular en el sector petrolero, reflejan una cooperación benéfica para ambos países que esperamos continuar en todos los sentidos”.