China puede ayudar en las reformas de Cuba y beneficiarse de ellas

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El presidente cubano, Raul Castro, y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) han anunciado un plan para reducir las plantillas estatales en hasta de medio millón de trabajadores en un futuro próximo, señalando así el comienzo de cambios profundos. La sociedad cubana está indudablemente necesitada de una reforma radical. El estado emplea actualmente a alrededor del 80 por ciento de la mano de obra del país y se supone que todo el sistema económico está sujeto a planificación. (Por Heiko Khoo)


El Gobierno cubano reconoce que el viejo sistema del planeamiento burocrático no funciona; el estado emplea a los vendedores de helados, los conductores de taxis y peluqueros, ramas de la economía en los cuales resultan normales y naturales las operaciones y los incentivos privados. La peluquería es una de las más viejas profesiones privadas del mundo, con al menos 6.000 años de historia, y los taxis privados han existido desde los tiempos de los primeros carros tirados por caballos. No hay argumento racional para estipular la propiedad pública sobre estos sectores.

Las consecuencias de la nacionalización excesiva han sido numerosas y graves distorsiones económicas. Las raciones de alimentos y productos esenciales suplen los magros salarios. Como consecuencia, la población se ve obligada a recurrir al mercado negro para conseguir productos elementales. Los estraperlistas y funcionarios corruptos colaboran entre ellos para enriquecerse, robándole al público al mejor estilo parasitario. En muchas ramas la “gente finge trabajar y el estado finge pagarles”. Se asienta el letargo, lo que se traduce en incentivo para las fuerzas reaccionarias, de ahí que a menudo los jóvenes vuelvan la mirada hacia Estados Unidos, como modelo de buena vida.

 

Por otra parte, sain embargo, Cuba expone el poderío de la economía planificada. A pesar del embargo de EEUU, Cuba ha continuado sorprendiendo al mundo con sus logros en salud, educación y bienestar. En comparación con su exigua producción per cápita, Cuba genera milagros en estos sectores. Con solamente $300 per cápita anual en cuidados médicos, Cuba exhibe la más alta tasa de doctores con respecto a la población en el mundo, con 64 galenos por cada 10.000 habitantes.

Si China quisiera ponerse a la par de Cuba en esta esfera, necesitaría de cerca de 8 millones de doctores y 11 millones de enfermeras, en comparación con las cifras reales chinas de 1,8 millones de doctores y 1,3 millones de enfermeras (según la Organización Mundial de la Salud.). Además, el porcentaje de costos de la salud que acomete el Estado está hoy por encima del 95 por ciento en Cuba, en comparación con 55 por ciento en China. Las cifras totales de médicos y enfermeras de China son los más altos del mundo y, si se consideran los presupuestos finanieros del sector, los logros de China en la salud desde 1949 han sido inmensos. Pero la transformación económica ha dejado a la zaga la prestación de cuidados médicos generales. Muchas personas quedan sin tratamiento o las medicinas que necesitan, lo que alimenta la cólera y el descontento social. Ahora que el Gobierno chino promueve la asistencia médica básica para todos, e intenta reducir la desigualdad social, la velocidad del avance social de China se podrá juzgar por cuánto tiempo le tome alcanzar los niveles cubanos de garantía de servicios de salud.

 

Los ideólogos capitalistas argumentan que el cuidado de la salud no pasa de ser un agujero negro en el presupuesto del Estado; pero el Gobierno de EEUU dedica diez veces más presupuesto a la salud per cápita que Cuba, y sin embargo los resultados son sólo marginalmente mejores.

 

De hecho, allí donde el sector privado obtiene luz verde para saquear el servicio médico estatal, se pierden colosales recursos y el dinero público se despilfarra en ganancias a corto plazo y beneficios privados.

 

Fidel Castro procuró concentrar los recursos técnicos y científicos de la nación cubana en sostener su modelo de atención a la salud y conseguir logros produciendo vacunas y desarrollando las ciencias médicas. La actual revolución científica y técnica en la asistencia médica abre un potencial extraordinario a esos sistemas estatales de cuidado de la salud que planifican, desarrollan y aplican ideas visionarias. En la investigación de las células madre, la biotecnología, la ingeniería genética y la nanotecnología, los avances revolucionarios abren la posibilidad de una esperanza de vida sana promedio de 100 años o más, en el futuro próximo.

 

La investigación y el desarrollo globales han sido promovidos en gran medida por la extensión de la tecnología de las comunicaciones y de los avances colosales en capacidad informática. Sin embargo, en momentos en que las compañías privadas multinacionales dominan los principales campos de la investigación y el desarrollo, encaramos el peligro de que el acceso a los resultados de las nuevas ciencias quede determinado por el poder del dinero. Esto se puede evitar. Con suficiente determinación y apoyo, la visión de Fidel Castro de transformar a Cuba en una potencia mundial en ciencias médicas socializadas resulta realizable. El modelo de salud cubano puede representar beneficios indescriptibles para el mundo.

 

China tiene capacidad para satisfacer sin problemas todas las necesidades de productos de consumo del pueblo cubano y hacerlo a bajo costo. Esto aliviaría muchas pequeñas dificultades del pueblo cubano y socavaría el bloqueo inhumano y reaccionario de EEUU contra la isla. Cuando se derrumbó la URSS, los cubanos lograron sobrevivir sin ayuda del exterior; ahora Venezuela y China están desempeñando un papel determinante en el suministro de finanzas y apoyo esenciales que permitirán a Cuba remodelar su economía. El Partido Comunista de Cuba (PCC) desea desarrollar su economía a la vez que conserva la última palabra sobre la propiedad pública y protege las ventajas sociales de la revolución. Para China, con su próspera economía, sus poderosas empresas estatales y la demanda colosal de una asistencia médica socializada de calidad, no debería existir ningún límite para asumir con audacia la colaboración, la inversión y la cooperación con Cuba. (Pueblo en línea)




27/09/2010