La actual configuración económica mundial emergió a finales de los 1970s, después de una crisis estructural en los principales países capitalistas. Desde entonces, el capitalismo global no había cambiado substancialmente su estructuración geográfica y su paradigma productivo. Sin embargo, los cambios políticos recientes en Estados Unidos y su impacto en la economía china podrían reconfigurar el mapa económico. El gobierno de Estados Unidos, que preside una economía basada en el consumo y gran emisora de deuda, estaría orientándose durante los siguientes años hacia la manufactura, la inversión en capital fijo y el proteccionismo comercial. El impacto de estas medidas en China podría forzar la aprobación de unas muy postergadas reformas estructurales que terminen por provocar lo que desde los 1980s han temido los jerarcas chinos: la pérdida del control económico del Partido Comunista Chino.