BEIJING, 10 feb (Xinhua) — El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, debe aprender de la historia y no resucitar el militarismo, señaló un artículo publicado hoy lunes en el rotativo local China Daily.

Abe y sus seguidores buscan enaltecer el pasado militarista de Japón y modificar su constitución pacifista. Su objetivo final es convertir a Japón en una superpotencia militar, apuntó el texto, escrito por Gao Hong, investigador del Instituto de Estudios Japoneses, afiliado a la Academia de Ciencias Sociales de China. 

El llamado «pacifismo activo» propuesto por Abe no significa nada más que el intento de eliminar las restricciones militares impuestas por la constitución pacifista sobre Japón, de acuerdo con el artículo. 

Gao enumeró las acciones de Abe que muestran su aprecio por el pasado militarista de Japón y su postura de línea dura sobre las disputas territoriales con las naciones vecinas: posar para una foto en la que de fondo aparece un avión con el número 731, que simboliza la famosa Unidad 731 de guerra química y biológica de Japón; gritar «¡Larga vidaal emperador!», utilizado mayoritariamente por los soldados japoneses durante la II Guerra Mundial, y visitar el santuario Yasukuni, donde se honra a 14 criminales de guerra de clase A de la II Guerra Mundial. 

Abe ha dado un giro derechista cuando trata de conseguir el apoyo de todas las partes de la derecha en Japón, sostuvo Gao. 

La negación de los hechos históricos, especialmente sobre el santuario Yasukuni y las «mujeres de consuelo» (esclavas sexuales), además de la revisión de la Historia en los libros de texto, han dado a Abe un ambiente en el que puede «llevar a cabo sus ambiciones políticas», continuó Gao. 

Para estabilizar su gobierno, Abe está creando el nacionalismo extremo. «De todas las formas de nacionalismo, el nacionalismo territorial tiene la influencia más poderosa y la mayor carga emocional, especialmente en un país como Japón, que cuenta con recursos nacionales relativamente escasos», opinó el autor. 

Las disputas territoriales entre Japón y sus países vecinos han estimulado los sentimientos nacionalistas entre muchos japoneses, que consideran a China como un enemigo y odian a la República de Corea y Rusia, según Gao. 

Si Abe y su gobierno rechazan cambiar, provocarán un gran daño a Asia del Este y el mundo, advirtió Gao. Además, el experto añadió que los «diseños malignos» de Abe no interrumpirán el desarrollo pacífico de China ni suspenderán el avance del mundo hacia la paz y prosperidad. 

Gao también sugirió que China, la República de Corea y otros países que sufrieron las brutalidades de la invasión japonesa, establezcan una comunicación regular y defendanconjuntamente la opinión de la comunidad internacional y preserven la paz y estabilidad de la región. 

No obstante, Gao expresó su preocupación de que los esfuerzos de los países del Asia del Este para impulsar la paz y estabilidad no sean recíprocos por un Japón liderado por Abe, ya que según su punto de vista, la historia no tiene nada que ver con lo bueno y lo malo e incluso la agresión de Japón no ha sido definida definitivamente.

Si Abe y su gobierno quieren repetir las tragedias históricas, encontrarán al final su fracaso en la Historia, según Gao. Fin