Después de concluir sus operaciones de combate en Iraq, tal parece que EEUU se apresta a “regresar a Asia” de una manera precipitada. Cuando el presidente de ese país, Barack Obama, acogió el pasado viernes la segunda cumbre entre EEUU y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA) en Nueva York, éste exhortó a los líderes de esa entidad regional a publicar una declaración conjunta en la cual se reafirmara la importancia de mantener la “seguridad marítima, el comercio libre de trabas y la libertad de navegación” en el área de Asia Oriental.
La más reciente declaración conjunta se hace eco de los comentarios de línea dura emitidos dos mesese atrás por la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, en Vietnam, a pesar de que en esta ocasión el contenido se atenúa en virtud de un tono más moderado. Pero el subtexto de EEUU es inequívoco: China es una amenaza para el Sudeste asiático.
El énfasis que hace Washington en los conceptos de libertad de comercio y navegación aparece como una seudoproposición.
Mientras que EEUU dedicaba ingentes recursos a sus guerras en Iraq y Afganistán en años recientes, China y los países de la ANSEA propiciaban un acelerado crecimiento de sus economías y del libre comercio entre ellos. Por otra parte, se reiteraban por escrito los compromisos de solucionar amistosamente los conflictos regionales, según consta en la Declaración del Código de Conducta en el mar de la China Meridional de 2002.
EEUU está intentando “volver a Asia” enajenando a los países de la ANSEA con respecto a China y creando caos en la región. Esta estrategia obvia de EEUU es casi impracticable. Los países de la ANSEA tienen como prioridades el alivio de la pobreza y el impulso al desarrollo económico. No es menos cierto que algunos de ellos están a gusto con el equilibrio que la presencia de EEUU supone en la región, pero quizás ningunos de ellos quisiera que a los estadounidenses se les vaya la mano. Estos países no pueden permitirse el lujo de desaprovechar la oportunidad de participar de la prosperidad que generará el despegue económico de China.
El año 2010 no atestiguará el nacimiento de una alianza de entre EEUU y la ANSEA, con el fin de contener a China. EEUU no debe sobrestimar las inquietudes de tipo estratégico y el temor que tienen estos países a China, porque el deseo de estos países de mantener la cooperación económica con China es más fuerte que estas aprensiones.
Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, EEUU consolidó su influencia mundial a partir principalmente de generar prosperidad económica entre sus aliados y antiguos enemigos.
Sin embargo, en años recientes, Washington ha pasado a promover la enajenación estratégica y la interferencia militar, según se debilita su capacidad económica y política.
De ello pueden dar fe Haití, Iraq y Afganistán. Tal parece que, en algunas partes del mundo, cuanto más se involucra EEUU, más se complica la situación de ese país.
Durante la cumbre del viernes, Obama declaró la intención de EEUU de desempeñar un papel de liderazgo en el Sudeste asiático.
EEUU debe entender que su “vuelta a Asia” tiene debe ser motivo de prosperidad para esta región. Por tanto, debe desempeñar un papel constructivo que promueva las relaciones pacíficas en esta región, tratando de reducir, en lugar de avivar, los conflictos entre estos países. Ésta será la única forma en que EEUU se creará una buena reputación, a la vez que consolida sus intereses en Asia. (Pueblo en Línea)
26/09/2010